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Se frustra la aprobación de la nueva Constitución

*Diecinueve diputados del PRI, PAN, MC, PVEM y Panal reventaron anoche la sesión ante la tardanza de la bancada del PRD para ponerse de acuerdo y regresar al pleno después de un receso

*Aluvión de cien reservas perredistas al contenido del dictamen genera desacuerdos con los priistas y desesperación

*La discusión se pasó al martes próximo

Se frustró anoche la aprobación de la nueva Constitución en el Congreso del Estado

*Diecinueve diputados del PRI, PAN, MC, PVEM y Panal reventaron la sesión ante la tardanza de la bancada del PRD para ponerse de acuerdo y regresar al pleno después de un receso. Aluvión de cien reservas perredistas al contenido del dictamen genera desacuerdos con los priistas y desesperación. La discusión se pasó al martes próximo

Hugo Pacheco León

Chilpancingo

La noche de ayer, 19 diputados del PRI, PAN, MC, PVEM y Panal, desesperados porque los 19 diputados del PRD no respetaron el receso declarado de una hora, en el que depurarían sus propuestas de modificación de cien artículos reservados del dictamen de reforma integral a la Constitución, reventaron la sesión del Congreso y se fueron.
Y es que el PRI tiene en su poder la presidencia de la Mesa Directiva, con la diputada Verónica Muñoz Parra, quien a pedido de los coordinadores y representantes de partido del PRI, PAN, MC, PVEM y Panal, declaró que no había quórum y clausuró la sesión, citando a una nueva el próximo martes a las once de la mañana.
Todo ocurrió a las diez con 20 minutos de la noche, ante la desesperación de los 19 diputados presentes en el recinto legislativo, que seguían en espera de los perredistas.
Por eso, Héctor Apreza del PRI, Mario Ramos del MC, Delfina Concepción del PAN, Arturo Alvarez Angli del PVEM y Emiliano Díaz del Panal, en ese momento decidieron romper la sesión.
La presidenta de la Mesa Directiva, Verónica Muñoz Parra, ordenó el pase de lista de los diputados presentes y sólo estaban 19 de los 38 que originalmente se presentaron al inicio de la sesión.
Luego Verónica Muñoz Parra, al declarar que no había quórum —se requerían 24 diputados de un total de 46—, clausuró la sesión y convocó para el próximo martes a las once de la mañana.
Nulos fueron los intentos del Oficial Mayor, Benjamín Gallegos, para convencer a Verónica Muñoz Parra de que no lo hiciera. No lo logró, y la reforma constitucional se quedó en suspenso.
Los diputados del PRD, ni enterados de que la sesión se había terminado, seguían enfrascados en sus discusiones internas en su Sala de Juntas de la Fracción del PRD, ubicado en el segundo piso del edificio de oficinas.

Cien reservas de artículos provocan desacuerdos entre priistas y perredistas

La sesión de este jueves empezó a las dos de la tarde, dando segunda lectura al dictamen de la reforma a la Constitución, que era el único punto a tratar, más su discusión y aprobación en lo general y las reservas de artículos en lo particular.
Pero a las seis de la tarde, preocupados porque el dictamen de reforma constitucional podría ser desdibujado ante la lluvia de peticiones de diputados que pidieron reservas de artículos en lo particular, la Comisión de Gobierno se reunió en buscar de un mecanismo para evitarlo.
En esa reunión el diputado coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, Héctor Apreza Patrón, se molestó con el coordinador de la fracción del PRD, Bernardo Ortega Jiménez, porque los diputados perredistas de última hora pretendían modificar el dictamen y se los estaba permitiendo.
Lo anterior  a pesar de que desde el miércoles por la mañana y hasta las tres de la mañana de este jueves, los integrantes de la Comisión de Estudios Constitucionales esperaron a los diputados que desearan presentar reservas de artículos, pero apenas lo hicieron unos cuantos.
Y es que durante el miércoles la comisión dictaminadora recibió sólo 46 reservas, que decidieron presentar ante el pleno.
Pero ya este jueves en sesión, esas 46 reservas aumentaron a cien de 200 artículos que contiene el dictamen, por eso la pretensión del diputado Héctor Apreza de frenar a los diputados perredistas.
El diputado Bernardo Ortega se comprometió a plantear la postura priista al interior de su fracción.
En tanto Héctor Apreza cabildeó con la presidenta de la Comisión de Estudios Constitucionales y Jurídicos, la perredista Abelina López Rodríguez, para que se declarara un receso durante la segunda lectura del dictamen, para diseñar un mecanismo de procedimiento legislativo y depurar las reservas en lo particular y permitir que pasaran sólo aquellas que no estaban plasmadas en el documento original.
Así, a las ocho y media de la noche, la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso local, Verónica Muñoz Parra, instruida por su coordinador Héctor Apreza, declaró el receso cabildeado que duró una hora y se paró la segunda lectura del dictamen de reforma constitucional.
A esta hora también se había acordado durante el cabildeo del receso, que seis artículos reservados procedían  y se aprobarían.
También se acordó en ese cabildeo que en el receso Bernardo Ortega pediría a sus compañeros de fracción retirar sus reservas de artículos para agilizar la aprobación del dictamen.
Y que de no acceder los perredistas, se utilizaría el mayoriteo en el pleno, para rechazarlas y así hacer respetar los artículos originales del dictamen.
El  mayoriteo lo utilizarían para respetar el derecho que cada uno de los diputados tiene para presentar modificaciones a los dictámenes.
Igual hubo propuestas de diputados del PRD identificados con Grupo Guerrero, como Ana Lilia Jiménez Rumbo y Elí Camacho, para que el receso durara hasta el martes de la próxima semana, pues no había prisa para aprobar la reforma constitucional.
Esta misma postura de diputados del Grupo Guerrero fue coincidente con la que expuso una hora con 22 minutos después de declarado el receso, el diputado priista Rubén Figueroa Smutny, quien en el recinto legislativo con voz fuerte decía a sus compañeros priistas que el receso continuara hasta el próximo martes, “porque ¿cuál es la prisa?”, argumentó.
Los argumentos de estos diputados prosperaron. No hay todavía “nueva Constitución” en Guerrero, como le llaman el gobernador Angel Aguirre Rivero y los diputados.

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