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Zonas acordonadas, módulos de venta y carros en la arena, en la playa Revolcadero

Karla Galarce Sosa

Áreas de playas acordonadas con cadenas o tubos de PVC y cuerdas, cruce de vehículos en la franja de arena, estacionamiento de coches o camionetas en plena playa, así como instalaciones para colocar módulos de venta, son el panorama que se muestra en playa Revolcadero, en plena temporada vacacional.
A pesar de que el delegado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Cristhian Uriel Garnica San Román, dijo que esa dependencia federal no había expedido ningún permiso transitorio para ventas en la actual temporada vacacional en esa área, se observa una gran movilización, tanto de vehículos, como módulos de venta en playas y accesos bloqueados.
En un recorrido por la zona, desde el ingreso por los condominios Playa Mar, una cadena que impide el libre tránsito, recibe a los paseantes. De acuerdo con los prestadores de servicios turísticos, la cadena en cuyos extremos hay candados cerrados, fue colocada por inspectores de la propia Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para “impedir que los vehículos lleguen a la arena”, puesto que en el acceso de unos cinco metros de ancho, se cuenta con una rampa que llega hasta la playa.
En contraste, en playa Revolcadero, en la desembocadura de la laguna Negra de Puerto Marqués, los estragos que ocasionó la tormenta Manuel en septiembre pasado sirvieron para que los vehículos que llegan a esa área, circulen en un solo sentido y lleguen directamente a la playa. Los coches de los paseantes, son conducidos por los propios visitantes hasta la playa, a unos metros de donde rompen las olas y bajo unas ramadas improvisadas que les cubren del sol.
A los turistas, cerca del muelle de Revolcadero, cuya construcción fue recientemente suspendida por los inspectores de la Profepa, los recibe un grupo de vendedores ambulantes que ofrecen alimentos o artículos de playa, también hay oferta de paseos a caballo o en cuatrimotos, cuyas velocidades rebasan los 50 kilómetros por hora, dejando a su paso una polvareda que marca su trayecto de un lado al otro de la playa.
Frente al condominio Playa Mar se observan dos hileras de tubos de PVC, que impiden el paso de coches o cuatrimotos, y aunque existen letreros que advierten la prohibición de paso a caballos, éstos son dirigidos por el lado más cercano a donde rompen las olas y logran atravesar el tramo de unos 400 metros de arena.
Metros más adelante, rumbo a playa Revolcadero, frente a la concesión del Pierre Marqués, se observan “topes” que fueron elaborados con la misma arena y que funcionan para detener la velocidad a los conductores de las cuatrimotos, quienes llevan y traen visitantes, o trasladan mercancías de diversos tipos, como bebidas o alimentos.
En todo el tramo, desde el muelle de Revolcadero hasta la playa de ese mismo nombre, hay áreas acordonadas que impiden el libre tránsito. Muy cerca de la barra de arena que formó la laguna Negra de Puerto Marqués, los dueños de restaurantes de la zona piden a los paseantes que llegan a bordo de sus vehículos, que los estacionen en la playa, “bajo la sombra de una palapa”, con el pago de 20 pesos. Ese tramo de playa, parece un gran estacionamiento, donde se intercalan servicios de regaderas, bares y restaurantes, por la venta de comida y bebidas.
Frente a la concesión del hotel Princess también se observó que una marca de cigarros comenzó el montaje de tarimas y estructuras de metal sobre la arena, cuya dimensión rebasará los cien metros cuadrados.
También se vieron pequeños módulos y toldos donde se venden bebidas alcohólicas, además de otros como jugos, agua y bebidas energizantes.
Además se observaron dos torres salvavidas con los respectivos guardianes, así como tramos de playa sin ningún tipo de vigilancia y escaso movimiento de paseantes.
Durante el recorrido no se observó algún módulo para recibir quejas o denuncias por parte de la Profepa, a pesar de que esa zona de playa es la que más conflictos representa, según declaraciones, tanto de los prestadores de servicios turísticos, como de dependencias federales.

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