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Se flagelan para expiar sus culpas y agradecer favores a Dios en Iguala

Fernando Hernández

 

Iguala

 

Una vez más, decenas de penitentes marcharon por el atrio de la parroquia de San Francisco en Iguala para expiar las culpas y agradecer a Dios por los favores recibidos.

Hombres y mujeres de distintos puntos de esta ciudad se flagelaron por segunda vez en lo que va de la Semana Santa, este viernes durante la ceremonia en la que se conmemoró la crucifixión de Jesús de Nazaret.

Las ceremonias en las que los penitentes, que se cubren todo el tiempo el rostro con capuchas negras, se pueden observar en distintos puntos de la región Norte, las variaciones son mínimas.

El caminar de los penitentes inició al mediodía, cuando el sol de Iguala estaba en su punto. Un soldado romano tocó la trompeta en señal de que el viacrucis había comenzado.

En las inmediaciones del templo más importante, ante cientos de personas, se escenificaron los pasos que dio el maestro Jesús antes de morir en la cruz, símbolo de occidente.

En cada una de las estaciones del camino hacia la cruz, los penitentes se flagelaban con la disciplina –un látigo de cuerda cubierto de tachuelas– y sus acompañantes les acercaban un trago de agua o les ponían algo de alcohol.

“Dios vino al mundo, y sufrió para la redención de nuestros pecados, cuando se cayó antes de ser crucificado se volvió a levantar, se levantó tres veces. ¿Cuántos de nosotros tenemos la fe y el valor para levantarnos?”, dijo a la multitud el sacerdote de San Francisco, Francisco Tejeda, palabras que cimbraron porque este es ha sido uno de los años con más hechos relacionados con la escalada de violencia que ha azotado a todas las zonas del estado.

 

Vengo a agradecer por mi libertad

 

Jonás tiene alrededor de 27 años, es la primera vez que participa como “disciplinado”, y accedió a romper por unos minutos su voto de silencio.

Antes de “acompañar a nuestro Señor Jesucristo” narró que esta fue la primera vez que participó en los rituales por el Viernes Santo.

En uno de sus hombros lleva tatuada la imagen del nazareno. Al respecto, recordó que se lo hizo “unos meses después” de que salió de la cárcel y se pudo volver a reunir con su familia, tras siete años de haber estado en prisión

“Tengo una niña, tengo a mi esposa, estoy vivo después de todo el desmadre en el que anduve, eso es por lo que le tengo que dar gracias a mi Dios…” y fue interrumpido por uno de sus compañeros de cofradía, quien le hizo una señal. Jonás volvió al voto de silencio, y como castigo adicional se observó que en todo el recorrido no bebió agua.

Este año se observó una mayor asistencia de mujeres penitentes. A diferencia de los varones, a ellas sólo se les permitió participar cargando en sus hombros rollos de zarzas silvestres y ramas con espinas.

Cerca de las 2 de la tarde comenzó la representación del juicio y la crucifixión en la cuasi parroquia de la Purísima Concepción de María, a unos metros de lo que queda de la ex estación del ferrocarril.

Santos, un joven de alrededor de 28 años,  fue el elegido por la comunidad que vive en las inmediaciones del templo para representar a Cristo.

Mientras era colocado y atado a una cruz de alrededor de dos por dos metros y medio de altura, soltó que “es un honor” tener el papel principal en la representación.

Santos fue dejado en la cruz por no más de dos horas, descendió del madero con ayuda de sus amigos, después de pronunciar: “perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Cerca del Centro Histórico de Iguala imágenes de Jesús cayendo con la cruz cuestas, y la Virgen María enlutada recorrieron las calles aledañas a la capilla del Sagrado Corazón de Jesús.

Los Santos, como se le llama a las imágenes, fueron custodiados por jóvenes vestidos con indumentaria a la usanza del Imperio Romano, que iban a pie y en caballos.

En la iglesia de San Francisco de Teloloapan también se llevó a cabo el viacrucis. Un grupo de penitentes, con troncos espinosos en la espalda recorrieron descalzos algunas calles de la colonia Mexicapan, donde en fechas recientes fueron abandonadas 10 cabezas cercenadas.

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