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La espiritualidad y la unidad familiar resolverían la violencia que se vive en el estado, dice Alejo Zavala

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La solución al problema de la inseguridad y de la violencia que se vive en el estado, es la espiritualidad y la unidad familiar, dijo la tarde de ayer el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Alejo Zavala Castro, en la tradicional misa de lavatorio de pies con motivo de la Semana Santa que se llevó a cabo en la plaza Primer Congreso de Anáhuac.
El clérigo acudió a celebrar dicha misa, a pesar de que en la diócesis se informó el miércoles que el obispo se encontraba de vacaciones y que no encabezaría las celebraciones religiosas de Semana Santa, como tradicionalmente se hace.
Ayer, a las 6 de la tarde sí asistió a la misa en la plaza Primer Congreso de Anáhuac, en donde dijo que el problema de la inseguridad y la violencia se resolverán con la espiritualidad y con la unidad familiar.
“La solución a esas situaciones de enfrentamientos, de odios, de rencores y divisiones entre los pueblos y esas luchas a muerte, está en el perdón y en Jesucristo, quien dijo: “ámense unos a otros”.
El obispo llamó a la unidad de las familias y de la sociedad para terminar con los odios y rencores en la sociedad que se ha visto agraviada por la violencia.
Ejemplificó el perdón en el lavatorio de pies que se recuerda cada año y dijo que éste representa la humildad y el perdón lo que debe traducirse hoy en un ejercicio para resolver el problema de la violencia y la inseguridad que se vive.
“Esta situación nos compromete, como se comprometieron en aquél entonces los apóstoles. Comprometernos hoy con la Eucaristía, yo creo que es el fundamento lo que el Papa nos está insistiendo para que nos comprometamos a cultivar el cariño”, dijo.
Luego criticó la apatía de los feligreses para asistir a las ceremonias religiosas, puesto que dijo que las estadísticas señalan que de cada 100 católicos solamente asisten 10 a las misas de los domingos, “y yo creo que eso nos debe comprometer más a ser discípulos y misioneros de Jesucristo”, dijo.
Y es que, en efecto, a pesar de que la ceremonia religiosa de ayer fue abierta en la explanada de la Plaza Primer Congreso de Anáhuac, debido a que las torres de la catedral de Santa María de la Asunción se encuentran dañadas por los sismos, muchas sillas quedaron vacías, y si a caso asistieron unas 200 de un total de 250 feligreses que se esperaban.
Zavala Castro dijo, sin embargo, dijo que no es una critica hacia las gentes que no asisten a misa, “pero si podemos invitarles a que participen a la eucaristía porque cultivar el cariño a la eucaristía, a la comunión y a la penitencia es recibir a Jesucristo y al prójimo”.
Y agregó que de esta forma también se cultivará el respeto a los semejantes y se terminará con la violencia y la inseguridad que se vive en estos tiempos.
Insistió en que la solución es en seguir la doctrina de Jesucristo, quien enseñó: “ámense los unos a los otros, como yo los he amado”, manifestó.

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