Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Si las autoridades ya ubicaron al asesino de las mujeres que lo detengan, exigen vecinos

*Sepultan en el panteón El Palmar a las cuatro víctimas

Aurora Harrison

Durante el velorio de las tres mujeres y la niña asesinadas dentro de su casa el lunes pasado, que se realizó en la capilla de San Felipe de Jesús del poblado Paso Limonero, vecinos y familiares pidieron a las autoridades que si ya tienen ubicado al presunto asesino “que lo agarren” y sea juzgado por el múltiple homicidio.
En la capilla fueron velados los cuerpos de las cuatro mujeres y los deudos recibían los vecinos abrazos y palabras de aliento, y después de la misa, a la 1 de la tarde, se trasladaron al panteón.
Los cuerpos de Martha Patricia Nava Blanco, Zahira Jazmín Nava Blanco, Osmayra Gutiérrez Nava y Rosa Aidé Solís Nava fueron velados en la capilla y sepultados en el panteón El Palmar, donde estuvieron familiares y vecinos que ayudaron con la excavación para depositar los ataúdes que quedaron juntos.
Al interior de la capilla estaban los cuatro féretros rodeados por flores blancas; afuera algunos vecinos comentaban incrédulos lo que había pasado y otros condenaban la muerte de la niña, que era un problema familiar, que el presunto homicida se había peleado con Zahira Jazmín e incluso ya la había amenazado.
Un vecino comentó que leyó en los periódicos que el gobernador Ángel Aguirre Rivero dijo que ya tiene ubicado al presunto asesino, “pues que lo agarren y que pague por los homicidios que cometió”.
En ese momento pasó un repartidor del periódico Alarmante, voceando lo sucedido en ese lugar el pasado lunes por la tarde.
Otra vecina comentó que “al muchacho Guadalupe (Pérez Méndez, esposo de Zahira) lo vi crecer, era un joven tranquilo, que le gusta jugar futbol, pero parece que se le metió el diablo, no bebía”, e incluso cree que los celos lo llevaron a cometer el crimen.
La niña que también fue víctima, por la ropa, dijo la vecina, parece que iba llegando a su casa después de la escuela.
Los familiares poco quisieron hablar, “queremos que respete el dolor que estamos pasando”, dijo uno de ellos, y que no estaban autorizados para decir nada porque los padres andaban con los trámites del panteón y no querían dar una información equivocada.
A la 1 de la tarde empezó la misa y alrededor del cuerpo de la niña hicieron guardia sus compañeros de la escuela y vecinos, con sus rostros tristes, y algunos no pudieron contenerse y lloraron; en los otros ataúdes estaban los familiares que colocaron algunas de las prendas que las víctimas utilizaban como pantalones de mezclilla, blusas y faldas.
Después que terminó la misa se dirigieron al panteón donde sepultaron los cuerpos.

468 ad