Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Florentino Cruz

América Latina hoy

¿Cuánto sabemos de lo que acontece en nuestro continente?
¿Qué tanto nos permiten las televisoras, que son nuestra principal fuente de abastecimiento informativo, que conozcamos acerca de los procesos políticos, sociales, culturales, que viven nuestros países hermanos latinoamericanos?
¿Qué tanto sabemos de la política social de ataque frontal contra el hambre impulsada por el Presidente de la República de Guatemala,  General Otto Pérez Molina?
¿Sabemos acaso del importantísimo programa alimentario especialmente dedicado a la niñez salvadoreña, que impulsa el  presidente de la República, Mauricio Funes? ¿Qué el presidente Funes fue postulado  como candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ( FMLN), organización con un pasado guerrillero, que combatió al establecimiento desde la década de los setentas y firmó la paz en 1992? ¿Que el derechista partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) con su candidato Norman Quijano, en la desesperación de su derrota han asumido públicamente que los programas sociales de sus archienemigos del FMLN los continuarían si ganaban en las elecciones de este domingo, lo que no ocurrió?
¿Que el presidente Martinelli de Panamá, rompiendo las normas básicas de la diplomacia ha planteado que la Organización de Estados Americanos (OEA) exija la aplicación de la Carta Democrática al gobierno de Venezuela y que el asunto sea tratado en sesión secreta, con voto secreto en el  pleno del organismo, asunto que ha sido repudiado por la inmensa mayoría de los asociados de la Organización y propició la ruptura de relaciones con Venezuela?
¿Qué tanto sabemos de lo que está aconteciendo en Venezuela donde, al margen de filias y fobias, tenemos un gobierno electo por la voluntad mayoritaria de su pueblo, que ha sido sometido al referéndum de elecciones intermedias y ha salido victorioso? ¿Cuánto sabemos de las acciones terroristas, homicidas, que han cobrado la vida de más   de 20 ciudadanos venezolanos, guiados a la violencia, en un símil de las movilizaciones de las “cacerolas vacías” de la oligarquía chilena, que desembocó en el sangriento golpe de Estado en contra del presidente Salvador Allende?
En esta asonada que presenta todas las características de una intencionalidad desestabilizadora y golpista, es inocultable la mano del gobierno norteamericano, con financiamiento, personal y orientación estratégica en asuntos de creación de situaciones de ingobernabilidad aprendidos por la CIA durante su larga vida; asimismo es evidente la  perversa  intencionalidad de generar irritabilidad social a través de una escasez inducida de productos, provocada por acaparadores que no sólo buscan la altísima ganancia sino fundamentalmente la caída del gobierno legítimamente constituido.
Igualmente poco sabemos del importantísimo proceso de diálogos y negociaciones entre la más alta dirección de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército Popular (FARC-EP) y el gobierno de la República de Colombia, que pueden poner fin a más de 66 años de violencia ininterrumpida que ha padecido ese país hermano; esto evidentemente tiene que ver estratégicamente con el resultado de la próxima elección presidencial, llevando como condición necesaria la derrota del paramilitarismo y la “parapolítica” representada por Álvaro Uribe.
Desconocemos también que los gobiernos democráticos de Ecuador y de Bolivia, han modificado de fondo el régimen de propiedad y de la renta de los recursos naturales de esos países, los cuales hasta hace poco eran prácticamente propiedad de compañías trasnacionales, llegando a extremos, como el caso del petróleo ecuatoriano, que de acuerdo con lo dicho en su libro De la Banana Repúblik a la No República del presidente Correa, de 100 barriles extraídos en territorio ecuatoriano, 80 pertenecían a las compañías extranjeras y sólo 20 pasaban al erario de su país.
Igual situación sucedía con el gas y el cobre, productos fundamentales y de gran cuantía en Bolivia, donde la propiedad y usufructo era para el enriquecimiento exclusivo de las compañías trasnacionales, cuestión modificada de fondo por el presidente Evo Morales y que ha provocado la irritación golpista y violenta de la oligarquía boliviana.
Igualmente poco sabemos de que en Nicaragua, después de la derrota sui generis de la Revolución Sandinista en el proceso electoral de 1990,  el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha triunfado democráticamente y el ex comandante guerrillero Daniel Ortega  dirige Nicaragua impulsando importantes reformas sociales.
Brasil, el coloso del sur, decidió con Lula y después con Dilma Rouseff, trazar un camino propio con decoro y dignidad;  la Argentina herida de muerte por la crisis neoliberal fue rescatada por Néstor Kirchner y le  han refrendado su respaldo al proyecto a través de Cristina Fernández; el lindo país de Los Tupamaros, Uruguay, decidió elegir a un veterano guerrillero, el Presidente Pobre, Pepe Mujica, quien lo dirige hacia derroteros de justicia social y democracia profunda.
En Chile, decidieron regresar a la época neoliberal con Sebastián Piñera, gobierno de derecha que recordó a los chilenos la etapa sombría de la dictadura pinochetista; ahora le han regresado el poder a la izquierda a través de la señora Bachelet, que sin duda tendrá de nuevo un gobierno a favor del pueblo.
Costa Rica, la pequeña Suiza latinoamericana, la que no necesita gastar millones de dólares en ejércitos, la que no ha tenido gobiernos militares ni autoritarios, con prudencia ha sabido, en los momentos álgidos de la violencia y la guerra en Centroamérica, intervenir realizando labores sabias de intermediación que condujeron al establecimiento de la paz en la región; ellos con su régimen democrático deciden quien ha de ser su nuevo presidente y a pesar de que provengan de distintos proyectos partidarios, la estabilidad de ese país permite apreciar avances sustanciales en educación, salud y sobre todo la paz.
Cuba, la pequeña isla hostigada, asediada, bloqueada desde hace 55 años, cada día  recoge más reconocimiento a su dignidad y sus innegables logros; en estos días en que se celebró la segunda cumbre de la CELAC en La Habana, fue motivo de orgullo para todos los patriotas latinoamericanos ver a nuestros pueblos todos, sin excepción, asistiendo en el más alto nivel y demostrando que nuestro continente y el Caribe, juntos, pueden trazar y construir una ruta alternativa que tenga como divisa la paz, la hermandad, la solidaridad y el desarrollo justo y equitativo.
En el caso nuestro, de nuestra amada patria mexicana, vemos con vergüenza cómo lo que en 1938 recuperó con gallardía y el apoyo del pueblo, el inolvidable presidente Lázaro Cárdenas, hoy lo perdemos por la actitud cobarde y antimexicana de un puñado de  pseudorepresentantes populares y por los inconfesables acuerdos de alta traición a la patria de un presidente que para serlo, comprometió lo más sagrado de una nación que es su soberanía y autodeterminación.
Sin embargo, a pesar del silencio interesado, del cerco informativo, de la distorsión y mentira de las grandes cadenas informativas al servicio del imperio, en América Latina soplan vientos de vientos de libertad y autodeterminación.

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