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Retienen empleados de un condominio a reportero de El Sur por tomar fotos en la playa

Karla Galarce Sosa

Empleados de seguridad del condominio Playa Mar retuvieron al reportero gráfico Carlos Alberto Carbajal cuando hacía su trabajo en la playa Revolcadero, cerca del área donde la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente clausuró el muelle de la empresa Performance Boats.
Dos hombres hostigaron y amenazaron al reportero gráfico con llevarlo detenido porque había tomado fotografías en un área pública y que el condominio mantiene acordonada.
Los dos empleados, uno de complexión robusta y otro delgado, carecían de uniforme y sólo portaban lentes obscuros y gorras. Tampoco tenían algún logotipo que les identificara como parte de alguna empresa privada de seguridad.
Ambos exigían a Carlos Alberto Carbajal que borrara las imágenes o le quitarían su cámara, a pesar de que se había presentado como reportero de El Sur y había mostrado la credencial que lo acredita.
La retención ocurrió a la 1 de la tarde, cuando el reportero cubría una orden de trabajo y capturaba imágenes de playa y turistas, como es costumbre en estas fechas en las playas de mayor concurrencia en el puerto.
Los empleados del condominio, ubicado en la zona Diamante, siguieron al reportero, se acercaron y lo rodearon. Le dijeron que no tomara fotografías de las personas que se alojaban en el condominio, a pesar de que se trataba de un área pública y que no había ingresado siquiera a la zona acordonada que ellos tienen delimitada como concesión de la Zona Federal Marítimo Terrestre.
“Me dijeron que no podía tomar fotos pero seguí haciendo mi trabajo porque no estaba en un área privada”, comentó Carbajal Arcos.
Los empleados del hotel insistieron en que no podía tomar fotos a las personas que se hospedan en el condominio. Lo retuvieron en un área de la playa, cerca de la zona concesionada por el condominio y ante la negativa del colaborador de El Sur de entregarles su cámara le dijeron que llamarían a una patrulla.
Uno de los dos empleados ordenó al otro que lo vigilara para evitar que se fuera, mientras él hablaba por el radio para “pedir el apoyo de una patrulla”.
Minutos más tarde, Carbajal Arcos se acercó hacia el lado del muelle para encontrarse con quien esto escribe. Ambos acordaron que dejarían el lugar porque no habían hecho nada malo, sin embargo los empleados del condominio los siguieron y exigían al reportero gráfico que borrara las imágenes que supuestamente había tomado a los huéspedes del edificio.
Carlos Carbajal señaló que los vigilantes le habían advertido que no podría salir del área concesionada, sitio que había ocupado para evitar cualquier tipo de agresión física.
El área concesionada del condominio está acordonada con cuerdas y delimitada con tubos de PVC, también fue colocada una cadena en el acceso principal a la playa en esa área, para evitar el paso de cuatrimotos, pero la medida no evita el paso de los vehículos.
En clara señal de hostigamiento y ante la negativa de entregar su cámara, los empleados decían al reportero que la patrulla estaba en camino.
Cuando ambos reporteros intentaron salir del área acordonada, los empleados los siguieron e incluso los fotografiaron con sus celulares; uno de ellos intentó tapar el lente de la cámara al reportero gráfico.
“Les está tomando fotos a los niños y a las mujeres, que las borre”, demandó uno de ellos.
Mientras los empleados seguían a los reporteros, algunos vendedores ambulantes se detuvieron para saber lo que ocurría. El reportero defendió que sus fotografías habían sido bien tomadas y se negó, de nueva cuenta. a borrarlas de su cámara o a entregar su equipo.
El vigilante, en un intento de bloquear el lente del reportero y obstruir su trabajo lo empujó ligeramente, a lo que se le pidió que no se le tocara a él ni a su equipo. “Que no nos tome fotografías”, dijeron los vigilantes”, “déjenos hacer nuestro trabajo”, respondieron los reporteros, pero los empleados comenzaron a tomar fotografías con sus celulares.
Los reporteros salieron del área delimitada por tubos de PVC y, unos metros más adelante, los empleados dejaron de seguirlos.

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