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Conforman 25 organizaciones un consejo que promoverá la reactivación de la Costa Grande

Participan agrupaciones de Coyuca de Benítez, Atoyac y Tecpan. Manifiestan su rechazo al TLC. Cuestionan el uso que se ha dado a los 30 mil millones de pesos destinados a la reconstrucción luego de la contingencia por las lluvias

Francisco Magaña

Atoyac

Veinticinco organizaciones sociales de los municipios de Coyuca de Benítez, Atoyac y Tecpan conformaron el Consejo Ciudadano para la Reactivación de la Costa Grande.
El objetivo de la agrupación es impulsar acciones que ayuden a mitigar el hambre, pobreza, desempleo, inseguridad y el riesgo ambiental después de las afectaciones que dejaron en la región la tormenta Manuel y el huracán Raymond.
Reseñaron que en la pasada contingencia fueron las organizaciones de la sociedad civil las que respondieron antes que las autoridades para agilizar la ayuda a los afectados.
El coordinador del encuentro regional, celebrado en la ciudad de Atoyac, en el Salón México, Arturo García Jiménez dijo que buscan promover la participación organizada de los diversos sectores de la sociedad civil que serán representados por los tres delegados de organizaciones por cada municipio.
Abundó que son organizaciones sociales dedicadas a la producción de copra, mango, plátano y café, así como a la ganadería, comercialización y al desarrollo de las comunidades las cuales externaron su rechazo al Tratado de Libre Comercio (TLC), recientemente ratificado en Toluca, por el riesgo en que se encuentra el campo.
El dirigente estatal de silvicultores en el estado, Pablo Cortes Varona dijo que después de la contingencia el desarrollo que con mucho esfuerzo habían alcanzado diversas organizaciones productivas tuvo un retroceso.
Cuestionó el uso que se ha dado a “los 30 mil millones de pesos que se dice que hay, no los hemos visto por lo menos en el campo, porque tampoco se han reconstruido las brechas y carreteras de la sierra, ¿dónde está ese dinero?”
En peligro el campo por la privatización, el TLC, los agroquímicos y el asistencialismo, dice especialista

En el acto participaron con ponencias Víctor Suárez Carrera, director de la Asociación de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo; Álvaro Urreta Fernández, consejero nacional de la Cruzada contra el Hambre; y Cuauhtémoc Ramírez Rodríguez, miembro ciudadano del Consejo Estatal para la Reconstrucción de Guerrero.
Suárez Carrera destacó en su participación que desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América se abandonó al campo, por el gobierno mexicano.
Enumeró cinco peligros para el campo, el primero por la aceleración que hay por privatizar la tierra y desparecer el ejido.
El segundo es TLC que liberó el comercio entre Estado Unidos, Canadá y México, “pero no el libre tránsito de personas, han muerto muchos connacionales en el desierto por llegar a Estados Unidos, no se ha avanzado en la ley migratoria porque eso implica más salarios y prestaciones, no les conviene”.
El tercer peligro, dijo, es la agricultura de agroquímicos para beneficio de las grandes empresas que suben cada años los insumos, además que fomentan los transgénicos para tener monopolizadas las semillas que compren los campesinos y eliminar las semillas criollas.
El cuarto, “el desespero del gobierno” por privatizar los recursos naturales, minas, agua y recursos forestales en su mayoría a empresas canadienses; “han sacado más oro y plata en 20 años que en los 400 años de la colonia; los campesinos son un estorbo para ellos porque en los pueblos hay resistencia”.
Alertó que hoy los que han concesionado las minas tienen permisos para estudios y perforaciones de gas y petróleo.
El quinto peligro, señaló, que es el programa de asistencialismo que buscan limitar el desarrollo y organización de las comunidades, “hay problemas de precios, de mercado, plagas por el envenenamiento del suelo, nos alimentan con chatarra y es dañino”.
Lamentó que a cinco meses de la contingencia siguen presentes las afectaciones y no hay respuesta del gobierno estatal y federal.
Puso el ejemplo de la zona de La Montaña donde 200 comunidades indígenas se organizaron para exigir la ayuda de verdad, “nadie estaría feliz comiendo cinco meses alimentos industrializados, pura sardina; ni feliz por ir a los comedores atendidos por militares que son los que han hecho daño en la región de La Montaña; ellos pidieron programa de abasto de granos básicos, maíz, frijol y arroz; y no despensas, que muchas se echaron a perder”.
Indicó que después de la movilización que hicieron en Tlapa cerrando las salidas a Chilpancingo y Puebla, el gobierno se dispuso a dialogar y atenderlos en Casa Guerrero, “pero ni siquiera una desgracia mueve el corazón de los de allá arriba –el gobierno-, para ellos ya paso la contingencia, en la televisión ya no está La Pintada, los puentes caídos; ahora es Michoacán y la gente lo acepta y no se organiza, pero en La Montaña decían que siempre han sido pobres e indios, pensaron que no les iban exigir”.
Criticó que se haya hecho fiesta en Toluca por los 20 años del TLCAN “cuando no hay nada que festejar, ahí solo estuvieron ellos tres, de manteles largos muy elegantes y custodiados, ellos celebraron porque el TLC beneficia a los ricos y no al campo, ya que el 45 por ciento de los alimentos del país son importados; dentro de poco nos van a mandar cocos de Hawái”.
Alertó que a atreves de la Nestle se está importando café robusta de Vietnam, cuando en Guerrero se cuenta con el mejor café de altura, orgánico de la variedad arábiga.
Dijo que “nos están convirtiendo en consumistas, no en productores; a ellos no les conviene que el campo crezca porque beneficia a las empresas privadas y transnacionales dejando la riqueza en pocas manos y a cambio dan limosna; mientras no salen del campo, porque al fin van a salir para irse a trabajar a los Estados Unidos, con esos apoyos evitan descontento y que no se hagan guerrillas; mientras han dejado vacíos que ha ido llenando la delincuencia”, lamentó.
Por su parte el integrante del Consejo para la Reconstrucción dijo que no hay avances, “si están haciendo lo mismo que con las despensas del DIF, que se están echando a perder, no sabemos qué va pasar. Hay dinero destinado para la reconstrucción, pero solo soy supervisor. por ello se deben de articular con las organizaciones para exigir que se aplique”.
Asimismo Álvaro Urreta criticó “que en las mismas tiendas de Diconsa meten mucho producto chatarra”, e insistió que se debe pugnar desde abajo, porque los funcionarios se la pasa peleándose y el gobierno intentando dividir a las organizaciones “y eso es parte también de la tragedia”, dijo

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