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Buscar paz social y armonía, pide Garfias a fieles durante el Viernes Santo en Acapulco

“Esperemos que llegue pronto el día que no haya más nazarenos ni dolorosas”, dice el arzobispo. Exhorta a ciudadanos a atender y escuchar a las familias que han sido víctimas de la violencia

“Este encuentro de Jesús con su madre María debe ayudarnos a encontrar la presencia de Dios en nuestra vida para construir una sociedad llena de paz y armonía, de buenas relaciones entre todos”, afirmó el arzobispo Carlos Garfias Merlos durante la representación del viacrucis en la catedral de Nuestra Señora de la Soledad.
Allí, el arzobispo dijo que “ninguna madre debería pasar un momento como ese, ningún ser humano debería pasar lo que pasó Jesús”.
Ante cientos de personas que recorrieron la plazoleta del Zócalo, donde se presenció el encuentro de Jesús con su madre, el arzobispo dijo: “esperemos que llegue pronto el día que no haya más nazarenos ni dolorosas”, y exhortó a los ciudadanos a atender y escuchar a las familias que han sido víctimas de la violencia.
Turistas y porteños se dieron cita a las 11 de la mañana en la Catedral para participar en el viacrucis, y en cada una de las estaciones se hacía una reflexión con la vida real, invitando a la población a buscar la paz.
Los vendedores ambulantes observaban el paso de las imágenes de Jesús y María que llevaban voluntarios en brazos.
En algunos negocios formales a los encargados no les importó la representación del viacrucis y no le bajaron a la música.
En la entrada de la Catedral ya estaba el arzobispo esperando y dio su mensaje con motivo al Viernes Santo: “es curioso cómo la comunidad popular ha recreado este momento como uno de los más repetidos de las celebraciones de Semana Santa”.
“Contemplemos cómo Jesús encuentra con su madre, y al ver cómo el hijo ve a su madre podremos experimentar los sentimientos que ellos mismos experimentan, acompañarlos en este momento tan importante, en su vida y para nuestra salvación”, afirmó.
Agregó que en el encuentro no hay ninguna palabra que intercambiaron la madre y el hijo, “la piedad popular sabe que en los momentos amargos el silencio puede consolar más que muchas palabras. En ratos así lo importante no es lo que se dice, sino saber que el dolor es compartido por la persona que está a un lado y lo lleva contigo”.
Abundó que “es importante que este encuentro de Jesús nos ayude a hallar la presencia de Dios en nuestra vida y construir una sociedad llena de paz, armonía, de buenas relaciones”, que espera llegue pronto y no haya más nazarenos ni dolorosas.
“Nadie debe ser capaz de hacer daño sabiendo que es un ser humano, no buscar el sufrimiento de otro ser humano, construir un mundo mejor, más humano y más justo, estar más cerca de todos aquellos que han sufrido la violencia, el secuestro, la extorsión y violación a sus derechos, viudas, huérfanos” precisó.
“Ninguna madre debería pasar por un momento como éste, por lo que pasó Jesús, el ser capaz de producir a otro hombre tanto sufrimiento, tanto dolor y castigo”, argumentó el arzobispo.
Explicó que esta vida donde hay abandono, olvido, secuestros, violencia, narcotráfico, el descuido de personas mayores, de enfermos, malos tratos hacia las mujeres, asesinatos, manipulación de embriones, es por la incomprensión y la soledad de las personas que han le han dado la espalda al hijo de Dios, por eso exhortó a la paz social y la armonía.
En las primeras tres estaciones y las otras que forman parte del viacrucis, entre ellas la de Jesús condenado a muerte y la de Jesús con la cruz a cuestas, se hicieron reflexiones para los católicos a formar hombres de bien, que sean solidarios, justos, evitar los actos de corrupción y la violencia hacia las demás personas.
Cuando Jesús cae por primera vez con la pesada cruz, la reflexión que se hizo es el “amor al prójimo”; las otras estaciones se llevaron a cabo al interior de la Catedral, donde las familias enteras hacían oraciones por la paz, la armonía, tranquilidad.
El viacrucis concluyó a la 1 de la tarde y los fieles que acudieron a la misa se retiraron, mientras que los turistas aprovecharon para tomarse la foto en la Catedral. (Aurora Harrison).

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