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Marchan taxistas en la capital; piden permisos y dicen que no son delincuentes

*Puede haber números clonados y quienes trabajen para la delincuencia, acepta el líder de una organización

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

Taxistas que circulan en la ciudad de manera irregular bloquearon con 150 automóviles las avenidas principales de la capital para exigir al gobierno del estado permisos de trabajo.
A las 10:45 de la mañana de este lunes, 150 unidades de la numeración 525 en adelante se concentraron en el parque Margarita Maza de Juárez para protestar por falta de  permisos para poder trabajar en la capital.
Los taxistas que participaron han sido señalados por empresarios y transportistas como unidades al servicio del crimen organizado y se les conoce como narcotaxis.
Los taxis que no portan placas autorizadas, forman parte de la Unidad de Auténticos Trabajadores de Autos de Alquiler  (UATAA) y de la Unión de Transportistas Independientes de Chilpancingo (Utich).
Los taxis fueron rotulados con consignas como “No somos delincuentes”, “Exigimos el replacamiento inmediato”, “Pioquinto no somos criminales”, “Señor Gobernador, queremos la entrega de permisos”.
Se trasladaron al Palacio de Gobierno por la avenida Insurgentes, Presidente Benito Juárez, Ignacio Ramírez, la Miguel Alemán, la Lázaro Cárdenas y en cada una de ellas se mantenían detenidos durante 15 minutos.
El líder de la UATAA, Eleuterio Mendoza Carranza dijo que están en la mejor disposición para ser revisados por las autoridades, respecto a los señalamientos de estar protegidos por el crimen organizado.
“Yo creo que más que estar dispuestos, la autoridad debería hacerlo, nosotros estamos en la mejor disposición”, enfatizó.
Criticó que el líder de la Unión de Transportistas Democráticos (UTD), Apolinar Segueda Dorantes viva del trasporte sin respetar a los verdaderos trasportistas que tiene más de 20 años en el servicio y que no han recibido ningún permiso para trabajar.
Por su parte el líder de la Utich dijo que el director de la Comisión Técnica de Transporte y Vialidad, Juan Larequi Radilla evade su responsabilidad de atender a los choferes cuando dice que los taxis de la capital son “responsabilidad de Seguridad Pública”.
“Es lamentable que el director de la comisión de transporte, el señor Larequi  no dé la cara como debe de ser”, agregó.
Comentó que el director se deslinda de la responsabilidad de hacer estudios socioeconómicos y la depuración para darle respuesta a la demanda de los 150 transportistas.
“Dejó inconcluso el día 17 de diciembre un trabajo de depuración pública, en el cual no tuvo la capacidad para entregar como arca la Ley de Transporte y se indica que después de una depuración pública se debe de integrar el padrón único de trabajadores y el señor le dio más prioridad al trabajo del Acabús y aquí nos dejo al margen y a la deriva”, reclamó.
Insistió en que algunos llevan más de 25 años detrás de un volante, lo que les da derecho de recibir las placas para trabajar en la legalidad y que el gobierno no ha procurado.
Mendoza Carranza comentó que las organizaciones de taxistas que operan de manera tolerada en la capital cuentan con un padrón de los choferes que operan en cada una de las unidades, por lo que no descartó que existan números clonados que estén al servicio del crimen organizado.
“Muchos concesionarios ni siquiera sabe a que trabajadores traen en sus coches, nosotros como organización sí sabemos qué compañeros trabajan”, agregó.
Los taxistas llegaron al Palacio de Gobierno a las 12:15 de la mañana y bloquearon el carril norte-sur del bulevar con las 150 unidades que llevaban mientras que otros choferes portaban carteles donde exigían una audiencia para discutir la entrega de permisos para trabajar en la capital.
Después de 25 minutos fueron recibidos por el director de la Comisión de Transportes, Juan Larequi Radilla, y por el secretario del gobernador Demetrio Zaldívar, con quienes tardaron una hora para integrar una tarjeta informativa y luego ser atendidos.
El líder de la UATAA informó que las autoridades se comprometieron a revisar sus exigencias, como la entrega de permisos para trabajar en la capital, y sólo les quedaba esperar para que les den una respuesta definitiva.

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