Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Algo huele muy mal en el DIF estatal

La actuación del gobierno estatal antes, durante y después de la catástrofe provocada por la tormenta tropical Manuel ha sido de lo mas lamentable. Desde la presencia del gobernador en una festín en lugar de avisar la llegada de un meteoro de alta peligrosidad, hasta, ya ocurrido el desastre, no prestar apoyo rápido y eficiente. Pasando por la gran indolencia de dejar desperdiciarse la necesarísima ayuda alimenticia.
Al parecer el grupo de irresponsables enquistados en el poder –encabezados por el gobernador Ángel Aguirre–, en nada se diferencia de Juan Salgado Tenorio, quien que se encontraba en Las Vegas o Disneylandia mientras Paulina se ensañaba con el puerto de Acapulco; tampoco con Manuel Añorve que dejó en ruinas al municipio de Acapulco. Realmente la máxima catástrofe es contar con esos “gobernantes”.
Pero la imagen que se ha querido vender es otra, que contrasta fuertemente con la realidad. Así, según las notas y fotos periodísticas que constantemente desde el inicio del actual gobierno estatal se habían publicado respecto al “trabajo”del DIF estatal, en donde se veía a una sonriente señora, obsequiando a diestra y siniestra diversos bienes a la población y generando emotivas declaraciones de apoyo a los ciudadanos vulnerables del estado, ese costosos despliegue propagandístico hoy cae por tierra al mostrarse la realidad, que es –para desgracia nuestra–, una más de las recurrentes mentiras que el gobierno local difunde.
Porque hoy después de conocer el criminal descuido de dejar sin repartir, a la intemperie y sin ningún control para su conservación, alimentos que debieron de distribuirse desde hace un buen tiempo, pues los necesitaban y necesitan los damnificados y desplazados que constantemente los demandan.
Por eso nos quedamos estupefactos después de conocer que una importante parte de ayuda que llegó para los damnificados del meteoro Manuel, en el mes de septiembre, en vez de repartirse entre los necesitados que dejó ese desastre, por indolencia, prefirieron almacenarla y dejar que varias toneladas de ayuda se echaran a perder. Ello acusa una enorme negligencia y desatención, irresponsabilidad y desprecio hacia la población.
¿Cuáles fueron las razones por las cuales el organismo que dirige la esposa del gobernador deja a la intemperie y por tanto tiempo productos alimenticios que eran y son requeridos con urgencia en diversas regiones que fueron afectadas y que hoy padecen hambre?
El gobierno estatal en un boletín de prensa señaló que “todas las donaciones de productos alimenticios deben pasar por un proceso de verificación y clasificación, a fin de llevar un control de calidad”. Este argumento es evidentemente mentiroso por diversas razones, entre ellas que pretenda hacer creer a la población que se tardaron nada menos que cinco meses sólo para verificar si los productos no habían caducado, cuando en ese periodo con el sol y la intemperie, evidentemente se echan a perder y caducan, pero además fueron –en el colmo del descuido– carcomidos por las ratas.
¿Por qué se cometió tamaña barbaridad? sin duda, la responsable es la titular de ese organismo al que por cierto le autorizaron un fabuloso presupuesto fuera de todo control y fiscalización.
Es momento de pedirle cuentas a ese barril sin fondo en que se ha constituido el DIF estatal, algo huele mal ahí y no solo son las despensas echadas a perder.
Por otra parte es sabido que desde este organismo se controlan también fuera de toda norma, a otros organismos ligados a la familia o al círculo de amigos del gobernante, organismos en donde la discrecionalidad y manejo de recursos es totalmente opaco. Un ejemplo es el hospital del niño y la madre de Chilpancingo, manejado como propiedad privada por una rapaz ahijada del gobernador. Al parecer se sintetizan y trasparentan varios problemas: ineptitud, corrupción y desidia, es momento de que alguien ponga un alto contundente. Titishando. En un programa radiofónico, se comentó la nota aparecida en un medio informativo, que da cuenta que en un vehículo a cargo del diputado Jorge Salgado Parra, le fueron decomisados, dos millones de pesos en efectivo, por lo cual surgen diversas preguntas: ¿De dónde provienen? ¿Quién se los entregó? ¿Es lavado de dinero? ¿Para qué los usaría? Muchas preguntas y pocas respuesta. Se rumora que la autoridad judicial federal ya toma cartas del asunto y solo habrá que solicitarle informe sobre este caso. Recordemos también que este es un diputado que no tiene ningún merecimiento para serlo y cuyo desempeño está a la sombra de su cuestionado pariente, que se desempeña como secretario de Finanzas.

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