Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Federico Vite

Cyberpunk

Hace 30 años se publicó la novela Neuromancer, de William Gibson, precursor del cyberpunk. Su primer libro ganó la triple corona del género de ficción científica: premio Hugo, Premio Nébula y premio Philip K. Dick. Para Gibson, este libro fue una sorpresa grata, encontró en los caldos de cultivo de los subgéneros, western y ciencia ficción, la renovación de la ficción fantástica. En palabras de Gibson, la idea de escribir un libro como el que le dio tanta fama es simple: “Todo fue producto de un accidente histórico: el hecho de que una serie de autores, en su mayoría norteamericanos como Bruce Sterling, John Shirley, Rudy Rucker, Lewis Shiner o yo mismo, nos pusiéramos a escribir cosas parecidas. Creo que lo básico en el cyberpunk es la influencia de las culturas populares contemporáneas, un conocimiento amplio de esas culturas; eso contrasta con la ciencia-ficción norteamericana clásica: es una visión más global, lejos del espíritu de los clásicos”.
Neuromancer cuenta la historia de Case, un cibervaquero. El caballero gasta sus días bebiendo en Chatsubo, el bar de su amigo Ratz. Case (hacker del ciberespacio) intentó robar dinero a sus jefes; en castigo le inyectaron una droga que inhibe sus habilidades para conectarse a la matriz. Se gana la vida en negocios sucios y asaltando gente. Después de estar en el Chat, Case se encuentra con Linda, su chica, ella le advierte que Wage lo quiere muerto por no pagarle lo que le debe.
En las calles Case tiene la sensación de que alguien le sigue y compra un arma, una fusta extensible de acero, en esos momentos la mayoría de la gente usaba máscaras filtradoras por la contaminación. Cuando Case vuelve al Chat, Wage se aproximó a la barra y se muestra sorprendido con las acusaciones sobre planear matar a Case. Al regresar a su cuarto de hotel, Case encuentra dentro a Molly, una chica que le apunta y le dice que va de parte de Armitage que quiere hacer negocios con él. Case acepta negociar de buena gana, mientras Molly guarda la pistola de dardos y las 10 cuchillas que le salen bajo de las uñas. Case, sin saberlo, comenzará una extravagante saga.
Cuando este hombre escribió esta novela, el mundo era infinitamente más sencillo, pero él ya avizoraba cosas que lo complicarían un montón y que los mortales comunes no podíamos imaginar. Es el creador del concepto ciberespacio. Gibson (Conway, Estados Unidos, 1948) fue de los primeros en observar que los alienígenas somos nosotros y que nuestro mundo sí es extraño.
Neuromancer es un documento lleno de intuiciones sobre la tecnología informática, una obra que prácticamente desde su presentación se volvió un libro de culto. Este libro pareciera no agotarse. Hace bastantes años lo leí con cierto encanto y al paso del tiempo lo releo como un documento que me asombra. En especial, cuando Case agoniza y cae en una especie de duermevela en la que vuelve a platicar con su novia muerta, Linda. Caminan por la playa y ella le dice, como un gran piropo de la eternidad, “sabía que vendrías, estaba esperándote”. Ahí conocen al neuromante, ese chico que facilita la tranquilidad de quienes ya murieron. Hay algo de magia en ese apartado, una sensación de ensueño que invita a reconsiderar la ciencia ficción.
Ya sobre una relectura, lo que más me gusta de esta novela es justamente la inocencia con la que el autor trata de enunciar un nuevo mundo, es una mirada de niño, en la que sólo lo violento ha ganado, el hierro y la carne humana son parte inamovible del paisaje. Case, más que un personaje, de verdad crece y uno lo adopta como persona, como a ese amigo al que le? invitarías un trago para saber qué más ha hecho con su existencia.
Y se preguntarán qué es el ciberespacio, por qué tanto arguende por esa palabra. A grandes rasgos, se trata de una cultura con base en la sociabilidad online. El ciberespacio no es un término exótico, es un espacio más de lo cotidiano, para el que 2 mil millones de personas no parecen necesitar una definición, sino que lo experimentan de manera autoevidente y sin dificultad alguna en internet. El ciberespacio es cada vez más, la experiencia social de un continuum, de offline a online, la intercambiabilidad de un contexto relacional con otro. Eso hace Gibson en la novela, mostrarnos el ensamble de la humanidad en los artificios?tecnológicos y dotar de magia los recovecos de una vida creada para seguir soñando. Pienso que hace 30 años se hizo público Neuromancer y no he encontrado una libro de este género que me haya dado tantos momentos felices.

468 ad