El subsecretario de los reclusorios y directores de los penales de Iguala y Las Cruces, con largo historial

*El contralmirante José Manuel Rodríguez Morales era el jefe de la policía de Acapulco cuando ocurrió el incidente con los peregrinos

Carlos Moreno A.

El subsecretario del Sistema Penitenciario, el contralmirante José Manuel Rodríguez Morales, quien fue secretario de Seguridad Pública en Acapulco en el 2012, es el responsable de las 17 cárceles estatales y junto con él llegaron los dos directores de los penales en los que en los últimos días se han suscitado hechos violentos con saldo de  13 muertos.
Durante la madrugada del viernes, seis pistoleros irrumpieron en la cárcel de Tuxpan, en Iguala, y ejecutaron a cuatro reos, lo que generó un enfrentamiento con los custodios, donde cinco delincuentes fueron abatidos y un custodio herido, que murió un día después, dando un total de 10 muertos.
Y el lunes, tres reos de 10 que fueron trasladados de la misma cárcel de Iguala al penal de Las Cruces en Acapulco, fueron asesinados a golpes por otros presos cuando estaban en el área médica.
El contralmirante Rodríguez Morales estuvo como secretario de Seguridad Pública en Acapulco en el periodo de la alcaldesa priista Verónica Escobar, desde mayo del 2012, y luego fue ratificado en la actual administración de Luis Walton Aburto, hasta diciembre de ese mismo año.
Como titular de la SSP municipal sólo duró siete meses, hasta diciembre de 2012, luego de que presentó su renuncia para ponerse a disposición del Ministerio Público tras una agresión a comerciantes del Mercado Central que iban en una peregrinación, donde resultaron tres personas heridas por los disparos de los policías municipales.
Rodríguez Morales ocupa el cargo de subsecretario del Sistema Penitenciario desde julio pasado.
El director del penal de Tuxpan en Iguala es Juan Pablo Roldán Minero y el titular del reclusorio de Acapulco, Gustavo Adolfo González Buendía.
El primero fungió como director de la Policía Auxiliar Preventiva en la Secretaría de Seguridad Pública de Acapulco.
Roldán Minero es teniente coronel retirado del Ejército, y estuvo 25 días como director del penal en Acapulco, porque el 25 de septiembre del 2013 internos se amotinaron para exigir su destitución, mientras que afuera unas 400 personas pidieron lo mismo.
Roldán Minero también ocupó la dirección de un penal en Cieneguillas, Zacatecas, de donde salió también por un motín de reos que dejó una persona muerta y cuatro lesionados, en el 2008, de acuerdo con publicaciones de medios locales de ese estado.
Mientras que González Buendía llegó, según fuentes extraoficiales, hace poco más de tres meses, en octubre del año pasado, a la dirección del penal de Las Cruces, luego de que Roldán Minero fuera trasladado al penal de Iguala.
González Buendía fue director del penal de Morelos, donde fue acusado de irregularidades en su administración en el 2012, y tuvo una recomendación en la Comisión de Derechos Humanos de Sonora en el 2008 por la violación de los derechos humanos de los reclusos derivado de la recomendación 02/2008, de acuerdo con publicaciones locales de ese estado.
En la página del gobierno del estado no aparecen los nombres de los directores de los 17 reclusorios que hay la entidad, ni tampoco hay un directorio en la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad que los proporcione.
Una fuente extraoficial de la Procuraduría del estado informó que en los sistemas penitenciarios en el estado, que son 17, hay poco menos de 6 mil personas por diversos delitos.
La fuente precisó que unos mil 800 son del fueron federal y el resto del fuero común.  De los cuáles  unos 5 mil 500 son hombres y el resto mujeres.
Un ejemplo es el penal de Las Cruces,  donde se encuentran unos 2 mil 600 internos tanto del fuero común como federal, de los cuales unas 200 son mujeres y el resto hombres. Pero el penal sólo tiene capacidad para mil 600 reclusos.
Además, en las cárceles no existen las medidas de seguridad adecuadas, precisó una fuente consultada; así como tampoco servicios básicos como agua; hay deficiencias en la comidas y dormitorios, y principalmente en las áreas médicas donde los reos no cuentan con la atención ni los medicamentos necesarios.