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Sigue la tala inmoderada en la sierra, denuncian ecologistas de Chichihualco

Advierten los inconformes que en 2014 los campesinos verán afectada su producción por la disminución de los cuerpos de agua

Lourdes Chávez

Chichihualco

La organización de ecologistas de Chichihualco denunció que continúa la tala inmoderada en la sierra de Leonardo Bravo, a pesar de que autoridades estatales y federales aseguraron que se detendrían mientras hubiera un conflicto entre el ejido y la población.
Los inconformes advirtieron que en 2014 los campesinos que siembran elotes de riego verán afectada su producción por la disminución de los cuerpos de agua, pues aunque en la temporada hubo lluvias intensas que arrasaron con muchos pueblos, sin árboles no hay suficiente capacidad para retener las reservas de agua.
El grupo de activistas que hizo esta denuncia pidió reservar sus nombres por la violencia que a mediados de noviembre se suscitó en la cabecera municipal, y porque también han recibido amenazas de las autoridades agrarias de Chichihualco por denunciar que están arrasando con los bosques.
Responsabilizaron al presidente del ejido, Faustino Vizozo Duque, y a su comité si algo le ocurre a alguno de los integrantes de la organización de ecologistas.
Indicaron que a través del altavoz de la comisaría ejidal, que escuchó todo el poblado, dijo a los representantes de la organización de ecologistas que los iban a colgar del árbol más grande de la sierra por chismosos, porque ellos (las autoridades agrarias) no estaban talando la sierra. Estimaron que esto ocurrió en octubre y a través de terceros, les ha enviado a decir que no se metan en más problemas.
Asimismo, denunciaron que el alcalde, Leopoldo Cabrera Chávez los presionó para dejar de hacer denuncias públicas, pero consideraron que no pueden seguir callados ante la omisión de las autoridades estatales y federales de medio ambiente que constataron el corte de árboles cerca de los manantiales que no estaban marcados según el plan de manejo que autorizó la Semarnat para diez años de aprovechamiento.
Consideraron que al ritmo que va la explotación de madera, el bosque no va a terminar antes de que concluya el permiso federal.
Indicaron que en mayo, después que hablaron con el gobernador Ángel Aguirre Rivero sobre esta problemática, el ejecutivo ordenó que detuvieran el corte de árboles, pero el aserradero que compró los derechos del ejido reanudó los trabajos en octubre.
Afirmaron que a la fecha están abiertas las brechas para llevar los camiones de madera al aserradero de Lagunillas, en Amojileca, y estimaron que este conflicto también va a afectar a Chilpancingo porque están cortando árboles de la zona conocida como Las Trincheras, que se encuentra arriba del bosque de Omiltemi, de donde se abastece a la capital.
Reiteraron que siguen talando árboles de El Faisán, Agua de las Tablas y Filo Trozado, que es donde se surten de agua los manantiales que abastecen a Chichihualco.
Consideraron que si el gobierno federal tuviera la intención de cuidar los recursos naturales, como dicen en su propaganda institucional, debería promover estímulos para la conservación de los recursos naturales, en lugar de autorizar aprovechamientos sin control.
También cuestionaron la efectividad de las dependencias llenas burócratas en oficinas que se niegan a hacer trabajo de campo. Por ejemplo, señalaron que la delegada de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Maricela Ruiz Massieu, fue prepotente cuando le explicaron su queja y les pidió fotografías y videos para comenzar el trámite.
Aclararon que el único delito que les pueden señalar es el cuidado del medio ambiente, porque no reciben un peso por esta lucha, al contrario, cooperan para hacer las gestiones en las dependencias donde han encontrado oídos sordos.
Ante la omisión de las autoridades, solicitaron la solidaridad de organizaciones ecologistas de Chilpancingo y de la sociedad civil para atraer la atención de las autoridades que ya detuvieron una vez la explotación del bosque.
Recordaron que las afectaciones de la tormenta Manuel del 14, 15 y 16 de septiembre, se deben principalmente a que se taló la cubierta vegetal de los cerros, que ocasionó grandes deslaves que arrastraron con viviendas y cultivos.
Reconocieron que tienen temor porque varios lideres ecologistas han desaparecido, pero adelantaron que van a insistir en el cuidado de los bosques, por los niños y las nuevas generaciones.

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