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Acapulco fue donde se enamoró Tin Tan y eligió para disfrutar su luna de miel en 1956

Salvador  Serna

Una noche impregnada de nostalgia, colorido y picardía se vivió durante la inauguración de la exposición en homenaje a Germán Valdés Tin Tan, realizada en el Centro Cultural Acapulco, que tendrá una duración de tres meses.
Germán Valdés Tin Tan, el artista, el pachuco, el hombre es una muestra muy personal, y hasta cierto punto familiar, del artista nacido el 19 de septiembre de 1915 en la Ciudad de México, donde se pone al descubrimiento al ser humano, ese que estaba detrás de los míticos personajes que encarnó en películas memorables como El Ceniciento, El Capitán Mantarraya y Sinbad el mareado.
“Acapulco representa el romanticismo de Germán Valdés Tin Tan. Aquí es donde mi padre se enamoró de mi mama, donde le dio su anillo de compromiso. Su sentido del humor era muy adelantado a su tiempo. Muchos aspectos técnicos e histriónicos del actor estadunidense Jim Carrey, son de mi padre”, dijo la hija menor de Tin Tan, Rosalía Valdés, quien también funge como curadora de la exposición.
La galería está dividida en cuatro zonas intermedias: En la primera, se muestra dos juegos del vestuario que Tin Tan usaba en sus presentaciones personales en centros nocturnos. Posteriormente, y una de las que más llaman la atención del público, es la galería de fotografías del artista en estudios de cine y programas de televisión.
Adjunta, se encuentra una muestra de algunos enseres personales como una cámara fotográfica, una de video, su green card, pasaporte, un cheque del Banco de México, una pluma Montblanc y un contrato original para filmar la película Simbad el mareado.
La última parte de la galería consta de una exhibición retrospectiva de los filmes que consagraron al actor dentro del gusto de las masas populares en México.
“Para mi esposo, Acapulco siempre tuvo un lugar muy especial en lo profundo de su ser. En el primer yate nos fuimos de luna de miel, desde Acapulco hasta Zihuatanejo en el año de 1956”, dijo Rosalía Julia viuda de Valdés, que mostró al público una carta manuscrita del extinto comediante, donde le profesaba su más profundo amor.
Uno de los momentos mas significativos de la noche fue la actuación de un grupo de bailarines vestidos en coloridos trajes al estilo pachuco, que al ritmo de Cantando en el baño, El Relojito, El cavermango, Soy feliz y Las cosas bonitas, hicieron una serie de coreografías que deleitaron al público asistente.
“Germán Valdés fue una persona que nos dejó muchas cosas y experiencias en Acapulco. Nos dejó canciones, películas, fotografías y otros bellos recuerdos. Agradezco a la generosidad de su familia por mostrar las cosas personales de Tin Tan en esta galería. Tin Tan impuso un estilo que no se ha ido, un personaje que siempre da placer escucharlo”, preciso la directora del Instituto Guerrerense de la Cultura, Alejandra Frausto Guerrero.

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