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Paz no fue el cacique que muchos mexicanos se imaginan, dice su traductor

Silvia Isabel Gámez / Agencia Reforma

Ciudad de México

Eliot Weinberger había cumplido 18 años cuando la traducción que hizo del poema Blanco llegó a las manos de Octavio Paz.
“No tenía idea de mi edad, pero le gustó el texto y me pidió que tradujera ¿Águila o sol? Desde entonces, me enviaba sus poemas al terminar de escribirlos”.
Muchos traductores tienen problemas con los autores, sobre todo cuando conocen el idioma, señala Weinberger. Paz dominaba el inglés, pero durante cerca de 30 años nunca tuvieron un momento de encono.
“Hubo desavenencias intelectuales menores, pero él siempre me escuchaba con respeto, antes de demostrarme por qué estaba equivocado”.
La mayoría de los comentarios que hacía el Nobel de sus traducciones se relacionaba con el significado o la relevancia de una palabra o frase, explica. “Para los aspectos musicales de la traducción, confiaba en mí; a fin de cuentas, yo conocía mejor el inglés”.
New Directions fue la primera editorial que publicó, hace más de 70 años, la obra de Paz traducida. El poeta nunca dejó de enviarle sus obras.
“Paz creía que la amistad era más importante que avanzar en su carrera, aun cuando a veces esto lo perjudicara. Octavio, en ciertos aspectos, llevaba una vida muy sencilla como escritor. No tenía agente literario ni secretaria, sólo ocasionalmente una mecanógrafa. Él mismo contestaba el teléfono, y siempre se quejaba de que desperdiciaba mucho tiempo en eso. Me llevó años convencerlo de que comprara una contestadora”.
Traducir significa conocer la obra de un escritor, su técnica, a un nivel microscópico, define el autor de libros de ensayo como 12-S Cartas de Nueva York y Las cataratas. En cada nueva edición, Weinberger reescribe sus traducciones, que abarcan toda la poesía del Nobel desde Piedra de sol, y la mitad de sus poemas anteriores.
–¿Sucedió que al leer sus traducciones Paz cambiara el original?
–Los cambios eran pequeños: suprimía una línea o dos, modificaba una palabra. La traducción fue la manera en que Paz pudo leer a Paz. Le proporcionaba una distancia crítica para descubrir lo que consideraba logros o fallos de un poema.
–¿Qué mitos piensa que existen sobre Paz?
–Siempre me ha parecido ridículo que Paz sea considerado de derecha. Era un socialista al estilo europeo, se oponía a la Iglesia y en los temas sociales no era para nada un conservador. En cuanto a otros mitos, no creo que haya sido el cacique que muchos mexicanos se imaginan. Era más modesto y generoso que muchos escritores famosos que he conocido.

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