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Amenazan de muerte al comisario suplente de Palo Blanco porque se sumó la Policía Ciudadana, denuncia

*El laboratorio para opio que encontraron en los límites de Palo Blanco y Mazatlán está bajo control del Ejército y no permiten que nadie se acerque al lugar, informa

El comisario suplente de la localidad de Palo Blanco, Jhony Hernández López recibió una amenaza de muerte ayer en su casa y antes de que llegara el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), le advirtieron que lo iban a matar si llevaba a la Policía Ciudadana a su localidad.
Informó que en el quinto día que la autodefensa se instaló en Palo Blanco le  dejaron un mensaje con letras recortadas en su vivienda que decía, “Joni date por muerto, culero. Acuérdate”, pero añadió que así como él están amenazados todos los comisarios y autoridades comunitarias de las poblaciones cercanas a la capital del estado, para inhibir el avance de la organización.
Señaló que el día que ingresaron a la población, en una actividad que no se dio a conocer hasta dos días después a la opinión pública, les decían que “en cuanto llegaran a Acahuizotla (poblado antes de Palo Blanco), los iban a esperar con bazucazos”.
También informó que el laboratorio que ubicaron este domingo en los límites de Palo Blanco y Mazatlán donde encontraron unos 2 kilos de goma de amapola, equipo para el procesamiento de opio, cartuchos útiles de diversos calibres y aparatos eléctricos, está bajo control del Ejército, lo tienen rodeado y no permiten que nadie se acerque al lugar.
Se quejó de que los militares que instalaron un retén hace varias semanas en las inmediaciones de Mazatlán, sobre la carretera federal México-Acapulco no vieron antes el laboratorio clandestino que los ciudadanos encontraron muy cerca de los soldados.
También lamentó que una vez que llegó la Policía Ciudadana a Palo Blanco enviaron dos camionetas con policías federales armados a cruzar el poblado y sobrevuelan helicópteros de la misma corporación como una forma de intimidación, pero adelantó que no van a caer en esas provocaciones.
De las amenazas dijo que cuando el SSJC se instaló en el Valle del Ocotito escuchó una  campaña en las comunidades para sumarse y en una asamblea en Mazatlán el 28 de enero públicamente dijo que había interés en Palo Blanco de incorporarse a la organización de autodefensa.
Desde esa fecha ya no pudo regresar a su hogar y se fue al valle del Ocotito, donde está una base de la Policía Ciudadana, y ahí un vecino le dijo que había una amenaza en su contra.
Sin embargo agregó que los promotores de la UPOEG les dieron valor, y la gente de su pueblo está desesperada ante la impunidad con que actuaban los delincuentes,  a pesar de que Palo Blanco se encuentra a unos 15 minutos en automóvil de la capital del estado y las autoridades nunca hicieron algo para detener los crímenes.
Reveló que antes de participar en este movimiento, él pagaba una cuota por un pequeño negocio y fue secuestrado. Por versiones extraoficiales también se supo que cuatro miembros de una familia fueron secuestrados por la banda que operaba en la localidad.
Hernández López informó que hombres armados con fusiles de asalto se paraban a media calle donde se les antojaba, a veces disparaban y se llevaban a las mujeres del pueblo.
Precisó que la primera ola de delitos comenzó con el robo de ganado, “saquearon las mejores razas que había en el pueblo”, luego vinieron las extorsiones, los secuestros y finalmente el cobro de piso.
Consideró que la desesperación obligó a la población a abandonar su cotidianidad para limpiar a la población. (Lourdes Chávez / Palo Blanco, Chilpancingo).

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