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Con homenajes sepultan a Juan Alarcón en el panteón central de Chilpancingo

*Recuerdan que más de una vez estuvo cerca de ser secuestrado o asesinado

Rosalba Ramírez García

Chilpancingo

El cortejo de despedida del presidente de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), Juan Alarcón Hernández, duró tres horas e incluyó una última visita a su casa y al edificio del organismo que presidió desde 1990.
Poco después de las 9 de la mañana, unos 50 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa llegaron a la explanada principal de la Codehum y le rindieron un homenaje por el apoyo recibido durante los últimos años.
A las 3 de la tarde de ayer, el cuerpo del ombudsman guerrerense fue trasladado de Funerales Chilpancingo a su casa en la colonia 20 de Noviembre, al sur de la ciudad, acompañado por decenas de vehículos de familiares, amigos y políticos.
Ahí permaneció más de media hora mientras realizaban algunos rezos, y hasta ahí llegó la ex procuradora Martha Elva Garzón Bernal y su hermana la ex diputada panista Irma Lilia Garzón Bernal, lo m,ismo que la secretaria de Desarrollo Social Beatriz Mojica.
Después fue trasladado al edificio de la Codehum ubicado en la esquina de Juárez y Galo Soberón y Parra, donde ya lo esperaban trabajadores y compañeros de trabajo, donde su compañera fundadora?María Fausta Luna Pacheco recordó que Juan Alarcón fue factor de unidad cuando se conformaba el organismo y lo definió como “un guerrero pacificador”.
Afirmó que en “muchas ocasiones” estuvo a punto de ser secuestrado y asesinado.
Por su parte, el visitador general de la Codehum, Hipólito Lugo Cortés, recordó un episodio escrito de la lucha estudiantil por la autonomía universitaria en 1960, en el que participó, que se desarrolla en un discurso de Alarcón Hernández en el jardín central de Chilpancingo donde “sobre el toldo de un carro arengué a la población ahí reunida y pregunté quién era el culpable de todo el desorden, y el pueblo respondió que Caballero Aburto, pues entonces dirijamos nuestra lucha en contra de éste, dije”.
Ahí leyó una carta del representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidad para los Derechos Humanos, Javier Hernández Valencia,?en el que envió sus condolencias, así como de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
Después de las cinco y media de la tarde, el cuerpo de Juan Alarcón Hernández fue sepultado en el panteón central de Chilpancingo y despedido entre llanto, expresiones de solidaridad, de reconocimiento y poesía.
En representación del gobernador Ángel Aguirre Rivero acudió la secretaria de Educación, Silvia Romero Suárez, y estuvo el presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Bernardo Ortega Jiménez, líderes y militantes y dirigentes de grupos políticos.
En el transcurso del día hasta la funeraria donde fue velado el cuerpo de Juan Alarcón llegaron funcionarios y políticos, como el vocero del gobierno del estado José Villanueva Manzanares, el auditor general del estado Arturo Latabán López, integrantes de la Comisión de la Verdad y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG).
El luchador social y su ex compañero en el movimiento de 1960 y hasta la fecha en la Codehum, Pablo Sandoval Cruz, caminó en el cortejo, y también llegó el sobreviviente de la masacre en El Charco, Efrén Cortés Chávez, lo mismo que el dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plá-cido Valerio.

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