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Provocó el levantamiento zapatista en Chiapas hace 20 años un arte activista

Óscar Cid de León / Agencia Reforma

Ciudad de México

El levantamiento de hace 20 años en Chiapas vio nacer un arte activista del que abrevarían incontables creadores, insospechados, incluso, como el misterioso Banksy, grafitero inglés de quien se dice visitó Chiapas en 2001 y dejó su marca.
Uno de sus obras muestra a un grupo de hombres con pasamontañas jugando futbol, sobre fondo rosa.
Marcos, el Subcomandante, sería un gran protagonista de la iconografía zapatista que permeó en las artes.
Un ejemplo se observa en la obra de Ambra Polidori, quien se apropió de una imagen del fotógrafo Pedro Valtierra, que muestra a Marcos con pipa y a caballo, para ubicarla al centro de un tríptico tricolor en el que se reproduce la frase “Ce n’est pas une pipe” de René Magritte. “Esto no es una pipa”.
Otro caso es el de Salvador Salazar, quien en 1996 pintó El grito verdadero, un óleo que muestra al subcomandante desnudo con una metralleta en la mano derecha y la bandera de México en la izquierda.
“Los murales que hemos realizado son los colores de todos, son la rebeldía estetizada de todos. Ya no son nuestros, son de las comunidades, son del movimiento social, son de todos”, dice Gustavo Chávez Pavón, cuya mano está en múltiples frescos en Oventic.

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