Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Corrupción, nepotismo y negligencia

Primer acto, corrupcion. Diversos medios periodísticos reportaron una inquietante noticia, que en la ciudad de México detuvieron un vehículo sospechoso que al ser revisado se le encontraron nada menos que 20 millones de pesos en efectivo. De inmediato se procedió a investigar la procedencia de tal cantidad de dinero, pues suponía que podría proceder del lavado de dinero y/o delincuencia organizada.
Al investigar, resultó que el mencionado trasporte estaba asignado nada menos que al diputado Jorge Salgado Parra –sí, aquel irrespetuoso y torpe muchacho que el periódico Reforma había exhibido por el lenguaje insultante que utilizó al dirigirse a un grupo ciudadano que esperaba se le repartieran despensas.
Independientemente de que se realizó el decomiso de los millones y de que la autoridad competente realiza ya las investigaciones para definir responsabilidades, los guerrerenses nos tendríamos que preguntar ¿por qué un vehículo asignado a un diputado federal carga con tamañas sumas de recursos en efectivo? ¿De dónde las obtuvo y para qué se utilizarían? se entiende que no son de ningún programa de apoyo a los guerrerenses por que se enviaban a otro destino, además sin utilizar las instituciones bancarias.
Habrá que precisar que no se trata de cualquier individuo, pues es familiar en línea directa del secretario de Finanzas del gobierno del estado y el traslado en efectivo de esas sumas resulta altamente sospechosos de posibles desvíos si este hecho no se esclarece, por ello el gobierno del estado –que no ha dicho una palabra al respecto– deberá dar muchas explicaciones a los ciudadanos de la entidad.
Evidentemente estos escándalos descartan a este personaje de cualquier posibilidad política, el tufo a corrupción es demasiado fuerte.
Acto segundo, nepotismo. Al mismo Jorge Salgado Parra se le menciona en el incidente de las toneladas de despensas que se encontraban carcomidas por las ratas y descomponiéndose bajo el sol. Se dijo en los medios que, un vehículo estacionado en los patios del DIF estatal había sido visto unos días antes, cargado con despensas, acompañando al diputado en plena campaña adelantada.
Este confirmo que había contratado días antes ese vehículo para llevar despensas que, dijo, él compro. Pero para evitar suspicacias se tendrá que investigar también si las despensas en cuestión corresponden o no a las recibidas para ayudar a los damnificados, porque de ser así se estarían cometiendo varios ilícitos, además de bajezas de la peor ralea.
Se violarían las leyes electorales al adelantar campaña y regalar bienes públicos para hacerla y además, lo más grave: se atenta directamente contra la población desamparada y hambrienta que fue afectada por los desastres de septiembre.
Tercer Acto, negligencia. Además de la obtusa e ineficiente forma de manejar la ayuda y esconderla, sin saberse exactamente con qué fin, que además suma diversos lugares en donde se tenía “escondida u olvidada” esa ayuda, demandada por diversos pueblos y colonias, diariamente surgen nuevos sitios en donde se registra ayuda atesorada.
¿Para qué, poner tiendas, amueblar sus casas, vender electrodomésticos? ¿No lo sabemos? Sumado a esto, el contralor Arredondo Aburto (dicen que es pariente de Luis Walton ¿?) representó un tremendo ridículo al tratar de exonerar sin fundamento a las autoridades del DIF estatal, comenzando con la esposa del gobernador, quien funge como presidenta del patronato y evidentemente es responsable primera de lo que sucede para bien o mal en esa dependencia.
Pero además el contralor desestimó las fotografías y crónicas de diversos periódicos, así como testimonios ciudadanos que dieron fe del volumen de artículos en descomposición y a la intemperie –unas 100 toneladas, se dijo– provenientes de diversas donaciones –leyendas y etiquetas que lo testimoniaban– y recibidas para los damnificados, enviadas por diversos grupos e instituciones solidarias con la población en desgracia.
Sabemos que el contralor es empleado del gobernador y le resulta poco menos que imposible fincar responsabilidades en la figura de la esposa de este. Pero fue burdo el manejo además de absurdo, no dejando lugar a dudas que nunca actuaría, independientemente de la gravedad del asunto.
Por lo anterior es necesario que las voces de los partidos políticos, las denuncias de organizaciones sociales y las consideraciones del Congreso, generen la atracción de la investigación de este criminal evento por organismos ajenos al gobierno estatal, estos podrían ser federales o de organismos no gubernamentales.

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