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Dedica Garfias la reflexión sobre el encuentro entre María y Jesús a víctimas de la violencia

Aurora Harrison

 

 

Cientos de acapulqueños y visitantes asistieron a presenciar El Encuentro entre María y Jesús que se realizó en el Zócalo de Acapulco, en donde el arzobispo Carlos Garfias Merlos pidió a los ciudadanos hacer oración por las víctimas de la violencia.

Antes del mediodía, salieron de la catedral de Nuestra Señora de la Soledad las figuras de Jesús y María, cargadas por mujeres y hombres voluntarios que recorrieron la plaza de Juan Álvarez, en donde varios cientos de personas siguieron la procesión.

En la plaza había varios puestos semifijos de vendedores ambulantes, collares, comida, así como de figuras artesanales que redujeron el espacio donde pasó la procesión que dio la vuelta a la plazoleta hasta quedar en la entrada principal de la catedral.

Previo a la procesión de El Encuentro, al interior de la Catedral se realizó el viacrucis por las 14 estaciones para vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesús; muchos de los asistentes desde las bancas siguieron con la mirada a los apóstoles que hicieron el viacrucis.

Mientras realizaban el recorrido, mujeres y hombres voluntarios empezaron a preparar a los santos para después salir en procesión al Zócalo y realizar El Encuentro entre Jesús de Nazaret y su madre, María; presidido por el arzobispo Carlos Garfias.

Los fieles no quisieron perder ningún momento, muchos sacaron sus cámaras fotográficas, sus celulares para llevarse la imagen del encuentro entre Jesús y la virgen María. Mientras caminaban algunos voluntarios eran relevados para descansar del hombro.

Una vez que las figuras de Jesús y la virgen María quedaron de frente, el arzobispo Carlos Garfias Merlos dio el mensaje y explicó el motivo de este encuentro, “no dicen una palabra entre la madre y el hijo, el silencio puede consolar más que muchas palabras”.

“Ante esta realidad de violencia y de inseguridad veamos en este rostro de Jesús Nazareno y María, el rostro de tantas víctimas de la violencia y la inseguridad, el rostro de las viudas, de los huérfanos, de los que han sido secuestrado, violentados” dijo.

Además invitó a los cristianos, como discípulos de Dios, ofrecerle tranquilidad, paz; y es que sostuvo, durante su mensaje, que la sociedad debe ser más fuerte y transformar todos estos efectos de la violencia e inseguridad en el puerto con expresiones de amor.

“Propongamos hacer algo concreto desde la familia, con los vecinos, en el ambiente donde se desenvuelven, oremos por ellos y ofrezcamos la escucha, la cercanía y afecto, el apoyo y las cosas que nos propongamos hacer hoy al contemplar este encuentro” aseveró.

El arzobispo dijo que cuando el hombre se aparta de Dios deja de ver a su prójimo como su hermano y pasa a tratarlo como su enemigo o rival, y que solo abriendo su corazón a él señor Jesucristo podrá ser hombre de bien, porque el mal no procede de Dios.

“Ojala que el espíritu del señor mueva los corazones de todos los hombres” puntualizó y es que espera el día en que no haya más nazarenos, ni dolorosas, que nadie haga el daño a su prójimo, que el rostro de sufrimiento de Jesús y María conmueva a los ciudadanos.

“Lo que en ese entonces se le hizo a Jesús se le sigue haciendo hoy en todas las víctimas, ahí está la ausencia de respeto del hombre hacia el hombre, el desprecio por su semejante refleja el desprecio que siente por sí mismo” puntualizó el prelado católico.

Una vez que concluyó El Encuentro y que la Virgen María y Jesús se dieron un abrazo, los acapulqueños y visitantes entraron a la Catedral donde realizaron una última oración; mientras que otros estuvieron unos minutos más escuchando misa.

 

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