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Recrea la obra Culebra de agua con toques tragicómicos el paso del huracán Paulina

*La puesta en escena escrita por Conchi León hace unos meses y dirigida por ella, da cuenta de cómo las fuerzas de la naturaleza caen sobre las personas de improviso, y cómo quienes sobreviven son trasformados

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Con una producción interesante en el interior de los camerinos del teatro y solvencia por parte de los actores acapulqueños se presentó este viernes la obra Culebra de agua en el Centro Cultural Domingo Soler, iniciando con ello y formalmente los trabajos la Compañía Municipal de Teatro de Acapulco.
La obra, escrita por Conchi León recién hace unos meses y dirigida por ella, da cuenta de cómo las fuerzas de la naturaleza caen sobre las personas de improviso, de golpe, y de cómo quienes sobreviven son trasformados.
Conchi, quien en entrevista anterior refirió que se decanta por el teatro testimonial, eligió para esta obra historias relacionadas con el huracán Paulina para, “tocar el Acapulco tropical”.
Muestra de ello es que en la primera parte de la obra se nos presenta el colorido día a día de la gente del puerto y damos fe de los problemas, enredos y amores de un conglomerado de vecinos que suponemos, viven en alguna colonia en lo alto del puerto y que a la postre será afectada por el embate del huracán Paulina.
Don Alejo (Enrique Caballero), quien tiene por negocio el voceo de anuncios sirve de ancla para conocer de Yolotzinda (Noelia Aguero) y su puesto de pozole, de Finita (Alet Rojas), chamaca bonita que tiene a su madre enferma, o Doña Juana (Gloria Ramírez), madre de varios hijos y otro más en camino cuyo marido se la pasa en la cantina. Mención aparte para Angelito y La pescadita, ambos papeles interpretados por Ilian Blanco y que con cuyos toques le imprime a la obra un dejo de farsa al estilo de las películas del cine de oro mexicano.
Pero más allá de las carcajadas en sí, el público pudo darse cuenta de que no obstante la versión oficial o la verdad, el huracán Paulina se dejó sentir sobre un puerto que jamás se lo esperó; más de 400 muertos, 123 es la cifra oficial, y sus historias dan fe de ello.
Luego de un día normal en aquel rincón de Acapulco, tras una noche en que la lluvia fue la constante, y con la sorpresiva aparición de dos culebras de agua, simuladas con dos telones de plástico, los personajes son envueltos para morir unos, desaparecer otros, sobrevivir los menos.
Con ayuda de efectos sencillos pero efectivos los espectadores son salpicados si no por el agua sí por los finales de quienes sobrevivieron al huracán.
Paulina se fue, concluye la obra, “pero seguimos nuestras vidas con nuestros propios huracanes…”.
Culebra de agua se presentará los fines de semana de marzo en el Centro Cultural Domingo Soler.

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