Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Solís Heredia

CANAL PRIVADO

*Para que la calma sea duradera

Sin duda, la intervención de 800 policías federales y estatales en Chilpancingo combatirá y revertirá la grave crisis de seguridad pública; es posible y hasta probable que la evaluación y capacitación de 200 aspirantes, fortalezca y articule una mejor y más eficiente policía municipal.
Pero si el interés, el esfuerzo y el trabajo del Estado se concentran y agotan en esas acciones y objetivos, sin duda  de nada servirán para abatir y resolver las causas de los problemas sociales que padecemos, de dimensiones mucho más profundas y complejas que un simple asunto policiaco, por grave que este sea; y es posible y hasta probable que, más pronto que tarde, la violencia resurja con mayor virulencia.
Supongamos con los mejores optimismo y buena fe, que la operación policiaca es exitosa, y descubre, detiene y encarcela a todos o los principales integrantes de las bandas criminales, desde tropa hasta cabecillas; que los índices de homicidios, secuestros y extorsiones bajan a niveles mínimos; que pronto y bien se retiren los federales; y que los municipales recuperen y se reivindiquen en el control de la seguridad pública.
Supongo que entonces todos respiraríamos mejor, que más serenos y tranquilos reconquistaríamos los espacios colectivos, y que ya sin miedo recuperaríamos nuestros gozos y divertimentos nocturnos.
Suponiendo todo lo anterior, ¿cuánto duraría en irse al pozo nuestro gozo, si nada se hace para combatir y reducir la pobreza extrema, la injusticia social y la impunidad? ¿Cuánto nos duraría la fiesta en paz, si nada se hace para resolver la falta de oportunidades y empleo, principalmente para los jóvenes, para detener el tráfico y controlar la proliferación de armas de fuego? ¿Cuánto, si nada se hace para reconstruir el tejido social, para proteger a los hijos de la desintegración familiar, para equilibrar la desmedida influencia de los medios de comunicación y la publicidad en la definición de nuestros valores morales y la cultura popular?
Me temo que muy poco. Si todo el interés, esfuerzo y trabajo del Estado se concentra y agota en lo policiaco, me temo que la calma después de la tormenta actual durará hasta que el nefasto coctel social recupere su espesor embrionario, que parirá a nuevos bastardos, con distintas caras, otros nombres y familias, pero el mismo ADN de violencia en la sangre.
Sin embargo, es tan grande y grave el reto que sería injusto y torpe dejar en manos del gobierno toda la responsabilidad y todas las tareas. La verdadera solución exige y convoca compromiso y participación a todos, sociedad y gobierno, si realmente queremos que la calma, que posible y hasta probablemente venga después de esta tormenta, sea larga, duradera y sólida.
Por lo pronto, al gobierno le corresponde la aplicación urgente del registro riguroso de las armas de fuego y el combate estricto de su tráfico ilegal. La tarea no es sencilla, pues requiere evidenciar y castigar corruptelas y complicidades al interior del Ejército mexicano, y exigir con mayor firmeza al gobierno estadunidense que haga lo propio.
En este sentido, el ejemplo de Canadá es contundente demostración de los beneficios de un estricto control de armas. Aunque el contexto de la violencia armada en México es mucho más complejo y profundo que en ese país, sus cifras son argumento indiscutible: en todo 2012, en todo Canadá, 173 homicidios con armas de fuego; en México, ese año, 10 mil 257.
Para ponerle más contraste a la comparación, mientras que en Canadá 173 de sus 35 millones de habitantes fueron asesinados con armas de fuego en 2012, en Guerrero, mil 628 de sus casi 3 millones y medio murieron así.
Pero también por lo pronto, a los ciudadanos mexicanos y guerrerenses les corresponde comprometerse y participar en la reconstrucción del tejido social, y en la protección, cuidado y educación de sus hijos.
Todos, gobierno y Estado, debemos evitar que el camino de la violencia, la corrupción y el crimen parezca y sea una opción atractiva, accesible, segura y lucrativa para los jóvenes.

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