Al periodismo le debo el aprendizaje de México y mi amor por el país: Elena Poniatowska

*Fue presentado su libro de entrevistas Palabras cruzadas en la FIL del Palacio de Minería

Julieta Riveroll / Agencia Reforma

Ciudad de México

Al escritor Jorge Ibargüengoitia lo recordó panzoncito y con traje de scout y a la compositora Consuelito Velázquez ruquita y con la cara torcida de pasión.
Algunos de los entrevistados de Elena Poniatowska salieron a relucir en la charla que sostuvo la periodista ayer con Jorge F. Hernández, en la FIL del Palacio de Minería, durante la presentación de su libro Palabras cruzadas.
Ella encontró en el periodismo la salvación de su vida.
“Le debo el aprendizaje de México y mi amor por el país”, relató la ganadora del Premio Cervantes ante el público que saturó la capilla.
Aunque se ha pitorreado de los políticos y ha hecho a enojar a más de uno, Poniatowska niega ser capaz de intimidar.
“Yo no asusto a nadie porque soy muy chaparrita y me puedo meter donde sea. Yo quise ser una rubia despampanante y altísima que partiera plaza, pero nunca lo fui. Tengo la ventaja de que nadie me tiene miedo, quepo en donde sea, soy muy portátil”.
Reconoció sus entrevistas “fracasadas” con Cantinflas y el Nobel de Literatura Francoise Mauriac, pese a que menudo traba amistad con sus interlocutores. Así le ocurrió con el cineasta Luis Buñuel, el fotógrafo Gabriel Figueroa y los escritores Octavio Paz y Carlos Fuentes.