Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Hay riesgo de seguir en la espiral de la violencia si no se aplica otro modelo educativo, dice el rector de la Iberoamericana

*El maestro David Fernández convoca a invertir más recursos en las universidades públicas y volverlas más funcionales. Llama a fomentar la honestidad y rectitud para el manejo claro de los recursos

Mariana Labastida

El rector electo de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos, convocó a invertir más recursos en las universidades públicas y volverlas más funcionales, así como aplicar un modelo diferente de educación, basado en los valores, para tener resultados diferentes en la sociedad; de no ser así, se corre el riesgo dijo de seguir descendiendo en la espiral de la violencia.
En su visita a Acapulco. para impartir la conferencia La formación para la justicia y la paz desde la universidad, el maestro convocó a cambiar los modelos de educación, formando en contra de los valores del mercado e ideologías consumistas, deshumanizantes y marginalizadas, y a promover valores como el amor, justicia, paz, honestidad, solidaridad, sobriedad, austeridad, contemplación y gratuidad, con procesos educativos personalizados, que inspiren a una excelencia humana más que académica.
En declaraciones después de la presentación, en la que resaltó que se debe de dar un cambio en el sistema educativo, para humanizar la educación y que se piense en el bienestar colectivo, en estados como Guerrero, donde los índices de violencia son elevados, dijo que se tiene que invertir más en educación, sobre todo en el nivel superior.
Indicó que la pretensión de las autoridades, de poder llegar al 40 por ciento de los jóvenes en nivel superior, no se ha traducido en una inversión consecuente, que se debe de empezar a gastar más en educación y gastar mejor.
“Se gasta mucho en educación, pero se gasta mal, se está yendo mucho de este dinero en burocracia sindical, a los aviadores o plazas inexistentes, se requiere una reforma educativa de fondo en el país y se requiere gastar bien, y gastar más, esos son los primeros pasos; luego, un modelo educativo que atienda la formación en valores, actitudes, competencias y no tanto en contenidos”, expuso David Fernández.
Agregó que se debe de fomentar en las universidades la honestidad y rectitud, para el manejo claro de los recursos, además de crear estructuras que no faciliten la existencia de fugas de dinero y hacerlo con una administración congruente con los valores que se quieren empujar; de no hacer estos cambios, dijo, y empezar a formar a los jóvenes con una mentalidad más colectiva, se corre el riesgo de seguir bajando más en la espiral de la violencia.
“Urge una educación para la paz, una educación en la resolución de conflictos, una educación en la actitud de no violencia en la familia y en las escuelas, esto es muy necesario, si no podemos seguir descendiendo en esta espiral violenta”.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, después de la ponencia, en la que explicó cómo debería de ser la nueva forma de educar, para cambiar los resultados que se han tenido con el actual, y que se suma a ir generando más violencia.
David Fernández admitió que es difícil cambiar los patrones educativos, no sólo de las escuelas sino también de la familia y en la sociedad, sin embargo enfatizó no se puede seguir en el mismo rumbo, porque “estamos al borde del precipicio”, por ello se deben de cambiar los patrones de consumo y encontrar la forma de valorar a las personas.
Que se debe de formar a los jóvenes, en competencia más libre contra los monopolios existentes, y aunque admitió que podría sonar utópico, dijo sobre todo para las universidades públicas, la idea sirve para caminar, pero sobre todo tener una idea de hacía donde se camina, para enfocar los esfuerzos en esa dirección e ir traduciendo la utopía en realidades.
“Es complicado enseñar de un modo distinto, para los que se van a dedicar a explotar los instintos más básicos, como la envidia, avaricia”, dijo, sin embargo, se deben de “buscar fórmulas que no dañen la naturaleza humana o dignidad de las personas, es difícil y complicado, creo que se pueden tener mercadólogos sociales, que se dediquen a promover las  economías solidarias”, ejemplificó.
David Fernández resaltó que “el sentido de la vida no es consumir, ni tener cosas, sino servir a los demás y construir una comunidad común y compartir la humanidad que tenemos, unos con otros; nos va a costar mucho trabajo reconstruir  lo que se ha perdido en medio de esta sociedad”, sin embargo reiteró no se puede seguir por el rumbo que se lleva, que es hacía el precipicio, y consideró que el cambio podría venir después de un “gran trauma social”.
Fernández Dávalos manifestó que no se trata por completo de no generar recursos económicos, sino no sólo enfocarse en generar riqueza y esperar que en cascada llegue a los demás, que se debe ir distribuyéndola a otros. “Sí nos interesa generar riqueza, pero al mismo tiempo repartirla”, y se manifestó en contra del “ganar, ganar”.
Durante su exposición, Fernández Dávalos explicó que actualmente en el contexto social que se vive parece normal que haya once multimillonarios del mundo en México y que la pobreza continúe creciendo, “nadie de escandaliza y ahí esta el germen de la violencia, en una cultura inequitativa”.
En Guerrero, dijo, hay un incremento de la violencia en todos los sectores de la vida, en las relaciones de género, en las relaciones delicuenciales con el narcotráfico, bandas que han descompuesto a la sociedad. Indicó que preocupa la corrupción, que es un impedimento para el desarrollo de los pueblos y bienestar de la sociedad, la cual impide la inversión pública, gasto educativo, siendo un “problema económico social además de moral”.
También existe una destrucción del medio ambiente, una “crisis de valores, los jóvenes de hoy se encuentran desarmados, sin un sentido claro en la vida”, más la existencia de la discriminación, racismos, sexismo y violencia a los derechos humanos.
Fernández Dávalos dijo que ha habido una efervescencia de los maestros en contra de la reforma educativa, que indicó parece más laboral, que en lugar de ser una solución es parte del problema de desigualdad de la calidad de la educación, que hay un desfase, no está respondiendo a los desafíos, además de la resistencia de los docentes al cambio.
Por ello, convocó a “educar de un modo distinto”, donde las instituciones deben de tener una opción de preferencia por los pobres y víctimas, “no optar por el capital o engrandecer la abundancia”, sino un trabajo conjunto, “si el país no se hace responsable de las mayorías ¿quién lo va hacer?”, cuestionó, y enfatizó que el educador debe de estar abierto, no sólo a impartir conocimientos, sino también a aprender; además de “educar desde el horizonte de los pobres, definiendo una identidad distinta”.
Convocó a ir formando a través de valores, como el amor, justicia, paz, honestidad, solidaridad, sobriedad, austeridad, contemplación y gratuidad en contra de ideologías de mercado, consumistas, deshumanizantes y marginales, con procesos educativos personalizados, que capaciten para el trabajo y la formación continua; Fernández Dávalos enfatizó que los mejores profesores son los que hacen trabajar a los alumnos, que trasmiten valores, que disciplinan, que motivan a la realización de actividades.

468 ad