Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Víctor Cardona Galindo

PÁGINAS DE ATOYAC

*El primer centenario de Rosendo Radilla Pacheco (Quinta parte)

El 29 y 30 de agosto de 1992 se constituyó en un congreso del Comité Nacional Independiente (CNI) realizado en Atoyac, el Comité Municipal de Presos y Desaparecidos Políticos donde a propuesta de Jesús Cardona Radilla quedó como presidenta Tita Radilla Martínez. La presidenta del nuevo comité comenzó a recibir denuncias en una mesita instalada en la plaza principal de Atoyac.
Escribió Gloria Leticia Díaz en la edición especial número 33 de la revista Proceso: “En los primeros años cada domingo Tita ponía una mesita en el Zócalo de Atoyac con tres sillas y una máquina de escribir. Familiares de desaparecidos llegaban con las fotos de sus seres queridos y le contaban sus historias una y otra vez… hasta que se llenó de dolor”.
En 1992 el tema de los desparecidos políticos comenzó a ventilarse en los medios locales de comunicación. En ese tiempo Felipe Fierro Santiago ya era profesor en la cabecera municipal y como corresponsal de El Suriano y después de la revista Controversia se comprometió con el tema, Aurelia Pérez Cano del CNI recorría las redacciones de los diarios en Acapulco dejando los boletines y con la fundación de El Sur en 1993 por medio de Maribel Gutiérrez los familiares tuvieron voz. Antes, las huellas de esta lucha únicamente podían seguirse en las revistas de la Universidad de Guerrero y a nivel nacional a través de Proceso.
Pero también el 18 de diciembre de 1992, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Declaración sobre la Protección de todas las personas contra la desaparición forzada.
Con la llegada de Rubén Figueroa Alcocer a la gubernatura en abril de 1993, el pasado regresó y la gente en Atoyac vivió temerosa de que las cosas se repitieran. Más cuando aparecían por todos lados libelos de la guerrilla y el temor al gobernador de quien se dice ordenó personalmente la detención de Inocencio Castro Arteaga el 20 de junio de 1974 y estuvo presente en las torturas e interrogatorios de los cuales fue objeto.
Después se supo que el principal represor del movimiento social en los setentas, Mario Arturo Acosta Chaparrro, seguía trabajando en Guerrero. Con el gobierno de Rubén Figueroa Alcocer auspició la formación del grupo Tigre, un comando parapolicial encargado de operaciones especiales que estaba bajo la órdenes de la agencia central del Ministerio Público de Acapulco cuyo titular era Elías Reachi Sandoval.
Luego el 11 de junio de 1994 por la tarde hubo un cateo a la iglesia del Dios Único. Agentes de la Policía Judicial del estado que formaban parte del grupo Tigre revisaron las instalaciones de la parroquia del padre Máximo Gómez en busca de armas, al frente de la operación iba Mario Arturo Acosta Chaparro, el capitán Alfredo Mendiola y el agente del Ministerio Público de Acapulco, Elías Reachi Sandoval. En ese edificio tenía sus oficinas el Comité Nacional Independiente (CNI) y el Comité de Familiares de Presos Políticos y Desaparecidos, que dirigían Aurelia Pérez Cano y Tita Radilla Martínez.
Después de muchos años de denuncia pública, la detención el 30 de agosto del 2000 de los generales Mario Arturo Acosta Chaparro y Francisco Humberto Quirós Hermosillo acusados de narcotráfico vino a generar esperanzas entre los familiares de encontrar con vida a los cientos de guerrerenses desaparecidos.
Según el proceso que la Procuraduría Militar le siguió a Quirós y Acosta, Rosendo Radilla Pacheco estaría entre las 143 personas que fueron arrojadas por ellos al mar. Los familiares de desaparecidos aglutinados en la Afadem rechazaron esa lista porque figuraban los nombres de ocho personas vivas, entre ellas Alejandra Cárdenas, Lucio Castillo, Zacarías Barrientos y Juan Vargas Pérez. Finalmente esa lista investigada se redujo a 22 casos quedando fuera el de Rosendo.
Con esta investigación la Procuraduría Militar reconoció, de alguna manera, que hubo personas arrojadas al mar. Lo curioso fue que de las 143 personas de la lista, la mayoría son reclamados por la Afadem.
En lo que la prensa denominó “los archivos de la ignominia” el nombre del teniente coronel de infantería diplomado de Estado Mayor Francisco Quirós Hermosillo aparece 12 de mayo 1971 cuando trasladó a la ciudad de México a los detenidos en Atoyac durante la operación Telaraña y que estaban recluidos en las instalaciones de la base aérea de Pie de la Cuesta.
Según la acusación que le siguió la Procuraduría Militar, Quirós Hermosillo tenía a su disposición un avión Aravá de la Fuerza Aérea Mexicana, que habría sido utilizado para arrojar cadáveres de guerrilleros detenidos y ejecutados al mar. Los disidentes pertenecían a la Liga Comunista 23 de Septiembre y a la guerrilla de Lucio Cabañas que eran capturados por la Brigada Blanca y el Ejército. Se habla también de instalaciones militares habilitadas para acciones encubiertas como la sede del Segundo Batallón de la Policía Militar, al mando del Quirós que tenía su sede en el Campo Militar Número Uno.
Carlos Fazio escribió el artículo titulado “Miguel Nazar Haro, la guerra sucia y la obediencia debida”, en La Jornada, del sábado 28 de febrero 2004. “El 11 de mayo de 1998, Quirós Hermosillo, quien fue ayudante del ex secretario de la Defensa general Marcelino García Barragán y recibió cursos sobre seguridad en Corea del Sur e Israel (del Mossad), reconoció haber sido comandante operativo de la Brigada Blanca hasta su promoción como jefe del Estado Mayor de la 34 Zona Militar, con sede en Chetumal. A su vez, Acosta Chaparro declaró el 3 de mayo de 2000 que en 1970 el entonces secretario de la Defensa, Hermenegildo Cuenca Díaz, lo envío como asesor a la DFS, tras recibir adiestramiento del Pentágono sobre ‘subversión’ y ‘contraguerrilla’ (fue entrenado en paracaidismo en Fort Benning, Georgia, y recibió un curso de Fuerzas Especiales, los famosos Boinas Verdes, en Fort Bragg, Carolina del Norte)”.
“La justicia castrense les inició a Acosta y Quirós un proceso penal por el delito de homicidio calificado en contra de 143 presuntos guerrilleros, quienes habrían sido ejecutados y arrojados al mar desde un avión Arava IAI-201, de fabricación israelí, en las costas de Oaxaca, en los años de la guerra sucia. En el juicio están involucrados el general de ala Roberto Huicochea y otros cinco oficiales de la Fuerza Aérea Mexicana. Los ‘vuelos de la muerte’ se iniciaron en 1975, dos años antes de que fueran puestos en práctica por la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, en Argentina. La mayoría de las víctimas fueron levantadas en Guerrero, pero para otras la ‘ruta de la muerte’ se inició en el Segundo Batallón de Policía Militar (Campo Militar Número Uno), desde donde fueron trasladadas en camiones tipo frigorífico a la Bases Aérea Militar  Número siete, en Pie de la Cuesta, Acapulco, adscrita a las 27 Zona Militar, cuya comandancia ocuparon los generales Enrique Cervantes Aguirre y Eliseo Jiménez Ruiz”, dice Fazio.
Los generales Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo fueron consignados ante la justicia militar por el delito de homicidio de 143 personas, cometido en Guerrero durante la guerra sucia de los setentas. Acosta Chaparro fue director de la Policía Judicial en Guerrero de 1975 a 1981 y abría llegado a principios de los setentas a la zona de Atoyac para combatir al cabañismo. El 2 de noviembre del 2002, el Consejo de Guerra declaró a Acosta Chaparro y Quirós, responsables de narcotráfico y los sentenció a 15 y 16 años de prisión.
Para el año 2004, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aceptó que la desaparición forzada de personas es un delito continuado, sin embargo la Fiscalía Especial para Crímenes del Pasado continuó con sus diligencias sin tomar en cuenta esto, consignando los casos por “privación ilegal de la libertad”, delito que tiene caducidad, protegiendo a los criminales, propiciando la impunidad.
Así lo hizo con Quirós Hermosillo a quien consignó el 11 de agosto del 2005 ante el juez segundo de distrito en el estado de Guerrero, con sede en Acapulco de Juárez, por el delito de privación ilegal de la libertad, en su modalidad de plagio o secuestro contra Rosendo Radilla Pacheco.
“Con la finalidad de conocer los pormenores de lo resuelto por el Juez de Distrito, Sergio Méndez Silva, abogado de la CMDPDH [Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos] viajó a Guerrero para consultar el expediente. Las autoridades del Juzgado negaron tanto a Tita Radilla, como al abogado el acceso al expediente. Por esta razón se presentó una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el 31 de agosto de 2005. Sin embargo, por nuestros medios, nos entramos que la FEMOSPP sólo había consignado al general Francisco Quirós Hermosillo, y que el Juez de Distrito libró la orden de aprehensión solicitada por la fiscalía, y que en esa misma resolución se declaró incompetente de instruir la causa y por tanto turnó el expediente a la jurisdicción militar”. Se lee en la demanda presentada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Los familiares lucharon para que se devolviera el caso a la justicia civil y que se consignara a Quirós por desaparición forzada. Sin embargo nada se logró.
“El día 6 de septiembre de 2005, la coadyuvancia interpuso demanda de amparo en contra de dicha declinatoria (anterior) de competencia al fuero militar, respecto de la causa penal correspondiente al caso de desaparición forzada de Rosendo Radilla Pacheco, dado que la intervención del Ejército en el enjuiciamiento de las desapariciones forzadas contradice a la propia Constitución Mexicana y a los tratados internacionales de los que México es parte”.
“El 6 de septiembre de 2005, se interpuso una demanda de amparo indirecto en contra de la resolución del Juez Segundo de Distrito en el Estado de Guerrero, de declararse incompetente de instruir la causa penal 46/2005 en contra del general Francisco Quirós Hermosillo y turnar el caso a la jurisdicción militar. La demanda de amparo se radicó en el juzgado Sexto de Distrito en el Estado de Guerrero, con sede en Acapulco de Juárez. El 7 de septiembre se publicó el acuerdo mediante el cual el Juez Sexto de Distrito desechó la demanda de amparo interpuesta”.
“El jueves 6 de octubre de 2005, se interpuso el recurso de revisión en contra de la resolución dictada por el Juez Sexto de Distrito en el Estado de Guerrero, con sede en Acapulco de Juárez, de fecha 6 de septiembre de 2005, mediante la cual desechó de plano la demanda de amparo interpuesta, en la misma fecha, por Tita Radilla Martínez. El recurso de revisión fue admitido el 13 de octubre de 2005 por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal y Administrativa del Vigésimo Primer Circuito en el estado de Guerrero con sede en Acapulco de Juárez. Se integró el toca 507/2005. En su sesión del 24 de noviembre de 2005, el citado Tribunal decidió, por unanimidad, confirmar el desechamiento. Con esta resolución, el recurso de revisión quedó resuelto definitivamente. También se presentó a los magistrados que integran el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal y Administrativa del Vigésimo Primer Circuito, con residencia en Acapulco de Juárez, Guerrero, un escrito de Amicus Curie, de fecha 6 de octubre de 2005, firmado por el licenciado Fabián Sánchez Matus, Director General de la CMDPDH, con la finalidad de que se tome en consideración en la resolución del conflicto competencial 6/2005, mismo que se integró para determinar que jurisdicción (militar o civil) es la competente para instruir el proceso penal que deberá seguirse en contra del general Francisco Quirós Hermosillo, quien fue consignado por la FEMOSPP, como probable responsable de la desaparición forzada del señor Rosendo Radilla Pacheco”.
El general Quirós Hermosillo quien murió víctima de cáncer el 19 de noviembre del 2006 en el Hospital Central Militar de la Ciudad de México, pasó sus últimos años de vida prisionero en el Campo Militar Número Uno. La madrugada del 28 de junio del 2007 fue liberado Mario Arturo Acosta Chaparro luego de casi siete años de reclusión. El Quinto Tribunal Colegiado Penal del DF le canceló la sentencia de 15 años de prisión, impuesta por el Consejo de Guerra.
Entando libre el 19 de mayo de 2010 en la Colonia Roma de la Ciudad de México, Acosta Chaparro recibió cuatro disparos en el abdomen cuando acompañado de su chofer se dirigía a su vehículo. Un hombre armado que presuntamente quería robar su reloj le disparó y quedó herido. El 20 de abril de 2012 finalmente lo mataron, un hombre armado le disparó por la espalda en la cabeza para después darse a la fuga en una motocicleta en calles de la colonia Anáhuac, en el Distrito Federal. “El principal represor de Guerrero murió en el olvido, porque le gobierno ni una sola esquela le dedicó en los medios”.

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