Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Documenta Francisco Saucedo las voces de los artistas de Acapulco y las hace imágenes

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Estampas de la vida del Acapulco de hoy, la presencia de una incipiente comunidad cultural en el puerto, el puerto en sí, son algunas de las ideas vueltas imágenes que Francisco Saucedo Navarrete plasmó en su serie documental Las rutas del mar en calma que el jueves se presentó en una de las salas de Cinemahorro, ante la asistencia de alrededor de 200 personas.
“Las rutas del mar en calma son tres documentales”, declaró su realizador en entrevista previa: “La piel del sol, sobre artistas plásticos en Acapulco; Oleaje y rumor, que trata sobre el trabajo de la Banda y el Coro municipal, y El vuelo del pez, que es teatro”, y que fue el documental que se presentó.
El vuelo del pez, dijo, “son teatristas que trabajan aquí, a los que se les aplicó un cuestionario único para partir de ahí armar una especie de respuesta a muchas voces de acuerdo con la visión de cada uno…”, situación que se vio reflejada en la pantalla pues las respuestas a preguntas cómo qué es el teatro para cada uno de ellos, cómo hacerlo o si tiene funcionalidad alguna, carecieron muchas veces de uniformidad e incluso se contradijeron, dando cuenta de la diversidad de pensamientos de cada uno de los entrevistados.
Esto es, sus propias respuestas definiendo no sólo su trabajo, sino su persona. Y lo mismo, en los demás trabajos documentales de la serie.
Por ello, escuchamos a una reflexiva Malena Steiner, comprometida no sólo con su trabajo sino a la función social del mismo, o nos enteramos de la lucha en el día a día de Lucero Castro para sacar adelante su trabajo y hasta nos enredamos con las definiciones distintas entre creador y artista de Ilian Blanco, quien se asume como uno y después como otro.
Al respecto, Saucedo apuntó que todas las respuestas fueron auténticas; “el que sea una productora acapulqueña (la realizadora) permitió que esas cosas se dieran, que fuera mucho más auténtico, y quien no quiso participar, que también forma parte de la comunidad, también es muy respetable”, luego de comentar que efectivamente, hubo quienes no desearon formar parte de los documentales.
En su presentación ante el público, y luego de recordar que además hay pocos registros claros del Acapulco del pasado, Saucedo indicó que “esta serie documental trata de recuperar eso (los registros), desde una visión de aquellos que tienen la manera de expresar verdades más profundas que el funcionario público, que el taxista, que el estudiante, no más validas, pero un poquito más reflexivas, y emprendimos este camino buscando este rescate de la ciudad y que la comunidad cultural empiece a reconocerse como tal”.
Así, y mientras asistimos a ensayos de obras como Pesadilla de una noche de verano, dirigida por José Dimayuga, o Altazor…, con el propio Ilian Blanco, y también escuchamos a gente como Norma de Anda, Silvia Salazar y Héctor Mujica, teniendo como fondo la música de los locales de Acid Victims, se nos muestran estampas nocturnas de un puerto que no es necesariamente la avenida Costera.     Al respecto, Saucedo explicó que “la serie son tres momentos en un día imaginario en Acapulco; inicio el día con La piel del sol, con los artistas plásticos, en el entendido de que en la pintura, que es lo que más se maneja en el medio plástico acapulqueño, ellos manejan colores-pigmentos y yo manejo colores-luz en el video, entonces juego con ese contraste al que le sumo el sol y el mar…”.
“El mediodía, la tarde, vendría siendo el documental con la Banda y el coro municipal (Oleaje y rumor), donde utilizo planos abiertos, otro tipo de narrativa mucho más tranquila con un hilo conductor que es la música, y finalmente  El vuelo del pez el de teatro, que es la noche”.

La piel del sol, un mundo más homogéneo

Hablar sobre la actividad plástica del puerto, video que no se proyectó pero que viene en el cd distribuido gratuitamente por la Dirección de Cultura de Acapulco, es hablar de gente como Ana Barreto, Raúl Fombona, David de León, Gerardo Naranjo, Héctor C. Massiel o el escultor Jorge Alfaro, quienes afirman que si bien se vive en un puerto decadente, anquilosado, hay un movimiento cultural muy interesante guiado por los jóvenes pero que aún no se llama comunidad, sin gremio solamente.
En este trabajo, además, se evidencia el compromiso social que asumen los artistas, quienes en sus palabras hablan de acercarse a la realidad, de trastocarla y como dato curioso, reveló Saucedo, “en el caso de los pintores casi no pude acceder a sus talleres, mucho menos a sus momentos creativos pues parece que no les gusta que los vean a diferencia del teatrista…”.
A pesar de que su trabajo es siempre en solitario, situación que se logra adivinar en el documental, sus afirmaciones sobre el mundo e incluso sobre la identidad del acapulqueño son poco más profundas y quedan plasmadas en frases como “qué es ser acapulqueño, es algo que ya nos empezamos a plantear”; “no eres artista si no eres universal”, y “el artista debe ser sincero y honesto con él mismo”, que se combinan con imágenes cotidianas de Acapulco en un mediodía con la música también de Acid Victims.

Oleaje y rumor

Si bien el discurso visual en el trabajo sobre la actividad teatral fue superior en el sentido de la utilización de varias cámaras para lograr ir más allá de la visión propia de un espectador, y relativamente más sencillo en el trabajo dedicado a los artistas plásticos, donde se destaca la sobreposición de imágenes sobre el trabajo de los propios artistas, en Oleaje y rumor, que también se encuentra en el cd distribuido, el director se decantó por mostrar el trabajo diario de ambas agrupaciones teniendo como hilo conductor la música.
Y es que cada tema necesitó de su propio desarrollo, indicó Saucedo Navarrete, por lo que en este caso se utilizaron planos más tranquilos.
Pablo Acoltzin, director de la Banda municipal, y Enoc Rodríguez, director del Coro, nos llevan por sus experiencias, buenas y malas, al frente de sus respectivas agrupaciones, y acompañados con entrevistas a algunos de sus dirigidos, dan cuenta de cómo la música poco a poco va adquiriendo un papel más importante en el ámbito cultural porteño.
Entre fragmentos de ensayos, conciertos y tras bambalinas, el documental fluye con el Huapango de Moncayo y más adelante con alguna que otra canción de Juan Gabriel cantada por el coro, y que sirven de fondo para reflexiones como la de Enoc Rodríguez que indica: “no podría hablar de las demás disciplinas, todas tienen su peso pero de repente si te pones vaporrú en los ojos y te tiras y gritas como loco la gente va a decir: mira qué padre, qué buen actor y no, es sólo un gritón con vaporrú…También en la danza, el problema de que si medio levantas la patita y no estás tan feo o la chava está guapetona, ya la hizo… (Pero) en la música Do es Do hagas lo que hagas…”.
Mención aparte merece la ausencia de la crítica cultural, el periodismo cultural, durante toda la serie, si se pretende hablar de comunidad, y pendiente aún algún trabajo similar relacionado con los literatos locales y las otras disciplinas artísticas, de las que Saucedo Navarrete afirmó conoce, especulando con la posibilidad de realizarlos. “Sí hay materia prima, humana, artística creativa para rescatar a Acapulco”, indicó en su presentación, “ojalá que este camino que se emprende no sea corto, sino que sea muy largo y que muchos de ustedes (a los creadores) estén dispuestos a unirse a esas voces para saber quiénes somos, qué queremos y cuál es nuestra ciudad”, finalizó. A la presentación de Las rutas del mar en calma, producida por Intensos producciones y coproducida por el Ayuntamiento de Acapulco asistieron, además de los artistas participantes, directora del DIF municipal, Claudia Walton; el director de Cultura, Gabriel Brito; y el secretario de la Sedesol en Acapulco, Rodolfo Monreal.

468 ad