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Víctor Cardona Galindo

PÁGINAS DE ATOYAC

*Los Cívicos (Séptima parte)

Luis Cabañas Ocampo fue hijo del coronel zapatista Pedro Cabañas Macedo, era un hombre inteligente, bueno para dirigir, valiente, leal a su pueblo, con habilidad para escribir más que para hablar. Trabajó como profesor en la escuela primaria de San Vicente de Benítez y en Atoyac, perteneció al Frente Zapatista. Era el ideólogo de Los Cívicos, fue quien redactó los principios de la Organización de la Juventud Revolucionaria Atoyaquense (OJRA), muchos consideran que era de la misma línea que su sobrino Lucio Cabañas Barrientos.
Cabañas Ocampo en los tiempos más difíciles de la lucha anticaballerista propuso a Genaro Vázquez levantarse en armas. No únicamente manejaba con maestría la pluma, también era hombre de armas tomar.
El 4 de marzo de 1962, Luis fue herido en el poblado de El Paraíso, cuando estaba en una fiesta, por un individuo llamado Inocencio Ríos. “La esposa de Cabañas, Adolfina Pino, al ver a su esposo herido y en el suelo le sacó la pistola que portaba en la cintura y disparó la carga sobre el agresor, matándolo en el acto”, escribió Salvador Román.
No pasaron muchos días de este acontecimiento cuando el 17 de ese mismo mes por órdenes del gobernador del estado Arturo Martínez Adame, fue cesado de su cargo como síndico debido a numerosas acusaciones que tenía en su contra y fue ahí donde el concejo mu­nicipal que presidía Félix Roque Solís nombró como sustituto a Hermilo Ruiz Valle.
Dice Salvador Román: “Luis Cabañas manejaba al concejo porque era un líder natural. Con estas imágenes podemos establecer que al quitar a Luis Cabañas de la sindicatura, el concejo municipal perdió a uno de sus mejores hombres por sus cualidades personales y liderazgo… Es posible que Luis Cabañas negociara con el gobernador su salida del concejo a cambio de no procesar penalmente a su esposa, Adolfina Pino, por el asesinato del agresor”.
En la segunda mitad del año 1962 ya estaba la campaña electoral por la gubernatura del estado. El candidato Cívico José María Suárez Téllez había iniciado su campaña el 19 de agosto de 1962 en Ixcateopan, ante la tumba que guarda los restos de Cuauhtémoc, acompañado por sus dos hijas, Genaro Vázquez, Blas Vergara, Lucio Cabañas Barrientos y un grupo de 80 igualtecos. Después de depositar una ofrenda floral ante la tumba del último emperador azteca, Los Cívicos se dirigieron al Zócalo de la población donde desplegaron mantas con leyendas en las que pedían “Sufragio Efectivo. No imposición” y realizaron un mitin.
En ese acto habló Lucio Cabañas Barrientos, líder de los normalistas de Ayotzinapa, “pidió castigo para los policías judiciales que asesinaron, a principios de junio de 1962, a varios campesinos que reclamaban la desaparición del latifundio La Valdiviana. Terminaron su evento con un recorrido por las calles principales de esa comunidad”, según datos que Salvador Román recogió en el Archivo General de la Nación.
Mientras en Atoyac vendría el golpe definitivo a la administración Cívica. “Por azares del destino, un buen día fue a parar a la cárcel de Atoyac Gabino Noriega, El Relámpago, tipo que había robado de la habitación del hotel Hilton de Acapulco, donde se hospedaba el ex presidente Miguel Alemán Valdez, un fino reloj de oro con valor de 18 mil pesos, un anillo tasado en 10 mil y 5 mil pesos en efectivo”, recoge en su libro Salvador Román.
En la Monografía de Atoyac se lee que uno de los actos más incalificables cometidos por Félix Roque, “fue el quedarse con el síndico Hermilo Ruiz Valle y el primer comandante Ignacio Hernández y el segundo Vicente Valle, con el hurto de un reloj y dinero en efectivo propiedad del ex presidente del México Miguel Alemán Valdés, que el ladrón Gabino Noriega, El Relámpago robó en el Hotel Hilton del puerto de Acapulco”.
La Policía del Estado y del Distrito Federal, al hacer las investigaciones del caso, comprobaron que El Relámpago había entregado estas prendas a cambio de su libertad a las autoridades municipales de Atoyac. Fue el 18 de septiembre de 1962 cuando a las 11 y media de la mañana llegaron procedentes de Tecpan varios agentes de la Policía Judicial del Estado, encabezados por el comandante Marcelo Henríquez Núñez y acompañados por el agente del Ministerio Público Bonifacio Rodríguez Victoria se presentaron en la Presidencia Municipal. Con ellos venía el ladrón Gabino Noriega Ávila, El Relámpago en busca del reloj marca Patek Philippe Gubelin con valor de 18 mil pesos, de un anillo de mazón valuado en 10 mil pesos  y  5 mil pesos en efectivo.
Al practicarse las investigaciones resultaron responsables, de corrupción y mala administración de justicia el presidente del Concejo Municipal Félix Roque Solís, el síndico Hermilo Ruiz Valle y el comandante Vicente Valle, quien había dado libre al ladrón mediante la entrega de los objetos robados. Este último unos días antes había pedido su cambio a Taxco.
Dice Wilfrido que después de haber sido sujetos a un rudo interrogatorio, se encontró que el síndico Ruiz Valle, era el poseedor del reloj, mismo que fue entregado por su esposa a la policía judicial. Y los 2 mil 573 pesos en efectivo que le habían sobrado a El Relámpago después de su parranda, habían sido repartidos entre el presidente municipal y los comandantes de la Policía Urbana. Un billete de a 500 fue entregado por la esposa de Félix Roque a un empleado municipal que fue por él para devolverlo.
Mientras se practicaban las investigaciones, el comandante Ignacio Hernández burló la vigilancia de los agentes judiciales, huyó para ocultarse en la sierra y no dieron con su paradero. Comprobado el delito de encubridores y asociación de robo, el presidente y el síndico municipal, fueron conducidos junto con Gabino Noriega, El Relámpago, a la capital del estado, a las 2 de la tarde de ese día para que respondieran por su delito.
Con motivo de la aprehensión del presidente y síndico del Concejo Municipal, ese mismo día 18 de septiembre, los ediles convocaron a una sesión extraordinaria de Cabildo y nombraron presidente a Medardo Reyes Gudiño y a Luis García Martínez como síndico. Así ocupó el cargo el presidente más humilde que haya tenido el pueblo de Atoyac, porque don Medardo Reyes, por la mañana atendía la Presidencia y por las tardes vendía palomitas de maíz en la calle principal, ese oficio lo ejerció hasta su muerte y portó con orgullo el haber sido presidente municipal Cívico. Algunos le llamaron “el presidente palomero”.
Don Félix y don Hermilo no se escaparon del escarnio público. Al saberse de su detención algunos periódicos porteños los señalaron de estar en contubernio con abigeos, así como de haber vendido la camioneta Ford que la administración municipal de José Urioste García compró para el servicio policiaco. Eso era de esperarse pues los que pasaban información a esos periódicos porteños eran los mismos miembros de la elite cultural de Atoyac enemiga de Los Cívicos.
El 23 de septiembre la judicial trasladó de Chilpancingo de regreso a Tecpan a Félix Roque Solís y Hermilo Ruiz Valle, para que el juez de primera instancia se encargara de aplicar la sentencia. Don Félix estuvo seis meses en la cárcel, don Hermilo salió 15 días antes que él.
Algunos atoyaquenses consideran que el Concejo Cívico cayó en una trampa y para otros es parte de la corrupción que los caracterizó. La versión popular dice que la cosas comenzaron cuando El Relámpago se vino borracho en un camión de la Flecha Roja rumbo a Atoyac. Don Benjamín Aguilar el administrador de la línea de autobuses dio aviso a la policía que dentro de un autobús había un borrachín que no se quería bajar. La policía no lo atendió. Cuando don Benjamín regresó a la terminal encontró que el ebrio se había dormido, por eso lo echó a una carretilla y lo tiró afuera del Ayuntamiento donde los gendarmes que estaban de guardia lo recogieron y metieron a la cárcel. El borracho traía en las bolsas del pantalón una caja de cerrillos y billetes de a 500 pesos.
Don Félix Roque dice que dejó libre a El Relámpago porque ya tenía tres días detenido y nadie se presentaba a denunciar o a sacarlo. Él ignoraba que fuera una rata que traía dinero mal habido, por eso considera que le tendieron una trampa porque después lo agarraron de nuevo. El ex edil quien radica en la cabecera municipal, comentó que lo acusaron de mala administración de justicia y cuando se comprobó que fue una maniobra lo dejaron libre, desde entonces vive alejado de la política.
En relación con su desafuero, don Félix Roque dijo a Román Román, que “todo fue una maniobra urdida en su contra porque El Relampago estuvo primero en la cárcel de Tecpan y luego apareció en Atoyac, detenido. El comandante de la Policía Municipal se lo presentó ebrio, junto con el reloj, anillo y dinero. Roque le dijo al comandante que esperarían 72 horas y si nadie reclamaba las cosas entonces liberarían al detenido. El plazo venció y nadie reclamó las prendas ni el dinero. El Relámpago recibió entonces sus pertenencias y salió libre. El comandante entregó después a Félix Roque 500 pesos, diciéndole que el liberado había dejado una propina”.
Cuando el Concejo Cívico enfrentaba esa crisis, el 23 de septiembre de 1962 a las 11: 45 de la mañana arribó a la ciudad de Atoyac en gira política José María Suárez Téllez, candidato de la Asociación Cívica Guerrerense a la gubernatura del estado de Guerrero, el mitin se llevó a cabo en el corredor del Palacio Municipal, ante un grupo de unas cien personas. Entre los oradores estuvieron Luis Cabañas Ocampo, Diego Fuentes, Emeterio Deloya, Ángel Navarrete, Genaro Vázquez y José Suárez Téllez, quien dijo entre otras cosas: “Dirán los que están presenciando este acto allí está un loco rodeado de otros que lo acompañan. Efectivamente estamos locos, pero por defender la causa de nuestros derechos ciudadanos para que no sean burlados por el espantapájaros del PRI que trata de imponernos sus candidatos”.
Los priístas realizaban también su reacomodo para recuperar el poder arrebatado por Los Cívicos. El 6 de octubre, en las oficinas del PRI de Acapulco, el periodista Luis Ríos Tavera fue declarado candidato a la Presidencia Municipal de Atoyac, en presencia del presidente del comité municipal de ese partido Tomás Fierro de León y del periodista Rosendo Serna Ramírez.
El doctor Juan José Becerra Luna encabezó el comité de recepción del candidato del PRI a gobernador Raymundo Abarca Alarcón quien arribó a esta ciudad el 18 de octubre de 1962, a medio día. Dice Wilfrido que “la población le brindó un apoteótico recibimiento. En el templete que se hizo en la acera del edificio de la escuela Gral. Juan Álvarez, se desarrolló el programa haciendo la pre­sentación del candidato el diputado federal Neftalí Mena y Mena, el lng. Fernando Hernández Sánchez, le dio la bienvenida en nombre del pueblo, el periodista Luis Ríos Tavera en nombre de los periodistas de Acapulco le expuso en su pieza oratoria el problema de los cafeticultores. Los oradores de referencia son aspirantes a la Presidencia Municipal del lugar. Para finalizar, habló el candidato Abarca Alarcón, diciendo entre otras cosas esto: El movimiento comercial de Atoyac de Álvarez revela que la iniciativa privada trabaja arduamente por un bienestar eco­nómico. Se ha expresado con justicia que Atoyac, ha sufrido el cáncer virulento de autoridades venales que confundiendo la obligación de ser­vir lealmente a los intereses ciudadanos, han abordado la nave municipal para repartirse el botín de una piratería deleznable. Vamos a servir a nuestro pueblo, pero con verdadero espíritu de trabajo”.
Después de atender diversas comisiones de la población a las 4 de la tarde el candidato a gobernador  asistió  a un banquete que el comité de recepción le ofreció en la Cueva del Club de Leones.
Luego en el cine Álvarez de esta ciudad se llevó a cabo el 3 de noviembre, a las 11 de la mañana, la convención de los tres sectores del PRI para apoyar la planilla de Luis Ríos Tavera, para presidente; Esteban Vázquez Fierro, para síndico; Raymundo Fierro Pino, Antonio Galeana Hernández, Carmela Mesino, Alfredo Reynada y José Ríos, eran los candidatos regidores. A las 4 de la tarde los partidarios del Fernando Hernández Sánchez realizaron también una convención en el mismo lugar pero a este último no le favoreció la bendición de arriba y tampoco obtuvo el apoyo de los sectores, porque el 11 de noviembre en Chilpancingo rindió protesta de ley Luis Ríos Tavera candidato a la presidencia municipal de Atoyac y Raúl Fernández Galeana a diputado por el cuarto distrito electoral. Mientras Los Cívicos se preparaban para sostener la candidatura de Bertoldo Cabañas Ocampo.

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