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Confrontan en obra teatral realidad y ficción usando como pretexto virtual los videojuegos

*Se presenta en el Centro Cultural Domingo Soler Rojo. Game star o game over, creación colectiva de Alet Rojas Contreras, Leonardo Cuesta e Ilian Blanco

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Cómo se puede olvidar uno de lo importante cuando de adicción a los videjuegos se trata, es la premisa de la que parte la obra Rojo. Game star o game over, en el aula de usos múltiples Luis Zapata, del Centro Cultural Domingo Soler.
Más allá de una clásica historia aleccionadora, la dramaturgia armada en una especie de collage con fragmentos propios y de clásicos de William Shakespeare o del español Rodrigo García, discurrió entre la metaficción y lo absurdo en medio de luces, movimientos mecánicos y frases singulares que le dieron una vuelta de tuerca convirtiéndola en una pieza cercana a lo posdramático, un subgénero poco abordado por los dramaturgos en el puerto.
En entrevista la actriz Alet Rojas Contreras –quien con este trabajo obtuvo una beca a la creación artística este año (PECDAG)–, refirió que se trata de una creación colectiva con la colaboración de los actores Leonardo Cuesta e Ilian Blanco, por lo que no hay un director; “todos cooperamos con nuestras ideas, nos planteamos entre todos cómo armar una historia después de haber investigado acerca de cómo nos afectan los videojuegos en la vida real, en nuestras relaciones personales y tratar de hilarla para que funcionara”.
Y es que a pesar de que sobre el escenario, con las ventanas tapiadas para oscurecerlo, se presentaron diversas viñetas inconexas, fue posible hallar el hilo conductor. Así, entre la representación de vida actuada y la vida imaginada de los mismos personajes, una pareja supuestamente enamorada debe confronta sus conflictos en ambientes tan íntimos como la regadera.
“Es un asunto de entender que la vida puede parecer un juego y los estímulos, al igual que los videojuegos, son importantísimos, siendo en el caso de los últimos más fáciles de obtener”, explicó la actriz, quien cuenta con una Licenciatura de Arte Teatral con especialización en actuación en el Instituto Superior de Arte de La Habana, Cuba.
“En la vida real no podemos manipular el tiempo”, agregó Rojas Contreras, cosa que sí en un videojuego, y de ello dio cuenta la obra que de la mano del personaje de Leonardo Cuesta adelantó, repitió y hasta manipuló lo que podría ser el juego en sí, pues en momentos aparecieron un par de personajes quiene parecían reparar las escenas y a los actores-jugadores.
A base de luces de colores y con diversas melodías y efectos tan especiales como simples, los tres actores lograron dar a entender su mensaje a la veintena de personas que se dieron cita para ver la puesta en escena que estará presentándose hasta el domingo.

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