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Los gobernadores no le quieren entrar a la aplicación de la reforma educativa, asegura especialista de la UAM

Karina Contreras

El coordinador del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-Xochilmilco, Carlos Ornelas Navarro, indicó que es claro que los gobernadores no quieren entrar de lleno con la aplicación de la reforma educativa en sus estados, pues no quieren “broncas”.
Indicó que en la reforma actual, los gobernadores son el “eslabón débil” en la cadena de mando del presidente Enrique Peña Nieto, porque los gobernadores no quieren hacer nada, porque no tienen ningún incentivo para apoyar la reforma y muy pocos se han pronunciado por ésta, y han sido retóricas, pero no están realmente metidos.
Ornelas Navarrete recordó que al menos 22 de los secretarios vigentes en los estados, fueron negociados directamente por Elba Esther Gordillo con el gobernador respectivo, por lo que el mandatario no quiere broncas y en algunos casos son amigos y hasta les ayudaron en su campaña, “no quieren romper, no quieren que haya bronca y no se comprometen con la reforma de Peña Nieto, y ya se dio cuenta de eso”.
Ornelas Navarro estuvo en las instalaciones del Centro de Actualización del Magisterio (CAM), para presentar la actualización de su libro El sistema educativo mexicano, la transición de fin de siglo, donde habló a los presentes de la reforma educativa aprobada el año pasado y dijo que no se ve que se quiera privatizar la educación, “creo que es una falacia”.
Indicó que lo que se ve es el esfuerzo serio del gobierno federal de controlar la educación, con fines de legitimidad, y porque coincide con un proyecto de largo plazo del presidente Peña Nieto, que es reconcentrar el poder político en la presidencia de la República “y las condiciones se están dando”.
Indicó que los gobernadores no quieren apoyar la reforma, porque no los consultaron, puesto que fue un acuerdo del presidente con los líderes del PRD y PAN, y fueron decisiones rápidas, “los  gobernadores no fueron consultados, nadie los peló”. Indicó que ya no se van a vender las plazas, lo que era una vergüenza.

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