Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Por un PAN competitivo y no coludido

*No hay nada que pueda interponerse entre el más alto pensamiento y la manos cultivada inteligencia…cuando hay como venturosamente sucede en México, almas sedientas de escuchar la verdad.
Manuel Gómez Morín

Las contiendas políticas son un momento de reflexión colectiva acerca del futuro, de presentación de una visión que convenza a la mayoría y de sondeo social acerca de cómo van las cosas, de ahí que el proceso interno para elegir la nueva dirigencia nacional del Partido Acción Nacional, debe mover a los panistas a la reflexión y revisión acerca de lo que se ha logrado, en lo que la hemos regado y hacia donde queremos seguir avanzando; son tiempos de opciones, para el PAN hoy es entre lo nuevo y lo viejo, entre el pasado y el futuro.
La encrucijada del PAN es entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero, el primero representa el PAN anquilosado, el que se atoró en el pasado, el de las familias que militaban mientras estaban en poder de espacios partidistas y de elección popular, mientras que Cordero representa al PAN de los ciudadanos, el moderno, el de las luchas de la sociedad. El PAN de Madero es el del siglo XX, el de Cordero es del siglo XXI.
Hay que reconocer que el PAN de Madero cumplió su ciclo, fue el partido que abrió la democracia que necesita el país, pero hasta que el PAN se alió con la sociedad fue cuando pudo lograr la Presidencia de la República en el 2000, sin embargo a partir de ese año, el partido no ha estado a la altura de las circunstancias, mientras que por un lado se ganó la Presidencia y se hicieron en general buenos gobiernos, el partido perdió la sociedad.
Coincido en que en el 2000 los panistas ganamos el gobierno pero perdimos al partido, esté se perdió en el ejercicio del poder porque siguió siendo dirigido desde una perspectiva patrimonialista y no como interlocutor de la sociedad ante el gobierno, el partido aunque gane elecciones tiene que seguir fungiendo como interlocutor de la sociedad y no cometer el error que cometen todos los partidos cuando llegan el poder, aliarse más a este y abandonar a la sociedad.
Hoy las propuestas son, la de Madero, luchar por el control del partido, y la de Ernesto Cordero, luchar por las causas de la sociedad, por un partido moderno pero con base en sus principios fundacionales como un partido al servicio de las causas de la sociedad frente a arbitrariedades del poder político, con propuesta y no sólo con protesta, por una patria ordenada y generosa.
Las contiendas electorales necesariamente diferencian a las partes contendientes, dividen, pero Ernesto Cordero está proponiendo la unidad y el cambio, no dejar de reconocer a los panistas que optaron por apoyar a Madero, pero con la seguridad de que después del triunfo de Cordero, habrá una gran convocatoria a todo el panismo a la unidad y el cambio al origen.
La actual relación del partido con el gobierno federal proviniendo de una derrota en la elección presidencial, como lo ha sostenido Ernesto Cordero, de verdad que lo ha empequeñecido, saber coincidir con el contrario, sumarse a esfuerzos nacionales, no implica esconder las diferencias y fundirse con el gobierno en turno, que es lo que ha hecho Gustavo Madero con el partido y lo que lo ha hecho chiquito en esta coyuntura de transformaciones estructurales, hay que saber sumarse pero también ser oposición.
En esta elección el PAN tiene la oportunidad de cambiar (regresar) a ser un partido de la sociedad y de ciudadanos, como lo plantearon su fundadores como Manuel Gómez Morín, con una visión modernizadora en 1939, en la primera mitad del siglo XX en pleno periodo de corporitivización oficial, léase castración, de la vida política y la democracia en el país en el régimen cardenista, visión que sigue siendo modernizadora en tanto que la sociedad sigue sin contar con un partido que verdaderamente la respalde y luche por sus causas, y los ciudadanos siguen teniendo un lugar secundario en los partidos detrás de las militancias.
Queremos un partido como lo pensó Gómez Morín, para servir y no para servirse de él, para dar sin reserva y no para llenar los bolsillos y las ansias desmedidas del grupo en el gobierno, que sirviera como instrumento de la ciudadanía, de hombres y mujeres libres para que hicieran de la actividad política un instrumento de servicio para México.
Cordero al igual que sus fundadores está convocando a ser parte de un proyecto que busca regresarle la dignidad al partido, que reconoce a sus militantes, rinde cuentas y es transparente; con procesos ordenados y cordiales; un partido honesto con nuevas plataformas electorales que involucren políticas públicas exitosas en respuesta a las necesidades de los mexicanos; interesado en el fortalecimiento de los comités directivos estatales y municipales.
Por eso decimos que Ernesto Cordero está tomando las banderas de los fundadores del PAN aunque no pertenezca a sus familias, lo hace como un ciudadano militante convencido de sus ideales y propuesta de país y gobierno, al igual que ellos quiere un partido de la sociedad y de ciudadanos, que llegue al poder y no se olvide la sociedad y de que representa a los ciudadanos, que es lo que realmente va a posibilitar tener gobiernos que verdaderamente responsan a las necesidades de la sociedad y bajo la fiscalización ciudadana, esa es la apuesta modernizadora que Ernesto Cordero presentará este lunes en la ciudad de México a todos los panistas del país.
Votar por Cordero es votar por un PAN competitivo y no por un PAN coludido, por un PAN que vuelva a tocar puertas, que vaya a las colonias a despertar las almas ciudadanas de sus habitantes y no a mendigar una despensa o paca de lámina, que aspire a transformar la realidad y no sólo llegar al poder.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia de mi estado que yo estoy de su lado, sólo hay que poner por delante el diálogo para poder hacerles justicia.

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