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Señala un reportero que la autodefensa amenazó a su familia porque él denunció atropellos en Cajeles

José Alberto Morales dice que se molestaron porque informó que torturan a sus detenidos y que hicieron renunciar al comisario

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Integrantes del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) amenazaron a la familia de un reportero de la capital en la localidad de Cajeles, en el valle del Ocotito.
Llegaron preguntando por él con una copia fotostática de una información periodística que publicó hace dos días, denunció el agraviado José Alberto Morales Santos.
El reportero del diario Expresión Popular y ADN dijo que ayer a las 3:30 de la tarde su madre le llamó para decirle que los policías ciudadanos llegaron cortando cartucho a sus escopetas, preguntaron por él y exigieron que les abrieran las puertas de su casa.
Dijo que sus familiares se negaron a abrir por temor a que se llevaran a alguno de sus hermanos, para obligarlo a que se presente ante ellos porque eso ha ocurrido en otros casos.
Responsabilizó al dirigente de la organización Bruno Plácido Valerio de lo que le pudiera pasar a él o a su familia, porque luego de que representantes de la delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) quisieron hablar del caso, el líder de la organización reconoció que ya tenía conocimiento del asunto y añadió que tal vez el reportero tenía familiares involucrados con la delincuencia.
Sin embargo los policías ciudadanos llegaron a su casa preguntando por él para que indicara quién era su fuente en la información donde cuestiona las acciones de la Policía Ciudadana, y les advirtieron a sus familiares que conocen todos sus movimientos.
Agregó que el miércoles en una columna que también difundió en redes sociales denunció que la UPOEG hizo renunciar al comisario de Cajeles, Rodolfo Rojas, para poner a un representante a modo de la organización que encabezara la acciones de seguridad en la zona.
Afirmó que están deteniendo a jóvenes de la población que se dedican a labores del campo, trabajan como peones de albañil o venden fruta y los acusan de ser halcones (informantes de los delincuentes), incluso aseguró que están arrestando mujeres porque dicen que sabían que sus hijos se estaban dedicando a delinquir.
Lamentó que los policías ciudadanos cometan estos atropellos porque había confianza en ellos para resolver el problema de violencia en las comunidades del valle, “pero ahora están agarrando a cualquiera, era obvio que se tenía que ir la gente que se dedica a hacer ilícitos y ahora hostigan a los chavos”.
Aseguró que ahora las familias quieren abandonar la población porque están hostigando a sus hijos, incluso dijo que usan un instrumento de tortura denomiado Chicharra, para interrogar a sus detenidos mediante toques eléctricos.
Expresó su preocupación por su familia que vive en aquella localidad y lamentó que un movimiento social intente coartar su libertad de expresión con este tipo de investigaciones y con amenazas.
Consideró que si no estaban de acuerdo con la publicación debieron enviar una carta aclaratoria o transparentar sus acciones ante la sociedad.

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