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Marchan más de 2 mil policías ciudadanos y vecinos en Tierra Colorada en el aniversario de la entrada de la autodefensa

*Reiteran su rechazo a la Policía Rural, porque “el gobierno y el crimen organizado son lo mismo”, dice el comandante Neftalí Villagómez. En un año arrestaron a 10 miembros de la delincuencia organizada entre ellos el jefe de la Policía Municipal, los entregaron a la PGJE y ésta los liberó, se quejan. Recuerdan el asesinato de Guadalupe Quiñonez Carbajal, que motivó el inicio del movimiento

Zacaría Cervantes

Tierra Colorada

En el primer aniversario del ingreso de la Policía Ciudadana a Tierra Colorada, el comandante de la corporación en esta localidad, Neftalí Villagómez Fernández, ratificó que no se incorporarán a la Policía Rural que depende del gobierno, pues dijo que tienen comprobado que “el gobierno y el crimen organizado son lo mismo y no queremos pertenecer a ellos pues el que paga manda”.
Ayer, más de 2 mil personas, aproximadamente la mitad policías ciudadanos armados, marcharon en esta población para celebrar el primer aniversario del ingreso de la Policía Ciudadana. Aquí, desde hace un año esta corporación, que surgió como movimiento de autodefensa contra la delincuencia organizada, pertenciente a la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), ha detenido a unos 10 integrantes del crimen organizado que han sido entregados a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) pero de inmediato han sido liberados, denunció el comandante Villagómez.
La marcha partió del crucero hacia Ayutla y terminó con un mitin en la cancha techada del centro de la localidad. Entre los contingentes participaron niños y mujeres, la mayoría vestidos de blanco y portaron globos de diferentes colores.
Una banda de guerra de niños de secundaria encabezó la manifestación. Al frente iban dos jóvenes mujeres vestidas con trajes típicos, que cargaban una manta con la fotografía del comandante de San Juan del Reparo, municipio de Juan R. Escudero (Tierra Colorada), Guadalupe Quiñones Carvajal, quien fue encontrado asesinado en esta cabecera el 25 de marzo y que fue el motivo de la irrupción de la Policía Ciudadana en este lugar.
La marcha fue encabezada por el dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio, así como el comandante regional, Ernesto Gallardo Grande, y el promotor de la UPOEG, Gonzalo Torres Valencia, así como comisarios municipales y comisariados ejidales.
Al paso del contingente, algunas personas les lanzaron confeti, otras les regalaron bolsitas de agua y al llegar al centro, donde se realizaría el mitin, hubo puestos de comida y agua fresca que fue regalada a todos los participantes en la movilización.
Durante al mitin, fue incorporada al presídium la familia del comandante Guadalupe Quiñones y la reunión fue iniciada con un minuto de silencio en su honor.
Bruno Plácido dijo que la organización sólo vino a facilitar la liberación de un pueblo que estaba en manos de la delincuencia.
“No venimos a usurpar a nadie, sólo venimos a facilitar las cosas, pero hoy el pueblo ya está organizado y ya está preparado para defenderse y allí se lo dejamos”, manifestó.
Recordó que los integrantes del Sistema de Seguridad y Justicia siempre dijeron que si alguien atentaba en contra de nosotros, tendríamos que intervenir y mataron a nuestro comandante Guadalupe, “por  eso nosotros nos venimos con todo”, recordó.
El 26 de marzo, cuando la Policía Ciudadana entró a esta población, detuvo al director de Seguridad Pública Municipal, Oscar Ulises Valle García, y a 12 de sus elementos, pero después de un mes de arraigo fue liberado por la Procuraduría de Justicia igual que sus policías.
Ese mismo día fueron detenidos también seis integrantes de una familia en cuya casa fueron halladas cajas con droga y estos fueron entregados a la Procuraduría General de la República y consignados ante un juez federal.
Plácido Valerio manifestó en el mitin que cada paso que da la UPOEG y su Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano “es firme y no tiene reversa, como ocurrió aquí, por eso hoy no celebramos, simplemente recordamos que sí es posible luchar contra la delincuencia”.
Informó que lo mismo ocurrió el mes pasado en los pueblos del valle del Ocotito y que la UPOEG y su SSJC lucha “por lo que tanto queremos, que es la seguridad de nuestros hijos”.
Reconoció que en el Sistema hay errores, pero que es mucho más importante su lucha en contra de la delincuencia.
Concluyó que en Tierra Colorada lo que sigue ahora es lograr el desarrollo, “donde ganemos todos, ese es el objetivo que sigue”, dijo.
Por su parte el comandante Villagómez Fernández declaró en entrevista que el movimiento aquí se formó por el miedo a la delincuencia, “pero la ciudadanía de Tierra Colorada no quería ingresar por el mismo temor a la propia maña, que ya no nos dejaba salir a partir de las 8 de la noche”.
Agregó: “pero le damos gracias a Dios que haya fallecido un comandante aquí (Guadalupe Quiñones Carvajal), que fue un dolor para todos nosotros, pero si no hubiera ocurrido eso aquí estuviéramos en la pudrición, porque desgraciadamente o afortunadamente nuestro gobierno, todo, está involucrado en la maña; los narcotraficantes se le pasean con los cuernos (AK-47) por enfrente y hasta se les cuadran”.
Mientras tanto, denunció que a los policías del SSJC no los dejan utilizar armas de alto poder, “ni siquiera un M-1, aquí traemos armas calibre 22, escopetitas de un tiro y escopetitas chaqueteras porque si traemos armas de grueso calibre andamos con el temor de que el gobierno nos vaya a encerrar”.
Aseguró que a partir de que llegó la Policía Ciudadana a Tierra Colorada bajó el índice de delincuencia, “bajó el cobro de la cuota, los asaltos, las extorsiones y los secuestros, aquí ya vivimos más seguros”.
Sin embargo, denunció que esto no lo ha reconocido el gobierno a quien acusó de ser lo mismo con la delincuencia, “llegando detuvimos al director de la Policía Municipal (Oscar Ulises Valle García), a quien se entregó a la Procuraduría con hechos comprobados, pero a los 30 días de arraigo lo liberaron y anda en Chilpancingo con su grupo de la delincuencia organizada”, acusó.
Asimismo, informó que a un año de que llegó la Policía Ciudadana aquí, han detenido a unos ocho o 10 integrantes del crimen organizado que operaba aquí y que han sido entregados a la Procuraduría, “pero a los 30 días de arraigo son liberados”.
Manifestó: “Yo no sé qué quiere el gobierno, quizá  que le demos toneladas de cocaína para que los detenga”.
Reiteró que si no hubiera surgido este movimiento, “estuviéramos nosotros en la pudrición como se encuentra Chilpancingo, que es la capital, o como se encuentra Acapulco”.
Dijo que los delincuentes que operaban aquí, que eran de la banda de Los Rojos, se trasladaron a Chilpancingo y añadió que el gobernador, Ángel Aguirre Rivero, dice que Chilpancingo está en “santa paz y eso es una vil mentira, todos los días amanecen muertos en la capital”.
El comandante Neftalí dijo que ahora, a los participantes en el movimiento, ya no les da miedo participar como policías ciudadanos y advirtió que si alguno de sus elementos es agredido o sufre algún daño por alguien, aunque sea en Chilpancingo, “es el mismo que vamos a ir a reventar en Chilpancingo”.
Citó: “el propio gobernador lo sabe, que el día que nos lastimen a uno de Tierra Colorada donde ya es un pueblo comunitario, será el momento que vamos a reventar a Chilpancingo, porque lo vamos a ir a traer”.
Agregó que por eso la demanda central es que el gobierno estatal y federal hagan el trabajo que les toca, “porque nosotros estamos haciendo el trabajo que en realidad les toca a ellos y nosotros no ganamos un salario, no ganamos nada, a nosotros nos mantiene el pueblo. El pueblo nos da para gasolina para el movimiento”.
Finalmente reiteró que el SSJC nunca entrará a la Policía Rural como lo quiere el gobernador, “porque sería estar bajo el mando del gobernador y del gobierno, y todos sabemos que el que paga manda, como a la Policía Federal y estatal y a los propios militares, por eso nos quieren involucrar a que seamos policías rurales pero nosotros por ningún motivo entraremos porque ellos son los mismos con la delincuencia, y preferimos sufrir de comida y de dinero, pero nunca jamás aceptaremos ser rurales”.

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