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Continúan detenidas las obras del muelle de playa Majahua en Puerto Marqués

Redacción

El paro de las obras del muelle de playa Majahua, ubicada a un costado del popular balneario de Puerto Marqués, continúa por parte de un grupo de prestadores de servicios turísticos que además, siguen cobrando 20 pesos a los turistas nacionales por uso de estacionamiento.
En la plancha principal del muelle en construcción ya no se permite el estacionamiento de unidades motrices. En cambio, se observó a policías federales, que estaban haciendo guardia afuera de la patrulla 01460, así como también de seguridad privada.
En la playa privada artificial, que se formó a manera de una pequeña caleta ubicada dentro del muelle fincado por la empresa Grupo Mexicano de Desarrollo (GMD), los paristas permiten el libre acceso a los turistas nacionales, quienes rentan sillas, camastros y sombrillas a los marquesanos, para protegerse del sol, mientras los niños chapotean a las orillas de la playa artificial.
Los últimos 25 restaurantes apostados de sur a norte en la bahía de Puerto Marqués están siendo afectados por el aumento del nivel del agua, provocado por el desvío de las corrientes marinas a causa de las obras del muelle.
“Es triste ya no poder comer sobre la franja de arena, porque al reventar la ola, el agua se lleva todo. Estamos arriba en la terraza, pero tengo que bajar a vigilar a mis hijos porque la enramada no me deja verlos. Todo está lleno de sacos de arena para impedir el paso del agua que daña las escaleras. Hace 3 años venimos a este mismo restaurante y nos la pasamos muy bien. Ahora es muy distinto, triste y lamentable” dijo la turista Verónica Gutiérrez, originaria de la Ciudad de México.
En tanto, el turista Guillermo Chávez originario del estado de Guanajuato, señaló que se iban a cambiar de restaurante, porque “el agua pega hasta el muro. Siento que se hizo chiquita la playa y bueno, no sé si es por lo del muelle. Lo importante es que queremos divertirnos con los nietos y más hacia allá, pues hay mas arena. Los niños quieren hacer figuras, casas y castillos”.
Finalmente, el turista Francisco Gómez se quejó del acoso del comercio ambulante, “no nos dejan en paz. Ya les compramos cosas y aun así persisten. Nos ofrecen los mismos productos como cuatro veces. Se van y luego vienen de regreso. Estuvimos sentados en la playa y la alta corriente no nos dejo relajarnos. Mejor nos vamos a ir a otro lado. Aquí está excesivamente lleno”.

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