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Tlachinollan

¿Cómo empezar el 2014?

Centro de Derechos Humanos de La Montaña, Tlachinollan

 
Más allá de los parabienes de año nuevo y  los momentos efímeros de las francachelas, la cruda realidad nos obliga a despertar del marasmo para vislumbrar los nuevos escenarios que nos ha impuesto la clase gobernante del país, con la aprobación de sus reformas en telecomunicaciones, político-electoral, hacendaria y energética.
En la víspera de año nuevo, el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto difundido en YouTube, fue en esa línea: “Que el 2013 sea recordado como un año de grandes transformaciones, un año en que México se atrevió a despegar”. Agrega: “Es hora de creer juntos. Hagamos historia”. Y concluye  “que el 2014 sea el año de la eficacia”, es decir, que los tiempos del cabildeo, la negociación, la presión política y las protestas ciudadanas, terminaron con la aprobación de la reforma energética, que fue aprobada por el PRI y el PAN.
Con un país tan polarizado por la pobreza y la desigualdad y tan azotado por la violencia, el poder presidencial ha trazado su propia órbita como la única opción para salir de esta crisis económica y social. Con toda la aplanadora televisiva se nos quiere hacer creer que con la privatización de nuestro subsuelo y la entrada de capitales extranjeros lograremos en cascada el desarrollo tan anhelado, a imagen y semejanza de Estados Unidos.
Estos sueños guajiros ya fueron publicitados hace 20 años con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México, Estados Unidos y Canadá. Precisamente cuando Carlos Salinas de Gortari celebraba su hazaña, los indígenas, los excluidos de siempre, irrumpieron en la madrugada del primero de enero de 1994 para decir ¡basta! El levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, tiró por la borda los planes transexenales de Salinas de Gortari, quien colocó a nuestro país al borde de una guerra, por la lucha encarnizada de dos proyectos de nación que siguen en disputa.
Lo grave de estas decisiones políticas cupulares fueron las consecuencias fatales que acarreó el libre comercio, al fortalecer la dependencia económica de nuestro país con las grandes potencias mundiales, lo que trajo aparejado un mayor desquiciamiento de nuestra economía que ha sumido en la pobreza a más de 53.3 millones de mexicanos y mexicanas.
Fue en este periodo cuando la pobreza en México se empezó a equiparar con los países del Africa Subsahariana. El Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) del programa de las naciones unidas para el desarrollo del año 2000, es muy ilustrativo. Presenta al municipio de Metlatónoc como el más pobre de México comparado con Malawi y Mali, ocupando el lugar 162 y 163 mundial, de una clasificación total de 177 países. En el ámbito educativo Metlatónoc quedó entre los últimos lugares de la clasificación mundial comparado con Burkina Faso (175), Sierra Leona (177) y Etiopía (170). En el índice de salud Metlatonóc ocupó el lugar 141, entre Eritrea y Congo.
A 18 años de la firma del TLC, la situación socio económica en nuestro país y en Guerrero, va de peor en peor; de acuerdo con las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) los municipios que se ubican entre los 15 más pobres de México son Cochoapa el Grande, Metlatónoc, Tlacoapa, Atlamajalcingo del Monte y Zapotitlán Tablas. Como ya es común hablar, se trata de municipios de la Montaña alta, donde habitan los me phaa y na savi.
Si partimos de que la situación catastrófica de los pueblos de Guerrero y en concreto de la Montaña empeoró con la tormenta Manuel, la vida de los pueblos indígenas es ruinosa. Su mundo plagado de carencias y sumido en el abandono y la incertidumbre los ofusca y los hace presa de la desesperación. No quieren imaginar cómo sobrevivirán en esta temporada del hambre que ya está encima de ellos y que se prolongará para todo el año, porque la siembra del temporal no podrá realizarse con los cerros desgajados y los suelos perdidos.
¿Cómo empezar el año? ¿Por dónde buscar la salida? ¿En quién fincar las esperanzas para poder resolver las necesidades más apremiantes? ¿Cómo traducir esos discursos de políticos veleidosos, esa verborrea hueca y esa millonaria propaganda sobre las bondades de la reforma energética en realidades tangibles, que reviertan la miseria secular de los pueblos de la Montaña?
Para las cúpulas del PRI este 2014 es para afianzar su poder teniendo como plataforma de lanzamiento y su capital político en  los cambios legislativos alcanzados. Lo prioritario es trabajar en la aplicación de las reformas con la misma lógica de la imposición,  presentando propuestas hechas a modo sobre las leyes secundarias. Sacarán la mejor tajada ante un escenario político nacional que pinta a su favor. Tienen  cuentas alegres por los resultados que les favorecieron y porque sin tanta negociación  lograron imponer sus propuestas legislativas, dejando a un lado a las cúpulas del PRD, que se  quedaron con las ganas de seguir dentro del círculo de los privilegiados.
En Guerrero la situación se presenta muy turbia por toda la descomposición de la vida pública y por el empoderamiento de la delincuencia organizada dentro de los diferentes ámbitos del poder municipal y estatal, que siguen contando con el apoyo soterrado de fuerzas del Estado. No hay atisbos que muestren que las autoridades estatales se propongan cambios en la forma de ejercer el poder. Más bien han encontrado la fórmula eficaz: usar la fuerza, reprimir, violentar derechos, al fin y al cabo los costos políticos ya no tienen consecuencias legales. El recurso de la fuerza ayuda también a invisibilizar la debilidad y el caos que impera en los recintos del poder. No hay tregua para las organizaciones sociales que se obstinan en expresar su malestar apelando a la protesta en las plazas públicas; por el contrario, ya se han especializado en integrar averiguaciones previas y en hacer efectivas las órdenes de aprehensión. El aparato de justicia está presto para contra atacar a la población que ejerce su derecho a protestar para endilgarle delitos graves. Son las organizaciones sociales y sus líderes y no quienes viven del crimen los que están en la mira de los agentes del Ministerio Público.
En Guerrero, sin importar las graves violaciones de derechos humanos que han cometido las fuerzas armadas, el Ejecutivo sigue apoyando al Ejército y la Marina para que tengan el control de la seguridad pública y continúen aplicando su estrategia de guerra preventiva. El objetivo es contener la conformación de nuevas agrupaciones de las policías ciudadanas y acotar el accionar de las policías comunitarias. Ante cualquier manifestación de fuerza de estos grupos existe la orden de desarmarlos y aprehenderlos. La presencia de fuerzas especiales del Ejército para acciones de contrainsurgencia es una decisión política que no se pone a discusión. Se impone por encima de cualquier ordenamiento legal. Lo que importa es proteger a las elites políticas y a las instituciones que las sirven y no tanto garantizar el orden y la seguridad ciudadana.
Para los ciudadanos y ciudadanas de a pie, empezar el año significa enfrentar los estragos de una política que excluye a la clase trabajadora de un empleo seguro; que ya tiene en la mira al magisterio para hacer efectiva la reforma educativa, sobre todo en el ámbito de sus derechos laborales. Los jóvenes siguen siendo excluidos de programas públicos que les permitan desarrollar sus capacidades intelectuales, artísticas y productivas. Las mujeres no han encontrado el respaldo y el apoyo real de las diferentes instancias de gobierno que haga eficaz la defensa de sus derechos, más bien siguen padeciendo la misoginia y la violencia de los funcionarios encargados de procurar justicia.
La población indígena enfrenta el año con las calamidades de los desastres naturales, la pobreza endémica, la corrupción de los políticos y las amenazas del crimen organizado, que ha vuelto por sus fueros ante la persecución y encarcelamientos de los promotores de la policía comunitaria, que ha generado temor y conflictos al interior de algunas comunidades.
Para los políticos es el año de la rueda de la fortuna, los que andan deseosos de ocupar un cargo son capaces de todo con tal de agradar a los jefes políticos. No importan los colores, mucho menos las ideologías. Lo que es determinante es el dinero que tienen acumulado para ablandar la voluntad de los jefes y comprar votos. También en estos tiempo electorales los políticos ven que se hace más necesaria la búsqueda de apoyo de los grupos de la delincuencia, para tener buenos padrinos y contar con el respaldo de actores que están dispuestos a todo con tal de tener el control de la plaza y poder medrar con el dinero del erario público. Es el año de las promesas, de los enroques, de las negociaciones turbias, de los despechos y traiciones. Del show de quienes sin ningún rubor se ostentan como mesías y sienten que con ellos alcanzaremos la salvación. Lo peor de este destino fatídico, es que la sociedad ya los conoce y sabe la cola que arrastran, sin embargo, para su consuelo y su salvación, así es la política y los políticos de México.

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