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Cortés no fue judío ni converso, pero tenía con ellos una relación cercana: Hugh Thomas

Participará el historiador inglés en el coloquio Octavio Paz y el mundo del siglo XXI

Silvia Isabel Gámez / Agencia Reforma

Ciudad de México

La Conquista de México aún guarda misterios para el historiador Hugh Thomas. “Posiblemente, los hongos sagrados jugaron un papel importante en la defensa de Tenochtitlan”, afirma entre risas.
Siempre interesado en los detalles, se propone investigar también la relación que tuvieron con Hernán Cortés dos plateros judíos de Sevilla: Juan de Córdoba y López de Alfaro.
“Obviamente, Cortés no fue judío ni converso, pero tenía con ellos una relación cercana”, explica. “En 1505, Cortés viajó en un barco de Alfaro, y en 1522 le facilitó ayuda económica y armas, es algo curioso, una petit histoire que me interesa”.
Thomas nació en Windsor en 1931. Estudió en Cambridge y la Sorbona. Fue diplomático, asesor de la primera ministra Margaret Thatcher, y en 1986, la reina Isabel II le concedió el título de barón Thomas of Swynnerton, que le permite sentarse en la Cámara de los Lores.
Su primera obra histórica fue La guerra civil española, que publicó en 1961. Pero considera que su libro más profundo, y probablemente de mayor éxito, ha sido La conquista de México (1994). “Fue un placer escribirlo, pero también significó mucho trabajo”.
Durante su investigación, vivió en el Hotel Ritz de Madero y se dio tiempo para divertirse en la Plaza Garibaldi. Thomas conoció a Octavio Paz en 1988, durante un almuerzo ofrecido por el Embajador de Brasil, el ensayista José Guilherme Merquior. “Fue el comienzo de nuestra amistad”. Se visitaron en sus respectivos hogares e intercambiaron cartas.
¿Coincidía con Paz en algún punto de vista sobre México?
Lo que me interesó fue el énfasis que puso en la importancia de la Nueva España, del virreinato. Lo afirmó en El peregrino en su patria, y también en los primeros capítulos de Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. Ha insistido en que la Nueva España fue más próspera en el siglo XVII que Madrid, un gran tesoro en la historia del imperio español.
El historiador británico participará el jueves 27 en la mesa inaugural del coloquio Octavio Paz y el mundo del siglo XXI en El Colegio Nacional. En su intervención hablará de la poesía de Sor Juana, de los presidentes Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, y de algunos de los momentos que compartió con Paz en Londres.
Recuerda que un año antes de su muerte se encontró con el Nobel en la capital inglesa. “Todavía tenía buena salud”. Paz había leído sus poemas en el Teatro Nacional, y de vuelta en su hotel, le propuso tomar una última copa. Thomas declinó porque al día siguiente debía estar a las 6 de la mañana en Cambridge y ya pasaba de la medianoche.
“Oscar Wilde decía: la única cosa de la que me arrepiento es de las extravagancias que no he hecho, y yo he dicho a mis colegas que siempre me arrepiento de no haber sido extravagante esa noche”, cuenta el historiador.
Thomas considera que la gran aportación de La conquista de México es incluir el juicio de residencia contra Hernán Cortés, que se inició en 1529, escribe José Luis Martínez, se reabrió en 1534 y 1535, y siguió vigente hasta la muerte del conquistador en 1547 sin que se emitiera un veredicto.
“Creo que soy la primera persona que estudió a conciencia el juicio de residencia de Cortés. Mi fama depende de eso, de nada más”, dice, y se carcajea.
El historiador conserva en su biblioteca la relación de méritos de alrededor de 400 personajes, muchos compañeros de Cortés, que reunió en el Archivo de Indias de Sevilla, una información inédita que suma 4 mil páginas. “Quizá sea útil para alguien hacer una edición de esos documentos”.
A fines de 2013 publicó El señor del mundo. Felipe II y su imperio, el último volumen de una trilogía que incluye El Imperio español: De Colón a Magallanes y El Imperio español de Carlos V. Afirmó entonces que pensaba escribir sus memorias, un proyecto que todavía no ha comenzado.
“Me han ofrecido hacer mi biografía, pero yo he respondido que antes quiero intentar escribir mi vida. Preferiría no tener un biógrafo antes de mi muerte”.
¿Cómo se ve México desde Inglaterra?
Como un país romántico, I think.

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