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Jaime Castrejón Diez

La Jefatura de Gobierno

Las elecciones de julio para jefe de Gobierno del Distrito Federal tienen unas características muy claras. Después de 15 años de gobiernos perredistas –Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard–, hay cosas que están muy claramente a favor de un candidato del partido al que ellos pertenecen. Hay que reconocer que en esos 15 años se estableció una política social amplia, como fue el apoyo a la tercera edad, las becas para los jóvenes, apoyo a madres solteras; en fin una política social amplia que en realidad con muy buena imaginación sabían que ésta significaba cambiar servicios por votos. Al mismo tiempo siguiendo la política de los gobiernos priístas anteriores sus grupos empezaban a acumular seguidores en el ambulantaje, en la economía informal, entre los distintos grupos que tienen control de grandes números que se puedan traducir en votos. Es por eso que el candidato de la izquierda Miguel Ángel Mancera tiene una gran ventaja que se puede traducir en un electorado muy amplio.
Durante todo este tiempo, los 15 años que abarca este espacio político se desarrolló una cultura anti-PRI, es decir en todo lo que se hacía, se hacia énfasis en que era para revertir lo que habían hecho los gobiernos priístas. El cultivo constante de los distintos sectores de la población siempre estaba orientado hacia cambiar la cultura política y naturalmente que esta era una forma de lograrlo, poner en evidencia las prácticas del PRI.
La candidata del PRI, Beatriz Paredes tiene una larga trayectoria dentro de la política y naturalmente tiene también sus grupos que la apoyan, pero es evidente que el PRI en el Distrito Federal no las tiene todas consigo. Hay que recordar los episodios del cambio de Comité Ejecutivo del PRI-Distrito Federal en que hubo hasta golpes, fue cuando la ex diputada Rosario Guerra fue golpeada y naturalmente la división dentro del PRI-Distrito Federal es muy clara, y esto afectará la respuesta a la candidatura.
Por otra parte cuando se habla del renacimiento del PRI, se habla del nuevo PRI. Obviamente la candidata Beatriz Paredes representa al viejo PRI. Tanto el PRD como el PAN han estado insistiendo en que no hay nuevo PRI, que es el mismo PRI de hace 15 años con los mismos vicios y si uno ve lo que ha pasado en los estados gobernados por el PRI, se ve la solidificación del cacicazgo y esto se refleja en la opinión generalizada de que nada ha cambiado en el PRI, que no existe un partido con una nueva actitud. La opinión generalizada es que es el PRI de siempre y esto tendrá una fuerte presión sobre los votantes en el momento de elegir al jefe de Gobierno.
El caso del PAN es un tanto diferente, el PAN nunca ha significado un gran núcleo de votantes en la ciudad de México, muchas veces se dijo que las clases medias votarían por el PAN, pero aún en los mejores momentos, cuando tuvieron un candidato de prestigio como Carlos Castillo Peraza, se vio que no había un núcleo de votantes suficiente para garantizar una victoria para el Partido Acción Nacional. Lo mismo pasa en la actualidad si uno revisa los nombres de los aspirantes que en un momento aparecieron, se da uno cuenta que son personajes que no tendrían la capacidad para aglutinar los votos suficientes para ganar ni al PRI ni a la izquierda unificada. Por eso buscaron a la señora Isabel Miranda de Wallace, una persona no política que había encabezado un movimiento social y que tiene una aura de respetabilidad en el ámbito del Distrito Federa y aún en el ámbito nacional.
Así las cosas un candidato de la izquierda unificada que por sí mismo no tiene el carisma para generar una campaña muy vistosa, pero sin embargo tiene la infraestructura que le ha dado a la izquierda los 15 años de política social que, como dije anteriormente, fue el cambio de servicios por votos. De los tres candidatos la posibilidad de un triunfo de ese conjunto se ve claramente que es la izquierda la que va a dominar las elecciones del Distrito Federal. Por otra parte la falta de candidatos del PRI y del PAN con la frescura de una nueva candidatura con una buena trayectoria política y además con carisma por lo pronto no se ve.
Esta elección plantea una lucha desigual, por los propios recursos electorales se podría pensar que la contienda está decidida. Sin embargo, la carrera presidencial puede influir en el resultado. Si como se ve en este momento el candidato a la Presidencia del PRI mantiene su ventaja, podría influir en el resultado en el Distrito Federal y viceversa, quitarle votos al PRI en el DF puede ayudar a la candidatura presidencial de la izquierda. La presencia de una mujer candidata a la Presidencia es una incógnita, al momento no se puede predecir si tendrá alguna influencia.

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