La miseria es la cruz que se sigue cargando en la actualidad, destaca cura de Atoyac

Francisco Magaña

Atoyac

La violencia y falta de oportunidades fueron citadas en el mensaje que se dio en la tradición del Encuentro, festividad religiosa que por más de 45 años ha celebrado la iglesia católica como parte del Vier-nes Santo en Atoyac.

La tradición que cada año convoca a miles de habitantes y vacacionista a este pasaje del viacrucis de Jesús rumbo a su crucifixión, conglomeró a mas de 4 mil católicos que acompañaron y otros salieron al paso de las dos imágenes de Jesús y María que parten en dos contingentes de la iglesia católica Santa María de la Asunción, para celebrar el Encuentro.

Esta tradición es única en el estado, a diferencia de otras representaciones que se centran en la crucifixión de Jesús, en Atoyac se destaca el dolor, perdón y ayuda al prójimo con el paseo de las dos imágenes que recorren por separado la ciudad de Atoyac para juntarse en un punto, que es ya una tradición en la ciudad.

La imagen del Nazareno es acompañada con música de tambor y flauta, seguido por los llamados fariseos que portan unas varas, piden a su paso a los presentes se descubran la cabeza en respeto al duelo de Jesús.

Doña Bertita, vecina de la calle Juan Álvarez en el centro de la ciudad por donde pasa la imagen de Jesús, señaló que son más de 45 años que ha salido junto con su familia a acompañar la imagen del Nazareno en el primer punto conocido como La Caída, donde se levanta un pequeño altar, lugar en el que junto con una joven que personifica la samaritana, da agua a Jesús.

El párroco Rafael Valencia Rodríguez destacó en su mensaje el perdón y ayuda al prójimo.

Señaló que ante falta de oportunidades para desarrollarse como personas, “la cruz es la realidad de miseria que inunda calles, montañas y ciudades como un torbellino incontenible, el paso vacilante de los migrantes y de los desplazados por la violencia marca el ritmo de la civilización occidental; la humanidad ha ganado en derecho y conciencia de su acción en el mundo, pero también ha multiplicado la miseria y el sufrimiento hoy para muchos hermanos sigue siendo Viernes Santo permanente en su vida, en su peregrinar”.

Abundó que se puede poner duda que el poder del espíritu; de la vida sustraerá la fuerza para vencer las divisiones y trabajar juntos para la reconstrucción del futuro de reconciliación, unidad y paz.

En el acto se pidió paz y consuelo para los desamparados.