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Ahora tienen que enfrentar a las autoridades, además de a los delincuentes, dicen participantes en un foro de la CRAC de Tixtla

La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y su Policía Comunitaria adscrita a la Casa de Justicia de El Paraíso, realizó un foro en la cancha de la colonia El Fortín, sede de la Policía Comunitaria en Tixtla, en el cual discutieron temas relacionados con su territorio y las estrategias para enfrentarse a la delincuencia y a las autoridades que intentan detenerlos.
La mesa de trabajo dedicada al tema de la seguridad estuvo moderada por una joven de unos 25 años de edad, comandante de la Policía Comunitaria de Tixtla, donde se dijo que si bien el principal enemigo de la Policía Comunitaria es la delincuencia, ahora también enfrentan a las autoridades que buscan detenerlos y criminalizarlos.
“Hemos estado viviendo el embate del gobierno, y ahora hemos decido combatir a los que nos quieren combatir”, sentenció la comandante.
En la mesa dedicada a la justicia, una mujer manifestó que esta palabra no es aplicada por el gobierno para los comunitarios; y se habló de la justicia oficial que se vende y se compra como se hace con las mercancías, la que administran los poderosos; y la justicia comunitaria, que no se vende ni se compra, y no distingue entre los ricos y los pobres, pero procura de forma especial a estos últimos.
Recordaron que el discurso de los poderosos habla mucho de la justicia pero la pobreza es en sí misma es una forma de injusticia, así como los altos niveles de inseguridad y violencia que imperan en muchos pueblos del estado de Guerrero.
Ayer, durante el segundo día de trabajo se tocaron temas relacionados con el sistema de seguridad, justicia y desarrollo comunitario.
En una de las mesas, que fue dedicada al tema del territorio, los participantes reflexionaron en el sentido de que el territorio es algo más que una extensión geográfica que se mide en los metros o kilómetros cuadrados, que es “así como lo ven” las autoridades y las empresas.
Aseguraron que el sentido comunitario del concepto de territorio tiene una explicación más amplia para los pueblos originarios en los que opera la CRAC y en las comunidades mestizas que se han sumado a su modelo de seguridad y justicia en donde las asambleas son la máxima autoridad y la policía obedece a lo que dice el pueblo y no al revés, como ocurre en las ciudades, dijeron.
Un comandante del municipio de Olinalá manifestó que en esa localidad de La Montaña ha “habido varios prejuicios en los que se refiere el tema de los usos y costumbres”.
Dijo que a ellos se les ha dicho que no pueden ser sujetos de jurisdicción de la Ley 701 de los Pueblos Indígenas en el Estado de Guerrero, ya que en ella se indica que el derecho a sus sistemas debe estar circunscrito a sus territorios.
Un docente de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) manifestó que esa misma ley decía que era de observancia y aplicable en todo el estado por lo que no tendría que haber restricciones determinadas por las fronteras municipales.
Una de las mujeres agregó que la noción de territorio para la CRAC va más allá de una circunscripción geográfica y que territorio es el espacio físico y simbólico en que se comparte una visión del mundo.
La crítica fundamental en esa mesa fue contra los funcionarios que están en el Palacio de Gobierno, en la Casa Guerrero, y en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE); que dictan que se finquen averiguaciones previas y órdenes de aprehensión contra los policías comunitarios.
Para ellos –dijo un joven de la Normal Rural de Ayotzinapa– el territorio acaba en dónde acaba la colonia o la comunidad, “pero para nosotros, los normalistas, los policías comunitarios y los maestros, y otros que queremos un mundo mejor, el territorio es infinito”. (Fernando Hernández / Tixtla).

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