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Oran por desplazados y víctimas de la violencia, en el Miércoles de Ceniza

Con una oración por los habitantes de Teloloapan, los desplazados por la violencia, así como por el restablecimiento de la paz en la entidad se desarrolló la misa del mediodía a la catedral de Nuestra Señora de la Soledad en Acapulco, a la que cientos de católicos acudieron al Miércoles de Ceniza, acto que marca el inicio de la cuaresma.
Desde las 8 de la mañana, las enormes puertas de madera labrada de la catedral abrieron sus hojas para recibir a decenas de católicos que se enfilaron para recibir la cruz de ceniza en su frente.
Miguel, un viejo indigente que duerme todos los días en una de las puertas de la iglesia, ayer se mantuvo dentro de ella y escuchó las misas que se ofrecieron durante la mañana y la tarde para la celebración.
El arzobispo, Carlos Garfias Merlos encabezó la misa del Miércoles de Ceniza.
Elaboradas a partir de la quema de las flores del Domingo de Ramos del año anterior, las cenizas fueron bendecidas y untadas sobre la frente de los fieles acapulqueños, visitantes y turistas católicos, que se formaban en alguna de las puertas de la catedral.
Niños y madres de familia abarrotaron la iglesia después del mediodía, cuando los pequeños salían de la escuela.
Martha Calixto, llegó a la iglesia acompañada por su hijo Joaquín, quien empujaba la silla de ruedas que trasladaba a su madre. Dijeron que cada año desde hace más de 60 que viven en Acapulco, acuden a misa de mediodía para después recibir la ceniza en el miércoles que marca el inicio de la cuaresma.
Mencionaron que como fieles católicos saben que las cenizas son un signo de la caducidad de la condición humana.
Después de la misa, los feligreses salieron al atrio y hallaron la faena cotidiana de un mercado, casi instalado de manera permanente, en el que se ofrecen diversas comidas, antojitos, aguas frescas, así como los servicios de fotografías instantáneas o de brincolines. (Karla Galarce Sosa).

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