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Justicia, la demanda de cuatro mil asistentes a la conmemoración del asesinato de los normalistas

*Se celebró una misa en el lugar donde fueron asesinados Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino en la Autopista del Sol. Después marcharon hacia el zócalo de Chilpancingo, donde se realizó un mitin. “Juicio político a los asesinos”, pedía una manta con los rostros del gobernador Ángel Aguirre Rivero y Humberto Salgado Gómez

Lourdes Chávez

Chilpancingo

En el lugar en el que hace dos años fueron asesinados Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino, unas cuatro mil personas se concentraron ayer para recordar la agresión policiaca contra estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en la Autopista del Sol.
Los asistentes, deudos, normalistas de diferentes estados de la República, activistas y campesinos, participaron en una ceremonia religiosa en el punto conocido como el Parador del Marqués, al sur de la ciudad, y luego avanzaron con disciplina por un carril del bulevar Vicente Guerrero y concluyeron con un mitin político en la Plaza Primer Congreso de Anáhuac, de las 12 del día a las 4 de la tarde.
Las actividades comenzaron junto a la Autopista del Sol, en el lugar donde los estudiantes se manifestaron en 2011, con una misa católica que se enmarcó en los festejos de la virgen de Guadalupe, a través de cantos y alusiones a la fiesta patronal de este día.
Durante la celebración, el ministro a cargo del culto religioso hizo oraciones por los normalistas y líderes sociales asesinados en los últimos dos años: Luis Olivares Enríquez y su pareja Ana Lilia Gatica, en Coyuca de Benítez; Rocío Mesino Mesino en Atoyac; Juventina Villa con su hijo Sergio Santana Villa, y su esposo Reynaldo Santana Villa, de la Sierra de Coyuca de Catalán, y Arturo Hernández Cardona, así como Rafael Banderas y Angel Román, activistas asesinados en Iguala, entre otros.
Al concluir la misa, los familiares denunciaron la impunidad en las violaciones graves a los derechos humanos cometidas el 12 de diciembre, y ratificaron que mantendrán su exigencia de justicia.
Luego los padres de las víctimas llevaron ofrendas a las cruces que llevan los nombres de sus hijos junto a la carretera, en ese momento bloqueada, para volver a llorar a sus muertos.
En el sentido de sur a norte, la familia de Jorge Alexis colocó flores y veladoras. El joven cayó en este carril por un impacto de bala en la cabeza cuando iba a cruzar la valla de cemento.
En el sentido de norte a sur, doña María Amadea de Jesús hizo oración y cubrió de flores y copal la cruz que recuerda el lugar donde terminó la vida de su hijo Gabriel, que murió cuando corría frente a los policías federales que se encontraban sobre la carretera, pero cayó hacia adelante, lo que indica que el impactó venía de una dirección diferente a ellos.
A la 1:30 de la tarde, la banda de guerra Halcones Dorados marcó el inicio de la marcha hacia el zócalo de la ciudad, que se acompañó durante el trayecto por más de una hora, con el canto de consignas y las marchas de tambores. Con fuerza, hombres y mujeres entonaron por bloques diferentes frases revolucionarias.
Detrás de la banda caminaron los familiares de Gabriel y Alexis, y después de ellos los integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas de México (FECSM), donde están integradas las normales rurales del país.
Marcharon también estudiantes de una normal indígena de Michoacán, alumnos del Centro Regional de Educación Normal de Iguala, y egresados de las normales del estado con la exigencia de plazas. La protesta se caracterizó por la presencia mayoritaria de hombres y mujeres jóvenes.
La manta principal de la protesta fue por “juicio político a los asesinos”, con el rostro del gobernador Ángel Aguirre Rivero y del ahora coordinador de asesores, Humberto Salgado Gómez.
En el trayecto se sumó de forma particular a la protesta el reportero de cultura Erick Escobedo con un manifiesto que tituló “Guerrero es una cajita… repleta de cuerpos desmembrados y sangre”.
Hace dos años, por su juventud y delgadez, Erick Escobedo fue confundido por policías ministeriales con un normalista de Ayotzinapa, detenido y trasladado a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) con decenas de jóvenes y estudiantes durante el desalojo violento de la Autopista del Sol.
Ahí sufrió la misma suerte de ellos. Fue golpeado e intimidado por los agentes policiacos, hasta la intervención de sus compañeros de gremio.
En su desplegado impreso declaró: “me uno a toda resistencia civil que ejerce el derecho inalienable de alterar o modificar la forma de nuestro gobierno. No quiero ser un ciudadano más encerrado en su santuario ¡basta de actitudes contemplativas!”
Se identificaron por sus uniformes verde olivo los integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de Tixtla y Olinalá, que exigieron la libertad de sus presos en distintos penales del estado y el país. Con ellos, a pesar de su edad, el papá del promotor de la Policía Comunitaria de Tixta, Gonzalo Molina González. Entre sus leyendas de protesta, en una se leía: “Aquí estamos los que perdimos el miedo”.
Destacaron por sus distintivos la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), que llevaba decenas de fotografías con el rostro de su dirigente asesinada hace dos meses, con la leyenda “Rocío somos todos”, y el Frente de Defensa Popular (FDP) con banderas rojinegras.
Asimismo, protestó una representación de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), entre otras organizaciones sindicales y sociales del Movimiento Popular Guerrerense.
Salvo un incidente al principio de la protesta, cuando normalistas obligaron a un particular a borrar las fotos que estaba tomando a los estudiantes, la movilización se realizó sin incidentes, no hubo pintas ni destrozos.
La dirigencia estudiantil de la normal recordó que sus protestas serían pacíficas, para evitar la criminación de grupos, a pesar de las agresiones y hostigamiento de las autoridades.
Alrededor de las 3 de la tarde, los manifestantes entraron al primer cuadro de la ciudad, colocaron las mantas de protesta en la explanada y comenzó el mitin político con el himno Venceremos.
Intervinieron, como es su costumbre, un representante de cada normal rural integrada a la FECSM para repudiar el desalojo violento y la muerte de sus compañeros, y un integrante del comité nacional ratificó que el gobierno no tiene derecho a reprimir ni asesinar estudiantes.
El secretario general del Comité estudiantil de la normal rural de Ayotzinapa, Guillermo Hernández Castro, aclaró que las demandas académicas que se discuten con las autoridades como parte del pliego petitorio, son diferentes a la exigencia de justicia.
Afirmó que mientras no haya justicia para Gabriel y Alexis habrá movilizaciones, en respuesta a las declaraciones del gobernador que en un acto público dijo que con la entrega de plazas ya no habría razón para las marchas, cuando estaba en puerta esta protesta.
Asimismo, señaló que si las autoridades educativas insisten en que el gobernador entregue un camión a los estudiantes, que es parte de las demandas del pliego petitorio, prefieren no aceptarlo por dignidad, porque mantendrán su postura de no reunirse con el Ejecutivo, a quien responsabilizan de la muerte de sus compañeros.

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