Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Víctor Cardona Galindo

PÁGINAS DE ATOYAC

*El primer centenario de Rosendo Radilla Pacheco (Cuarta parte)

En más de 20 años de búsqueda oficial no han podido dar con Rosendo Radilla Pacheco ni con los demás desaparecidos políticos. Desde la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en 1990, la Fiscalía Especial y la coordinación de investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) lo más relevante ha sido la entrega de los restos de los guerrilleros, Lino Rosas Pérez René y Esteban Mesino Martínez Arturo que murieron con Lucio Cabañas en el combate del 2 de diciembre de 1974.
El 6 de junio de 1990 por decreto presidencial se creó la CNDH que vino a sumarse al trabajo que antes hicieron el Frente Nacional Contra Represión (FNCR) dirigido por Rosario Ibarra de Piedra, que posteriormente se transformó en el Comité Eureka y el Frente Nacional de Defensa de Presos Políticos (FNDP) encabezado por el doctor Felipe Martínez Soriano. Estos comités luchaban por la defensa de los derechos humanos y la presentación con vida de los desaparecidos. Uno con métodos más radicales que el otro pero se movían por los mismos objetivos.
Algunos reportes señalan que el asesinato de la activista Norma Corona en 1990 fue uno de los hechos que obligaron al entonces presidente Carlos Salinas a conformar la CNDH, otros dicen que fue un requisito que los otros países pusieron para firmar el Tratado de Libre Comercio. En 1992 una reforma constitucional le otorgó personalidad jurídica propia. Posteriormente la Ley de la CNDH le concedió a la institución la posibilidad de diseñar sus propias reglas internas y administrar sus recursos.
Desde su creación la CNDH abrió un programa de investigación sobre las desapariciones forzadas de la década de los setentas. Por ello entre 1999 y el año 2001 la comisión realizó trabajo de campo en Atoyac donde entrevistó a las familiares que estuvieron dispuestos a dar su testimonio.
En 1974 se hablaba del Grupo Sangre. La maestra Ángeles Magdaleno Cárdenas directora de Análisis e Información Histórica de la Fiscalía Especial desempolvó del Archivo General de la Nación (AGN) un documento firmado el 24 de junio de 1974 por Luis de la Barreda en ese entonces titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) donde informa que “en fechas recientes, tanto en el Puerto de Acapulco como en poblaciones cercanas al mismo, en diferentes lugares han venido apareciendo cuerpos sin vida de personas no identificadas. Los cadáveres presentan impactos de arma de fuego, señales de haber sido torturados y desfiguraciones en el rostro y otras partes del cuerpo, producidas por quemaduras. De ello ha tomado conocimiento el Agente del Ministerio Público del Fuero Común y al no ser identificada la víctima, ni reclamado el cuerpo, se ha ordenado la inhumación en la fosa común del panteón correspondiente, en el de Las Cruces cuando es perímetro de Acapulco. Esta situación ha causado inquietud entre la población y los habitantes de los lugares donde ha sido encontrado un cadáver, conjeturan sobre la personalidad del occiso. […] En forma por demás discreta se ha logrado saber que los cuerpos encontrados pertenecen a personas conectadas con Lucio Cabañas Barrientos y su gente, que han sido aprehendidos cuando bajan de la sierra para abastecerse de víveres y otros objetos necesarios para ellos, o bien que sirve de correo entre los remontados y quienes se encuentran en la zona urbana. Que las detenciones se ejecutan por órdenes expresas del comandante de la 27ª Zona Militar, con sede en Acapulco, Gral. de Div. DEM Salvador Rangel Medina, que después de obtener, por diferentes medios, toda la información posible sobre Lucio Cabañas y su gente, les da a tomar gasolina y se les prende fuego; posteriormente se les abandona en lugares solitarios, en donde aparecen con las desfiguraciones provocadas por las llamas y presentando impactos de arma de fuego. Entre el campesinado existe contrariedad por la presencia del Tte. Corl. De Inf. D.E.M. Francisco Quiroz Hermosillo, Comandante del 20 Batallón de la Policía Militar, a quien ya conocen y culpan de las ejecuciones”. La información provenía del agente de la DFS Isaac Tapia Segura comisionado en Acapulco. Cuando se dio a conocer en noviembre del 2003 se le restó credibilidad, principalmente por viejos periodistas de la época. Sin embargo el Grupo Sangre firmaba anónimos.
Arturo Miranda Ramírez en su tesis: La violación de los derechos humanos en el estado de Guerrero durante la “Guerra Sucia”; una herida no restañada, recoge el testimonio de Alejandra Cárdenas: “En ese tiempo la represión nos hacía desesperar, vivíamos con el miedo instalado en el cuerpo (…) pasaban muchos convoyes llenos de soldados, permanentemente éramos registrados, mi pareja (Antonio Hernández Hernández) había sido detenido y nuestra casa saqueada, muchos muchachos (de la Universidad) fueron detenidos en mi casa en aquel tiempo, entonces varios de nuestros compañeros fueron golpeados o baleados y en realidad vivíamos en un ambiente tal, incluso para salir a cenar había que pensarlo dos veces, eran tiempos muy difíciles y tiempos de mucho temor también, yo creo que toda la gente siente miedo en situaciones agudas, lo que pasa es que a veces, a pesar del miedo haces lo que tienes que hacer, esa es la única diferencia yo creo, que todos nos ‘paniqueamos’ (…) Conocí a Rosendo Radilla, está desaparecido, yo tenía el propósito de entrevistarlo y de grabar unos corridos que él había compuesto (a Lucio Cabañas y a Genaro Vázquez) cuando lo detuvieron y lo desaparecieron, él venía incluso a Chilpancingo. Nosotros fuimos constantemente amenazados, recibíamos anónimos, yo recuerdo especialmente uno que en una hoja con manchas de tinta roja, salpicada, y que lo firmaba un tal ‘Grupo sangre’, que decía: Antonio y Alejandra: ‘comunistas hijos de puta, si ustedes no se van del estado de Guerrero los vamos a matar a ustedes y a sus hijas”.
El mismo día que desaparecieron a Rosendo Radilla Pacheco también en otras acciones el Ejército se llevó a ocho personas más. Por eso para los familiares agosto es importante, porque que fue durante este mes que en 1974 desaparecieron el mayor número de personas en la Guerra Sucia. Fueron aproximadamente 70 desaparecidos en agosto y específicamente el 25 desaparecieron cuando menos ocho personas.
Mardonio Flores Galeana fue detenido el 25 de agosto de 1974, según la CNDH es uno de los 48 casos falsos que el Ejército presenta como muertos en combate. Se dijo que murió en la operación de rescate de Figueroa Figueroa, el 8 de septiembre de ese año. El mismo día también fueron detenidos Fernando Morales Galeana y Rosalío Castrejón Vázquez ambos reportados como paquetes en los informes del Ejército, “paquetes” era la denominación que se les daba a los detenidos destinados a desaparecer. A Pedro Castro Nava de 35 años se lo llevaron del centro de la cabecera municipal también el 25 de agosto, los soldados lo agarraron y lo trasladaron al cuartel de la colonia Mártires y fue reportado como paquete. También ese mismo día está el caso de Petronilo Morales Galeana.
Austreberto García Pintor, fue detenido por elementos del Ejército mexicano, en El Porvenir Limón, el 25 de agosto de 1974, igualmente es uno de los 48 casos que la DFS y Ejército dan por muerto combate. Según estas dependencias Austreberto murió el 8 de septiembre al enfrentarse con el Ejército, algo muy alejado de la realidad porque muchos vecinos vieron como lo sacaban totalmente indefenso de su casa.
Manuel Farías Bello de Mexcaltepec fue apresado por elementos del Ejército mexicano cuando tenía 20 años de edad. Los militares reunieron a todos los habitantes de esa población en la cancha. Ahí un capitán que traía una lista de personas sospechosas de pertenecer al grupo de Cabañas, los nombraba, los apartaban y luego se los llevaban con rumbo desconocido, y desde entonces se desconoce su paradero.
Se dice que con la llegada de Eliseo Jiménez Ruíz a la 27 Zona Militar el Ejército cambió de estrategia. De acuerdo con el informe histórico de la Femospp, el 5 de agosto de 1974 el general Salvador Rangel Medina fue relevado de la comandancia de la 27 Zona Militar y quedó a disposición de la Sedena. En su lugar, fue nombrado el general Eliseo Jiménez Ruiz, quien fungía como comandante de la 35 Zona Militar con sede en Chilpancingo.
Al día siguiente de su nombramiento, le envió al secretario de la Defensa un Plan de Operaciones contra Lucio Cabañas. Conforme a dicho Plan,  se organizaron seis agrupamientos con sus respectivos mandos y áreas de responsabilidad, se les encomendó como parte de su misión el “control de víveres y personas sobre las rutas que conducen a la sierra y procedentes de ella”. Los puestos de control debieron “impedir el paso de víveres, armamento y municiones que pudieran ser destinados al enemigo”, asimismo, se les encomendó la “identificación y captura de integrantes de la gavilla y sus contactos.”
Con este fin, se estableció un plan de operación en el que se desglosa: La Organización de los agrupamientos, las misiones que debían cumplir, los puestos de control y las posiciones de bloqueo. Dicho plan se llevó a cabo de forma paralela al acoso militar que el Ejército realizaba en forma de rastrilleo constante de la zona para ubicar al senador Figueroa y al grupo de Lucio Cabañas.
De los desaparecidos se han dicho muchas cosas: que fueron cremados, que fueron arrojados al mar, que fueron sepultados en los cuarteles, que algunos fueron fusilados en los lugares donde se presentaron escaramuzas y enfrentamientos con la guerrilla o que fueron arrojados a pozos profundos.
En septiembre del 2000 el mayor retirado Elías Alcaraz declaró a Misael Habana de los Santos que en el rescate de Figueroa el 8 de septiembre de 1974 murieron 50 guerrilleros que fueron sepultados en La Pascua. Y en un parte de novedades de la Sedena del 7 de diciembre de 1974 en el que se habla de la muerte de Lucio Cabañas se lee “dos días antes el Ejército había sostenido otro encuentro en el cual resultaron muertos 17 maleantes y se recogieron gran cantidad de armas y municiones”. Pero en el reporte no se dice qué hicieron con esos “maleantes” muertos.
La revista Proceso en su número 251, del 24 de agosto de 1981, publicó la nota: “Los pozos de Copacabana: diez muertos en busca de asesino”, en el texto dice: “Un año después de su descubrimiento, los restos humanos localizados en el cementerio clandestino de ‘Copacabana’, a diez minutos de este puerto, aun no han sido totalmente rescatados. Los despojos extraídos de fondo de tres de los 30 pozos artesianos que hay en el lugar según lo que se sabe hasta ahora, pertenecieron a diez personas. Todas asesinadas durante los seis años del gobierno de Rubén Figueroa.
“El agente determinador del Ministerio Público del Fueron Común en Acapulco, Jesús Salas Moreno, declaró sobre el hallazgo que a pesar de que las osamentas rescatadas están incompletas, todas presentan indicios de sacrificio ‘bestial’. Hay cráneos que presentan hasta cinco orificios producidos por armas de fuego […] sólo se han explorado tres de los 30 pozos que hay en Copacabana, ubicado a un costado del Hotel Princess”.
Por ese caso se detuvo y procesó a Juan Vázquez Santiago, ex “madrina” de la Policía Judicial, por haber asesinado a Emilio Gallegos Meza, cuyo cadáver fue rescatado de uno de los pozos y posteriormente fue identificado en el Servicio Médico Forense.
El procurador de justicia en el tiempo de Rubén Figueroa Figueroa, Carlos Ulises Acosta Víquez dijo a Proceso: “Lo de Copacabana es una broma. Lo que pasó ahí es que unos estudiantes de medicina de la ciudad de México vinieron a Acapulco en plan de recreo, pero se trajeron varios huesos que arrojaron a ese lugar… Palabra que eso es lo que sucedió”.
Por ello es que durante mucho tiempo la Afadem venía exigiendo que se realizaran excavaciones en lo que fue el 49 Batallón de Infantería, en los terrenos de Copacabana en Acapulco y en La Pascua. Estaría pendiente de ubicar dónde se realizó el enfrentamiento con la guerrilla del que habla el reporte del 7 de diciembre de 1974.
El 5 de diciembre 1981, inició su campaña en Atoyac Rosario Ibarra de Piedra, candidata a la presidencia por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Movimiento Revolucionario del Pueblo y la Unión de Lucha Revolucionaria. Y en 1987 Rosario Ibarra de Piedra de nuevo realizó su primer acto de campaña en este lugar y centró su discurso en la lucha por la libertad de presos y la presentación con vida de los desaparecidos políticos.
Don Rosendo Radilla Pacheco fue candidato a diputado federal por el PRT de manera simbólica, “Desaparecido Rosendo Radilla Pacheco, candidato a diputado federal”, rezaba una pinta que letras rojas que durante mucho tiempo permaneció en una barda de la calles Emiliano Zapata esquina con Aquiles Serdán y en marzo de 1989 cuando mucha gente tomó los terrenos de lo que ahora es la colonia 18 de Mayo el equipo número 13 se llamó Rosendo Radilla Pacheco.

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