Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Eduardo Vázquez a Cultura-DF

Por fin, después de muchos meses de conflicto e incertidumbre, Miguel Ángel Man-cera nombró secretario de Cultura de la ciudad de México a Eduardo Vázquez Martín, quien entra en el lugar que el próximo lunes deja libre Lucía García Noriega. La noticia se hizo oficial el pasado viernes, pero durante toda la semana circuló en redes sociales. Vázquez Martín (DF, 1962) trabajó en la caótica pero intensa gestión de Alejandro Aura en el Instituto de Cultura y le atribuyen la creación de la Fábrica de Artes y Oficios o Faro de Oriente, uno de los más ricos experimentos sociales del Distrito Federal. También fue coordinador del Instituto de México en Madrid, funcionario de la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, director del Museo de Historia Natural de Chapultepec y coordinador de Difusión del Instituto Nacional de Antropología e Historia durante la efímera gestión de Sergio Raúl Arroyo. Eduardo Vázquez es antropólogo, ha colaborado en Letras Libres, La Jornada Semanal y otras publicaciones y es autor de seis libros de poesía: Navíos de piedra, Comer sirena, Entre las sábanas, Minuta, Naturaleza y hechos. Lluvias y secas es su título más reciente. Se trata de un funcionario experimentado, pero aun así no le será fácil restablecer diversos programas que suprimió su antecesora ni tender los indispensables lazos con la comunidad intelectual y artística, tradicionalmente ignorada por las administraciones perredistas. Es de esperarse que aproveche el talento organizativo y la riqueza de ideas de grupos y personas que, al margen del gobierno capitalino, han mostrado más aptitud y empuje que toda la burocracia de la Secretaría de Cultura, como es el caso de la Brigada para Leer en Libertad, que cada año celebra una veintena de ferias del libro en diversas delegaciones. Ah, y ojalá sustituya con actividades de veras artísticas los talleres de Kung-fu, macramé y punto de cruz.

Falleció Guillermo Arriaga

Dueño de una sólida formación dancística, musical y escénica, el recién fallecido Guillermo Arriaga pudo incursionar exitosamente en varias disciplinas. Primerísimo bailarín, maestro de danza y coreógrafo, pocos, sin embargo, recuerdan que él y Alejandro Jodorowsky formaron el primer grupo de mimos que tuvo México o que en los años 60 fue director escénico del Ballet Folklórico de México. Funcionario cultural eficiente y honesto (garbanzo de a libra en este Mexiquito tan saqueado por quienes deberían protegerlo), ocupó, entre otros cargos, el de director de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes. Obtuvo reconocimientos en Chile, Venezue-la e Israel y aquí en su patria recibió el Premio José Limón y el Nacional de Ciencias y Artes y formó parte del Seminario de Cultura Mexicana y de la Academia de Artes. Lo re-cordaremos por su alegre modestia y su generosidad, por su espíritu abierto y por su arte. Estará presente en cada puesta de su Zapata, coreografía grandiosa, arte mayor del que podemos estar orgullosos. Gui-llermo Arriaga era en verdad grande.

El periodismo de Efraín Huerta

En este 2014 en que celebramos el centenario del nacimiento de Efraín Huerta, cabe recordar que además de poeta inmenso fue un gran periodista del que hace falta reunir artículos y columnas, que en estilo gozoso y picarón decía cosas muy interesantes. Por él supimos que estando Rodolfo Usigli en tierras británicas, a principios de 1945, fue con Ernesto Madero a visitar a George Bernard Shaw y que éste, insolente, al recibirlos preguntó si México era una de las barras o de las estrellas, a lo que Usigli, en perfecto inglés, respondió con una mentada de madre y una clase de historia, sin amilanarse ante aquel figurón al que admiraba. Era el mismo Usigli que en otra ocasión se lio a golpes con Salvador Novo y ambos rodaron por las escaleras de Bellas Artes ante el estupor de la concurrencia. Tiempos aquellos en que la intelectualidad dirimía sus diferencias a trompones.

Usigli igual daba que recibía

Efraín Huerta, el Gran Cocodrilo, recuerda que Usigli escribió un artículo, El buen arte del mal decir, en el que proponía que hubiera una Constitución para la República de las Letras con sólo dos artículos: el primero, “interesarás y darás placer a tu lector”; y, el segundo, “escribe como quieras…”. Otra anécdota que narra Efraín, aunque no recuerda la fuente, se refiere a una larga carta en que, “dialéctico y torrencial”, Usigli le reclama a Fernando Soler a propósito de la proyectada puesta en escena de una de sus obras. Como Soler tardara en responder, corrieron por ahí unos versos que hacían burla de su lentitud: “¿Ya le contestaste a Usigli, su breve carta, Soler? La estoy leyendo hace un sigli, y no la puedo entender”… Sí, hay que reunir los trabajos periodísticos del maestrazo de Silao.

Premio de novela Sergio Galindo

La Universidad Veracruzana convoca a los escritores nacidos o residentes en América Latina al Premio Latinoamericano de Novela Sergio Galindo, que otorga al ganador la suma de 150 mil pesos (a cuenta de regalías). Las obras, de tema libre, deberán ser inéditas (bajo declaración jurada), estar en español, firmadas con seudónimo y acompañadas de la plica respectiva, grabadas en disco compacto por triplicado, con no menos de 150 cuartillas ni más de 400 en 12 puntos del tipo Times New Roman. Cada novela tendrá que ser la primera del respectivo autor, quien no habrá cedido los derechos de publicación en ningún país, en español o en otra lengua, pues la obra será publicada por la propia institución convocante. Los trabajos deben enviarse a la Direc-ción Editorial de la Universidad Veracruzana, Hidalgo 9, Zona Cen-tro, CP 91000, Jalapa, Veracruz. La convocatoria se cierra el último día de enero. Mayores informes en www.uv.mx/filu o en [email protected]

Más sobre amor y violencia

Ale del Castillo y Moisés Castillo publicaron en 2010 el libro Amar a Madrazos, un reportaje sociológico sobre la terrible mezcla de amor y violencia entre los jóvenes. La obra fue un éxito de librería y ahora, de los mismos autores y con prólogo de Wilbert Torre, acaba de aparecer Los nadie (Ed. Grijalbo, 2013), historias de violencia ya no sólo de adolescentes, sino también entre niños y en el seno familiar. Un horror que está frente a nosotros.

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