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Cuestiona el taller de Teatro y Circo Petaquillas en la obra Animal Circus el maltrato a los animales

*Dirigidos por Silvia Salazar Almenara, los jóvenes actores ofrecen un poco de magia, acrobacias y baile a más de 100 personas en la Plazoleta de Sor Juana Inés de la Cruz

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Teniendo como premisa las consecuencias del maltrato animal, el grupo de jóvenes que componen el taller de Teatro y Circo Petaquillas presentaron Animal circus, un espectáculo que ofreció lo mismo que magia que acrobacias que un poco de baile a poco más de 100 personas que se dieron cita en la Plazoleta Sor Juana Inés de la Cruz, a un costado del Zócalo, la tarde del domingo.
En medio de un ambiente festivo, el grupo formado hace tan solo unos meses de la mano de la directora y actriz Silvia Salazar Almenara, dio muestras de haber aprendido lo suficiente para no defraudar. Entre actos de magia, equilibristas y payasos, fue narrada con base en pura actuación, sin diálogos, la historia de un circo y su dueño, quien además es el domador de leones y que suele maltratar a los animales, mismos que le llegan de la mano de un traficante de animales.
En entrevista, Salazar Almenara refirió que el tema del maltrato animal es muy actual “y obviamente tuvimos que escribir una historia con este tema que tuviera un conflicto, los personajes idóneos y pues obviamente el lugar ideal era el circo”.
Qué mejor lugar que ese, donde tras bambalinas se fraguó una rebelión para detener al iracundo dueño.
Luego del opening y tras ver cómo vejaban a los changos, actuados por los mismos actores, el resto de la compañía expresó su indignación y molestia pero sin detener la función.
Bailes y actos de magia musicalizados fueron seguidos por la tristeza de un joven que al llegar al circo se da cuenta de cómo son tratados los animales pero que ni así pierde la ilusión de estar en un circo.
Un espectáculo con payasos sirvió de entrada al acto principal: el dueño del circo, convertido en domador de leones, mostró todo su poder frente a los animales, los cuales resignados no tuvieron más remedio que doblegarse.
No obstante, la sorpresa fue grande cuando el dueño y domador muere en medio del escenario pero a pesar de ello y con la alegría del resto del circo la función continuó: una equilibrista, un número de baile, un show de monociclos y hasta títeres, entre otros actos, entretuvieron a la gente que disfrutó además de un performance de sombras a base de luces tras una pantalla de tela.
El espectáculo concluyó con un sencillo pero vistoso desfile de botargas acompañadas por todos los integrantes del taller y los aplausos de la gente.
Al respecto, su directora indicó que los jóvenes que participaron “fueron elegidos luego de un casting hace poco más de cinco meses y en noviembre empezamos con los talleres donde vimos técnicas de actuación, expresión corporal, coreografías y algunos actos circenses que aprendieron”. Espera que más adelante se repitan los talleres y se le dé oportunidad a este trabajo de volverse a presentar. Recordó que estuvo acompañada de Marco Robles y Robin Vázques, entre otros.
A la presentación acudieron la encargada del Enlace Estatal del Pronapred (Programa Nacional de Prevención Social del Delito), Patricia Martínez Hernández, y el director de Cultura de Acapulco, Gabriel Brito Camacho.

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