Carlos Pérez Aguirre

Los ciudadanos hemos pecado de cándidos (inocentes, sinceros, crédulos) ante las alternativas electorales de aquellos que prometen cambiar el horizonte para Guerrero y lo único que cambian es el horizonte económico vía enriquecimiento ilegal e ilegitimo de sus familiares y amigos, como ha estado sucediendo en diversos periodos de gobiernos, ya sean priistas (Rubén Figueroa, Ángel Aguirre, René Juárez) o prianistas disfrazados de izquierda (Zeferino Torreblanca y Ángel Águirre, otra vez).
Lo que resulta ya un hecho, es que la ciudadanía cada vez está más informada por diversas vías y analiza con más elementos las características de los candidatos, por ello ahora al observar y revisar el historial y los apoyos en que se basan esos personajes que pretenden postularse como precandidatos, nos sorprendemos del grado de negativos que exhiben la mayoría de ellos, y por eso tenemos, como ciudadanos, que ser demasiado desconfiados.
Ya empezamos a ver que desfilan varios precandidatos a la gubernatura o a algunas presidencias municipales emblemáticas, a individuos que deberían estar observados o bien en investigación de la Contraloría o de la autoridad judicial. Tal es el caso de los hijos de miembros de la administración pública estatal que han sido señalados como posibles beneficiarios de las despensas y apoyos diversos que de manera ilegal se retuvieron y que formaban parte de la ayuda que enviaron diversas entidades altruistas y solidarias y con la que ahora esta autoridad pretende medrar.
Hasta ahora no se ha producido una explicación o un boletín coherente en donde se explique a la ciudadanía, y sobre todo a los miles de damnificados, del por qué esa ayuda nunca se distribuyó, habiéndose enviado para ellos para mitigar su hambre, sus carencias y sus pérdidas.
De no aclararse esta situación, las campañas de estos de por sí desprestigiados juniors estará estigmatizada aún más.
En este juego del absurdo se apuntan también sin sonrojo alguno y con un gran cinismo, un exgobernador y un expresidente municipal de Acapulco, ambos con sendas acusaciones de desvío de recursos, con caudas no aclaradas de delitos que se les imputan, con administraciones desastrosas, pero con una base social muy menguada y también muy corrompida por las dádivas que les arrojan o de los compromisos administrativos que se derivaron.
Otro grupo corresponde a gesticuladores que declaran una cosa pero actúan en sentido contrario a lo que dicen defender, pero –qué casualidad– siempre van en contra del interés de la mayoría de los guerrerenses, como ha sido el votar a favor de leyes contrarias al interés –incluso nacional. Traidores a la patria, les espetaron en un cartel, que resumía el triste papel que les toco desempeñar.
En su momento todos, con nombres y apellidos, tendrán que salir a la luz, los medios de difusión tendremos que ser muy enfáticos para informar a la sociedad las características de aquellos políticos bribones que quieren seguir los pasos de sus antecesores.
Pero también informaremos de las características de aquellos políticos que en su trayectoria hayan sido congruentes, respetables y con perspectiva de verdaderos elementos que puedan posibilitar el mejoramiento de las condiciones económicas y sociales de los habitantes de la entidad. Titishando: Los integrantes del Congreso del Estado dieron una muestra de servilismo y vileza al votar una ley contraria a los derechos del magisterio; claro, siguieron el guión dictado por el gobernador, para quedar bien a los ojos de Peña Nieto. Pero derivado de ese hecho resulta relevante que los líderes partidistas manifiesten de manera clara, su desacuerdo con los deshonestos elementos que les fueron impuestos, como es el caso de Movimiento Ciudadano que se deslindó de uno de sus diputados, que siempre ha puesto el contrapunto a la actitud de ese partido. La última, el voto favorable a la homologación de las leyes secundarias en educación.

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