Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

PERISCOPIO

Carrera judicial. Una de las reivindicaciones que más aparece en declaraciones, mantas y pancartas de los paristas del Tribunal Superior de Justicia es la que exige respeto a la carrera judicial. El antecedente inmediato fue la protesta de la Asociación de Jueces de Primera Instancia del Estado de Guerrero contra el nombramiento como magistrado supernumerario, que ratifica el Congreso a petición del Ejecutivo, de Guillermo Sánchez Birrueta, en sustitución de Esteban Pedro López Flores que pasa a ser magistrado numerario. Ya en medio del paro, el Colegio de Proyectistas y Secretarios de Acuerdos de Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Guerrero, Asociación Civil, a las demandas económicas agregó asimismo la de regular la carrera judicial para que los nombramientos no sean resultado de “intereses personales o de recomendaciones políticas”. Y subrayaron los proyectistas que este asunto es de interés para la sociedad “porque en la medida que se cumpla con una debida selección, a partir de una correcta valoración de la capacidad profesional y honorabilidad de los legítimos aspirantes, se garantizará una adecuada impartición de justicia”.
Magistrados impugnados. Pues bien, la protesta dirigida contra Guillermo Sánchez Birrueta, en la que se concentran los jueces, pone énfasis en su no pertenencia al Poder Judicial del estado, sino al federal. No necesariamente tienen razón los jueces en general, y en este caso particular. A mayor abundamiento, Sánchez Birrueta es esposo de la secretaria general del Ayuntamiento de Acapulco, Magdalena Camacho. Y aunque tiene fama pública de ser capaz, eficiente y honorable, su nombramiento se entenderá como el pago de algún favor que antes le haya hecho el alcalde de Acapulco Luis Walton, al gobernador Ángel Aguirre. Habría además en el movimiento intereses muy personales, pues en el TSJ Sánchez Birrueta ganaría unos 140 mil pesos mensuales, dicen que el doble de lo que gana en el tribunal federal del que viene, además de que cuando se jubile en el Poder Judicial local le mantendrán el pago del 100 por ciento de su sueldo.
Espíritu de cuerpo. Llama la atención que los jueces se lancen contra un outsider, que además es nombrado magistrado supernumerario –los que suplen las ausencias de otros– y nada digan del magistrado numerario nombrado, Esteban López Flores, solamente porque es un insider del Poder Judicial, que subió en el escalafón. Y si se quiere saber más, fuentes del mismo Tribunal ubican al flamante ascendido como un hombre cercanísimo a su ex jefe Jesús Martínez Garnelo, el secretario de Gobierno que, como se confirma, sigue teniendo una fuerte influencia en el Poder Judicial del Estado. Tienen razón los jueces cuando critican nombramientos de magistrados con criterios políticos –serían también los casos de Adela Román Ocampo y Raymundo Casarrubias, que por lo demás siguen participando en actividades políticas del PRD sin ningún empacho– pero no la tienen cuando quieren un Tribunal cerrado, endógeno. Y esto para nada es conveniente mucho menos si se parte de que el Tribunal Superior de Justicia de Guerrero no es, ciertamente, una institución prestigiada, un cuerpo colegiado que goce de la estima de la sociedad. Un buen Tribunal, vale decir, una buena Corte de Justicia estatal, sería aquella que esté conformada por jueces conocedores del día a día de la impartición de la justicia; por académicos e investigadores que le aportarían el conocimiento de nuevas teorías y conocimientos en el mundo del derecho; y por litigantes que le traerían el otro punto de vista y la combatividad que también se requiere para contar con magistrados cercanos a la sociedad y a sus problemas, y no vueltos de espalda a la realidad como ocurre ahora.
¿Destape? Hoy celebra en grande su cumpleaños 56 el diputado Héctor Apreza, coordinador de la bancada del PRI en el Congreso local. Es tradición en la política guerrerense aprovechar estas celebraciones para mostrar músculo, para lanzar mensajes, para decir “aquí estoy”. El festejo de Apreza no será la excepción. Dicen los que saben que el ex alcalde de Olinalá está viendo una rendija por la cual colarse para ser el candidato de su partido nada menos que a la gubernatura, esa que se disputa en el ya cercanísimo, para efectos políticos, año de 2015. Es Apreza la carta del grupo político del ex gobernador René Juárez Cisneros, y quiere ser presentado como el priista local menos vulnerable a la crítica o, como dicen los alicaídos encuestólogos, el político del PRI con menos puntos negativos. Según el librito de las campañas electorales, un candidato con más puntos negativos que positivos nunca gana. A ver cómo le va a Apreza. Por lo pronto hay que estar atentos al mensaje, seguramente cifrado, que emitirá hoy en el salón Cuicalli; y también al número y calidad de sus invitados… o de los que lleguen aunque no hayan sido requeridos.

468 ad