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“No estaba desaparecido”, dice el líder Iván Arizmendi y denuncia acoso de policías

*En entrevista durante la marcha de ayer en la Costera, el dirigente transportista indicó que no ha tenido comunicación con José Sánchez Sánchez ni con Arturo Valle desde hace 72 horas

Aurora Harrison

El secretario general del Autotransporte al Servicio del Estado de Guerrero (CTM), Iván Arzimendi Nava, aclaró que no estaba desaparecido, “que por suerte o por fortuna aquí estoy y doy la cara”, pero que no sabe nada de José Sánchez Sánchez, y de Arturo Valle, que no ha tenido ni comunicación verbal ni escrita con ellos desde hace 72 horas.
Consultado en la marcha de ayer en la Costera, Arizmendi Nava denunció que ha sido hostigado por policías que se dicen enviados por el secretario de Seguridad Pública, Alfredo Álvarez Valenzuela, para que se le imponga una cuota al transporte público.
Señaló que los filtros revisión que instalaron los policías impidieron que más de 700 unidades de la zona conurbada se manifestaran contra la “institucionalización del cobro de piso” y para pedir la destitución del secretario de Seguridad Pública.
El sábado, la esposa del abogado José Sánchez denunció, en una visita a la redacción de El Sur, que estaban desaparecidas cinco personas, entre ellas su esposo, a lo que el líder indicó que: “desconozco porqué todos estamos desperdigados, somos perseguidos los que estamos al frente de este movimiento y no tenemos comunicación con nadie”.
“Yo estoy aquí porque estoy limpio y porque el que nada debe nada teme”, y aseguró que no se va a amparar porque “no soy delincuente, pero ahora para el gobierno somos delincuentes perseguidos y no le vamos a dar motivo para que nos encarcelen”.
“Desconozco porqué hasta el momento no he podido tener comunicación ni verbal ni escrita ni vía telefónica con ellos (José Sánchez y Arturo Valle), andábamos juntos pero ahorita tenemos 72 horas que no lo vemos”, declaró.
Abundó que se enteró por los medios de comunicación que se detuvo a dos personas y que hay órdenes de aprehensión, pero que no se amparó; “que la autoridad proceda porque tal parece que manifestarse es un delito y pido disculpas a la ciudadanía y al alcalde Luis Walton si se le ha ofendido, al gobernador Angel Aguirre y al presidente de la república, Enrique Peña Nieto, pero a lo mejor no están enterados de lo que pasa, somos objetos de cobro”.
Al preguntarle si presentará un amparo colectivo por las órdenes de aprehensión contra los que encabezan el movimiento, Arzimendi Nava respondió que “si no hay una autoridad que nos atienda, cree que haya una autoridad que nos defienda, ahora el pueblo al que le piden el voto es perseguido, es la nueva manera de gobernar”.
“Si tengo que pagar el precio de defender a mis agremiados aquí estoy dando la cara, aquí está el mensaje, aquí que venga la autoridad y que me detenga, que no gaste tanto dinero en operativos, los invito a un debate público para decirle que necesitamos empleo, seguridad, salud y necesitamos estudios”, puntualizó el dirigente.
Abundó que la marcha no tiene el contingente muy fuerte porque los filtros de revisión que se instalaron lo “impidieron” y se regresó a la gente, a más de 700 unidades que quedaron retenidas, “camiones donde venían personas los regresaron de lugares como la Cima, Las Cruces, Cayaco, La Sabana y de Calzada Pie de la Cuesta”.
La semana pasada, dijo, seis hombres encapuchados, vestidos con uniforme de policía, “me dicen que el nuevo secretario de Seguridad Pública está imponiendo cuota. No puedo señalar nombres porque no traen el rostro descubierto como lo traigo yo”, e insistió en que no lo van a permitir a pesar de las órdenes de aprehensión en su contra por los bloqueos y daños.
Explicó que las cuotas van desde los 50 pesos para los taxis por cada turno, 75 para las camionetas, mil para los Torton, mil 500 para las góndolas y que tienen que recaudar un millón de pesos mensuales porque se tiene que entregar; “no es justo, porque yo represento un sector de la CTM donde albergamos unos 200, pero los taxis y camionetas somos más”.
“A mí me abordaron en mi oficina al llegar a El Cayaco, me detuvieron seis personas y me dijeron que como representante sindical les recabara la cuota. Iban vestidos como policías y se cubren el chaleco, pero eran azules, no sé si son policías o seudopolicías, ya no sabemos porque la verdad es que no me entregaron ningún oficio”, señaló.
Al preguntarle si se reunirán con las autoridades para que no haya cobro de cuota, respondió: “pido una audiencia al señor presidente por medio de estos medios para hacerle saber lo que pasa y una audiencia con el gobernador para que se entere, con el presidente de la República o con cualquiera de los secretarios federales para informarle y decirle lo que pasa”.
“Es verdad, soy de El Treinta, soy sobrino del extinto Abel Arizmendi Flores, y quien lo conoció debe dar fe y testimonio de qué tipo de persona fue. Soy amigo de muchos personajes importantes en la comuna porteña pero respondo por mis actos”, dijo sin pregunta de por medio de reporteros.
Arizmendi Nava respondió a una nota publicada en un diario nacional en el sentido de que su primo Carlos San Román, su hijo “Marlon San Román Arizmendi, es el único treinteño becado en la Universidad de Harvard y también es mi sangre porque tenemos de todo”.

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