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Persiste el riesgo de hambruna en La Montaña, advierte el Centro Tlachinollan

Lourdes Chávez

Chilpancingo

El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, dijo que ningún funcionario va a reconocer la tragedia de los pueblos de La Montaña causada por la tormenta Manuel, porque implica poner en entredicho sus programas sociales, pero ratificó que se vislumbra una situación compleja, de riesgo de hambruna, si no se da atención oportuna a esta emergencia.
Como  ejemplo, señaló que entre octubre y noviembre la migración de jornaleros agrícolas creció en 20 por ciento en relación con el año anterior, y “es claro que la gente tiene que salir de la región si no hay empleo ni maíz”.
Esto, luego que el delegado federal de la Sedesol, José Manuel Armenta Tello, opinó que está muy lejos de ocurrir una hambruna en la Montaña por las lluvias de septiembre, pues el siniestro no supera 30 por ciento de afectaciones en los cultivos del estado.
Sin embargo, Barrera Hernández denunció que en el Plan Nuevo Guerrero y en el Consejo de Restauración que presiden empresarios, están ausentes las comunidades indígenas, y la propuesta de los pueblos es que las alternativas de atención surjan del microcosmos comunitario, en asambleas.
Informó que el viernes pasado estuvo en la comunidad desplazada de El Tepeyac, del municipio de Malinaltepec, cuyos habitantes viven en la incertidumbre porque las autoridades no les presentan una alternativa de reubicación, sobre todo para tener una parcela donde trabajar como familias del campo.
Señaló que los planteamientos oficiales son insuficientes y los funcionarios siguen regateando el financiamiento público para comprar un terreno, mientras la gente, con sus propios medios, está buscando la manera de entender el problema de una reubicación.
Indicó que El Tepeyac tuvo problemas con pobladores de Tepecotlán por la ocupación de sus tierras, pero hicieron un acuerdo temporal, con plazo al 31 de diciembre, para encontrar otro sitio donde vivir.
Barrera Hernández consideró que podría renovarse el acuerdo, pero los damnificados entienden que no pueden permanecer mucho tiempo en esta situación de zozobra.
Lamentó que en casos como el de La Montaña, las autoridades dejen la reconstrucción a las comunidades desplazadas, a pesar de los discursos de reconstrucción del Plan Nuevo Guerrero, anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto.
Recordó que Peña Nieto ofreció revertir el rezago social y las grandes inequidades históricas en la entidad, pero en los hechos sus colaboradores dicen que no hay dinero para reubicarlos en otro sitio.
Afirmó que los funcionarios intentan parchar una situación para simular soluciones de un problema muy complejo, que tiene que ver con la reconstrucción en condiciones dignas, apropiadas, como lo requieren los pueblos indígenas.
Subrayó que si los pueblos no tienen dónde reubicarse, menos seguridad de alimentación, porque no tienen parcelas que les garanticen  que en el próximo periodo de siembra de junio, van a poder sembrar.
Por esto, insistió en que se vislumbra una situación más crítica, sobre todo si no se atienden en su justa dimensión las necesidades, y existe el riesgo de una hambruna en el 2014.
Consideró que las autoridades se empeñan en negar este problema desde un escritorio, pero no saben que la gente ya no tiene maíz, se agotaron sus precarias reservas, y por eso el incremento de las familias que se van a Sinaloa y Michoacán como jornaleros.
Informó que en la reunión los campesinos reconocieron el apoyo solidario de organizaciones civiles, religiosas, de los jóvenes que los están ayudando, aunque sea de forma provisional a levantar sus viviendas, distinto al trato indiferente de las autoridades que piensan que enviando cobijas, láminas y algunos aparatos electrodomésticos se va a resolver el problema del  hambre.
Del envío de granos que han realizado algunas dependencias, aclaró que es a medias y en función de la presión que ejerce determinada comunidad, pero no hay una visión profunda, integral y comprometida para resolver el problema de devastación, de comunidades desplazadas y de cómo recuperar los suelos que se desgajaron con las corrientes de agua. Indicó que la lluvia se llevó parcelas enteras.
Señaló que en el Consejo de Comunidades Damnificadas están acuerpados 200 comunidades de 12 municipios, y el tema central es el abastecimiento de granos básicos, pero a la fecha no han respuesta a la petición que presentaron a la Sedesol en la ciudad de México.

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