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El narco ha influido en la cultura popular guerrerense, afirma el escritor Paul Medrano

Presentó ayer en la capital su novela Deudas de fuego, obra premiada por el Instituto Tamaulipeco de Cultura

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Deudas de fuego es la historia de Pedro el Chicharrón Valencia, un policía que vive entre la honestidad y la corrupción pero que tiene un límite, mismo que se ve en entredicho cuando recibe una orden: matar a su mejor amigo, explicó el escritor Paul Medrano, quien presentó ayer su nueva novela en Chilpancingo.
“Es a partir de ahí que empieza la trama, la investigación, a la que se suma una ruptura amorosa para darle juego a la historia”, agregó quien con este texto, ganara el Segundo Concurso de Novela Negra en 2012, organizado por el Instituto Tamaulipeco de Cultura.
La historia, está situada en una ciudad ficticia que bien podría ser similar a Chilpancingo actual; “una ciudad plagada de narco, violencia, corrupción”, aceptó Medrano, quien abundó en el hecho de que “Guerrero era un estado con ciertas características muy marcadas: su música, su habla, su comida, pero a estas alturas del narco en México, toda esta cultura ha cambiado la apariencia de la gente, de las ciudades, escuchamos más música de banda sinaloense y dejamos de lado el chile frito, hemos adoptado la carne asada y hasta el habla: Troca, morra, vato…” aceptando nuevamente que se está homologando, en ese sentido, la cultura popular.
Sin embargo, explicó el también autor de Dos Caminos (UNAM, 2010) o Flor de Capomo (Tierra Adentro, 2011), “traté en esta novela de manejar el lenguaje del sur, de Guerrero, traté de despegarme del norte; esta historia trama tiene un habla, una escenografía muy de por acá, tratando de no meterme en el costal del norte porque no los soy…”.
Por ello no es de extrañarse que el personaje se haya basado en uno de un corrido de Los Donnys de Guerrero: Pedro el Chicharrón; “un personaje entrón, valiente, con un lado amoroso y cuyo nombre me pareció hasta muy nativo”.
Y es que indicó el autor,  “lo único que intento es contar un poco del sur de ahora, de lo que vemos de lo que sentimos, de cómo son las ciudades” ya que, continuó, “me parece que el sur ha sido poco narrado, poco contado y sólo hasta hace poco tiempo se ha empezado a ver una serie de narradores que han hablado de estas tierras…”.
Tras ello, el autor confirmó que se trata del primer libro de una saga policiaca;  “de hecho ya estoy trabajando en la segunda parte”, misma que reveló parte del final de este libro a presentar.
Deudas de fuego, editado por el Instituto Tamaulipeco de Cultura en coedición con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, se presentó ayer en Chilpancingo con la colaboración de Carlos F. Ortiz y David Espino como presentadores.

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