Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

En 2007 Zeferino manipuló a conveniencia al PRD del que siempre se desmarcó

Jesús Saavedra/ Chilpancingo

Las alianzas entre corrientes internas del PRD que ha tejido el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo en la dirigencia estatal ?perredista han impedido exigirle al primer gobernador perredista de la historia de Guerrero que cumpla con las líneas ?programáticas de ese partido; la militancia ha manifestado su desencanto por las promesas incumplidas de gobernar con el sello ?de la izquierda y acabar con la impunidad heredada de más de 10 décadas de gobiernos del PRI.?En pleno ejercicio del poder en su primera fase, el perredismo le ha soportado todo al mandatario estatal: desde no aceptarse ?como afiliado al PRD, hasta ceder ante la formación de una corriente interna afín a sus intereses y que es encabezada por ?alcaldes y funcionarios de su gabinete, algo que ha sido una práctica común en administraciones del PRI.?Las primeras primeras diferencias de concepto?Las diferencias en la concepción de la línea programática del PRD y lo que Torreblanca considera que debería ser el gobierno, ?comenzaron en febrero, cuando en pleno impulso del proyecto hidroeléctrico La Parota, perredistas de Acapulco e integrantes del ?Comité Ejecutivo Estatal (CEE), como Aurora Muñoz, Raúl Suárez, José Francisco García, Francisco Vergara y Santos Alarcón, ?pidieron prudencia y que se escuchara a los opositores al proyecto.?Desde esa fecha los dirigentes del PRD que piden “prudencia y más análisis” son catalogados como “intransigentes” en público y ?en corto por el propio mandatario estatal.?Ante su soledad política, el gobernador del estado no resistió la tentación de formar su propio grupo político en el PRD; aunque ?oficialmente se encuentra inscrito en el padrón de militantes, Torreblanca Galindo no se asume como perredista formal, los ?perredistas dicen que porque no quiere aceptar responsabilidades y obligaciones como militante. Torreblanca dice que no ?necesita estar inscrito en el padrón para demostrar que es un “hombre de izquierda”.?Con toda y esa reticencia, Torreblanca Galindo encabezó el sábado 3 de marzo una reunión con funcionarios estatales y alcaldes ?del PRD, en donde tiró línea para formar una nueva “expresión política” con “altura de miras”, dirían en un escueto comunicado.?El primero de abril nacería Izquierda Renovadora (IR), la corriente patrocinada desde Palacio de Gobierno y con uno de los ?creadores de los frentes cívicos, Julio Ortega Meza, que a la postre se convertiría en el coordinador de Enlace Político ?Institucional, “para tener más cerquitas y amarrados a los presidentes municipales”, dicen los perredistas.?Todos los grupos internos sufrieron bajas porque sus integrantes se unieron a la corriente del gobernador; los que sufrieron ?mayores daños fueron los de Nueva Izquierda (NI), que vieron cómo los alcaldes de Ciudad Altamirano (y coordinador de los ?presidentes municipales del PRD), Víctor Mojica; de Tecpan, Élfego Martínez o el de Petatlán, Antonio Armenta, se fueron sin ?chistar a IR.?También se integraron al grupo de Torreblanca el alcalde de Teloloapan, Timoteo Manjarrez, del Foro Nuevo Sol, y el de ?Atlamajalcingo, Juan Comonfort, del Polo Guerrerense de Izquierda (PGI), que no pudieron resistirse a estar en el grupo en el ?poder.?En esa primer semana de marzo el dirigente de NI y líder estatal del PRD, Sebastián de la Rosa, cuestionó esa “vieja práctica” de ?fomentar corrientes internas desde el poder y hasta pedían la renuncia de Julio Ortega; con el paso de los meses los ?cuestionamientos quedaron atrás y por el contrario, se amarraron aún más las alianzas con el poder.?Un día después en Chilpancingo sesionó el CEE ampliado del PRD y se acordó hacer un “enérgico” llamado al gobernador por ?fomentar desde el poder la formación de corrientes internas y además se inició desde entonces la discusión de qué postura ?asumiría el perredismo con el gobierno del estado y su perspectiva de las organizaciones y luchas sociales.?El 10 de marzo, en la sesión del Consejo Estatal del PRD, comenzaron las muestras de repudio a las políticas implementadas en ?la administración de Zeferino Torreblanca y fue sintomático que consejeros perredistas hicieran una rechifla generalizada a los ?defensores de la formación de IR y de la actitud del gobierno ante los movimientos sociales, como el de los opositores a la presa ?La Parota.?Para finales de marzo continuaron los cuestionamientos al gobernador y a los dirigentes del PRD, por no exigirle al mandatario ?que asumiera una postura pública de respaldo al movimiento de resistencia civil pacífica que encabeza Andrés Manuel López ?Obrador, lo cual nunca ocurrió.?En esos días el Foro Nuevo Sol, la Red de Izquierda Revolucionaria e Izquierda Social, preveían una “crisis” en el PRD y ?demandaron a Torreblanca firmar un pacto de “institucionalidad”; el gobernador respondió que no era perredista y que IR serviría ?para “mejorar la política”.?Así nació el primero de abril IR, a pesar de los llamados al gobernador a no fomentar esa corriente y demandar a los alcaldes y ?funcionarios estatales que no desviaran su atención de cumplir con su mandato por organizar corrientes perredistas.?En el segundo informe de labores del gobernador, los perredistas comenzaron una serie de reuniones en el CEE para cuestionar ?la eficiencia de las políticas públicas en seguridad pública, procuración de justicia y el sector educativo.?A pesar de los llamados de la dirigencia del PRD a finales de mayo para recomponer esa situación, y con un acuerdo interno de ?exigir la renuncia del secretario de Educación, José Luis González de la Vega, nunca se aceptó, aunque sea públicamente, una ?recomendación perredista.?El 5 de junio Zeferino Torreblanca se reúne con integrantes del CEE en sus oficinas; a pesar de que aparecía en el padrón de ?afiliados a ese partido, al finalizar la reunión dice que no se “asume como militante” y que ese registro no lo tramitó él, que más ?tarde se haría la depuración necesaria para que no siguiera apareciendo en el padrón.?En la misma reunión los perredistas hicieron el reclamo de atender conflictos sociales como el de La Parota; como los agrarios ?que habían ocasionado muertes de indígenas en Moyotepec en abril; el tema de la violencia creciente y la ola de ejecuciones y ?desapariciones; también el de los funcionarios priístas que aún permanecían en el gabinete: “el gobernador se comprometió a ?rectificar”, dijo Sebastián de la Rosa.?Los últimos días de junio la dirigencia del PRD de Acapulco se reunió con el gobernador y se confirmó que tenía interés de que la ?federación interviniera en la CAPAMA; Torreblanca les pidió paciencia con los temas del municipio y descalificó el trabajo de El ?Sur, “nada más critican”, dijo.?En esas mismas fechas también estuvieron discutiendo en el PRD la pertinencia de que ex priístas engrosaran las filas del ?perredismo; el caso más criticado fue el del ex secretario de Gobierno en el sexenio de José Francisco Ruiz Massieu, Jesús ?Ramírez Guerrero, quien finalmente retiró su petición de afiliación al PRD.?Dirigentes históricos como Octaviano Santiago y Eloy Cisneros cuestionaron “la rapiña” de las corrientes por hacerse de militantes ?y operadores políticos; incluso criticaron al Polo Guerrerense de Izquierda (PGI), que afilió al “delator”, Heriberto Noriega o al ?“exculpador” de Rubén Figueroa, César Flores Maldonado.?El 9 de agosto, en el 225 aniversario del natalicio de Vicente Guerrero, en Tixtla, el orador del gobierno del estado en el acto, ?Armando Ríos Piter, secretario de Desarrollo Rural, sostuvo en su discurso que la administración de Torreblanca es un “proyecto ?nacional y con alcances de izquierda” el cual “pretende ser descarrilado por intereses de grupo o personales”.?Las aseveraciones del funcionario estatal y recién militante perredista fueron inmediatamente criticadas por dirigentes del PRD ?como el diputado federal Modesto Brito, quien aseveró que se trataba de “elucubraciones personales”.?Para el 15 de agosto, cuando se logró establecer una “planilla de unidad” de delegados al Congreso Nacional del PRD, el ?gobernador enfrentó rechiflas y reclamos en ese cónclave nacional, al ser severamente cuestionado por sus políticas públicas y ?por su cercanía a las posturas del PAN.?Como resolutivo del Congreso Nacional del PRD, se estableció que alcaldes y gobernadores de ese partido no deberían “tener ?ningún trato” con el presidente “espurio” Felipe Calderón; en Guerrero dirigentes de NI como Sebastián de la Rosa, matizaron ese ?acuerdo y dijeron que tenía que haber una relación institucional.?En ese mismo Congreso Nacional, dirigentes del PRD de Guerrero de NI, IR y hasta del PGI, maniobraron para que no hubiera un ?acuerdo especial para hacerle un llamado “enérgico” al gobernador de la entidad para que “rectificara” sus políticas públicas y ?sobre todo en materia de relaciones con las organizaciones y movimientos sociales.?Esos llamados del perredismo no impidieron que Zeferino Torreblanca acudiera al acto en Los Pinos cuando se cumplió un año de ?gobierno de Felipe Calderón, lo que le significó una andanada de críticas del PRD de Guerrero y el nacional.?En los últimos tres meses del año, el bloque de dirigentes del PRD que mantienen una postura de defensa a ultranza del gobierno ?estatal conformada por NI, PGI e IR, han impedido que dirigentes perredistas que se han mantenido críticos lleven a discusión y a ?fijar una postura en torno a temas fundamentales como el de La Parota.?La división interna del PRD se ahondó el 15 de noviembre, por el desalojo violento de estudiantes de la Normal Rural de ?Ayotzinapa en el Congreso del estado.?Los perredistas terminaron divididos entre dirigentes que exigen que se fije una postura contra el gobierno estatal y quienes ?dicen que hubo excesos de los normalistas.?Ni en las sesiones de Comité Estatal y del Comité Estatal ampliado se pudo acordar una postura al respecto; hasta la sesión del ?Consejo Estatal del PRD del pasado 15 de diciembre se pudo conseguir el quórum de consejeros para discutir el tema de la ?relación del gobierno con los movimientos sociales y se adelantaba una mayoría para condenar la represión contra Ayotzinapa, ?pedir una investigación contra los funcionarios que ordenaron el desalojo y demandar la destitución del secretario de Educación.?Todo quedó pospuesto para el próximo año, pero se prevé que difícilmente los perredistas atenderán su situación con el ?gobernador, ya que en enero comienza el proceso electoral para renovar a las dirigencias del PRD en Guerrero y la dirigencia ?nacional.

468 ad